jueves, 29 de mayo de 2025

EXOTISMO ILUSTRADO

Exotismo
1. m. Cualidad de exótico.
2. m. Tendencia a incorporar formas y estilos artísticos de países alejados de la cultura occidental.

 
En estos días en los que suben las temperaturas alarmantemente (rondando los 32 grados), me da por pensar si a los creativos de la Edad de Oro de Hollywood les dio un golpe de calor cuando, durante una tormenta de ideas, decidieron incorporar las temáticas exóticas a sus producciones.

Montez como Naja en 'La reina de Cobra' (1944).

El exotismo entendido por las productoras de Hollywood, aparte de no tener ninguna exactitud histórica, se caracterizó por una estética falsa, pretenciosa y en ocasiones de mal gusto. La cúspide de esta tendencia, un tanto delirante, se alcanzó a principios de los años 40 coincidiendo con la entrada de EE.UU. en la 2ª Guerra Mundial. La mayoría de estas películas giraban en torno a los cuentos de Las mil y una noches.

Jane Wyman mucho antes de ser Angela Channing fue odalisca.

Este tipo de films que se realizaron y estrenaron durante ese agitado momento, fueron el medio ideal con el que contaron los Estudios (principalmente Universal) para que el público escapase de la realidad que les inquietaba. Estas películas, exóticas fantasías en asombroso Technicolor, no llegarían a ser obras maestras, pero son recordadas en la actualidad por multitud de aficionados: los niños de su época.

Bey, Montez y Hall, el trio protagonista de 'Sudan: La Reina del Nilo' (1945).

La estrella más representativa fue Maria Montez, apodada "La Reina del Technicolor", siempre acompañada por Jon Hall, el actor indio Sabu o Turhan Bey de origen austriaco. Se paseó Maria por el Oriente Próximo en 'Arabian Nights' (Las mil y una noches, 1942) en un palacio con vistas al ¡Taj Mahal! y en 'Ali Baba and the Forty Thieves' (Alí Babá y los 40 ladrones, 1944); por parajes indeterminados como en 'Cobra Woman' (La Reina de Cobra, 1944) o por África en 'Sudan' (Sudán: la Reina del Nilo, 1945). Sherezade, Amara, Tollea / Naja y Queen Naila, fueron sus heroínas.

Jiggs y Jon Hall las parejas habituales de Dorothy Lamour.

También se dejó ver como la Princesa Tahia en 'White Savage' (La salvaje blanca, 1943) una película de aventuras en una isla paradisíaca. Pero si hablamos de islas, no podemos dejar de mencionar a la “Reina del Sarong”, Dorothy Lamour, que dominó los ambientes tropicales en: 'The Jungle Princess' (La princesa de la jungla, 1936), 'The Hurricane' (Huracán sobre la isla, 1937) o 'Her Jungle Love' (La princesa de la selva, 1938). En todas ellas rodeada siempre por animales exóticos como tigres, leopardos, leones o chimpancés, no necesariamente en sus hábitats originarios.

Adele Jergens y Cornel Wilde en 'Aladino y la lámpara maravillosa'
(A Thousand and One Nights, 1945).

El éxito de estos films proporcionó la excusa perfecta para que las distintas compañías, se lanzaran de lleno al género, creando los escenarios más rocambolescos para el lucimiento de imposibles Sherezades. Rostros tan dispares como los de la pelirroja Maureen O’Hara o las rubias Adele Jergens y Marlene Dietrich (¡además alemana!), se pasearon por extravagantes palacios, harenes o lo que se terciara. Dietrich como Jamilla se atrevió a más: exhibió sus famosas piernas pintadas de dorado durante su particular danza en 'Kismet' (El príncipe mendigo, 1944). Si todo esto no era suficiente para seducir al mendigo Hafiz (¡el británico Ronald Colman!), lució unas “construcciones” capilares dignas del más enajenado peluquero del Rococó. Aunque parezca increíble, la película fue nominada al Oscar en las categorías de: Mejor Fotografía, Música, Sonido y Dirección Artística.

"Arquitectura capilar" para Dietrich y junto a Ronald Colman en 'Kismet' (1944). 

Si bien es verdad que en los años 40, se llegó en estas producciones al disparate extremo (decorados, vestuario y guiones son una oda al LSD), no son culpables de los atropellos a los que se ha visto sometido el realismo o el rigor histórico: de hecho son meros divertimentos que en su mayoría no se toman en serio a sí mismos, algo que no sucedía en décadas anteriores. Cecil B. DeMille, el padre de las espectaculares películas épicas (tanto mudas como sonoras), no era muy proclive a la exactitud, es más, esto no le producía la más mínima inquietud dado que sus films fueron siempre éxitos de taquilla.

Programa de mano español de 'Cleopatra' (1934).

Tomando como ejemplo su película de 1934, 'Cleopatra', no hace falta tener buena memoria para recordar a Claudette Colbert correteando por el desierto de Egipto ataviada con una capa de terciopelo. Pese a esto y algún detallito más, la película fue ganadora del Oscar a la mejor fotografía y fue nominada en cuatro categorías más.

Theda Bara como Cleopatra en la película desaparecida de 1917.

La figura de Cleopatra ha sido llevada a las pantallas con mejor o peor fortuna (todas con el denominador común de la gran seductora olvidando su importancia política), desde los inicios del cine con el film silente (hoy perdido) protagonizado por Theda Bara en 1917 hasta la super conocida versión de 1963 interpretada por Elizabeth Taylor. Entre ambas, por ejemplo, encontramos a Cleopatra con el rostro de Colbert en el film pre-code de 1934, a Vivien Leigh en la producción británica de 1945 'Caeser and Cleopatra' (Cesar y Cleopatra), y a la ¡pelirroja! Rhonda Fleming en 'Serpent of the Nile' (La Serpiente del Nilo, 1953) y muchas otras más, en ocasiones eclipsadas por apabullantes decorados con un desprejuiciado estilo kitsch.

Dos rostros para la misma Reina: Fleming en los 50 y Taylor en los 60.

Ligadas a estas fantasías exóticas y al batiburrillo estético, el cine bíblico también nos dejó un buen ramillete de atractivas e inverosímiles damiselas como: Hedy Lamarr y su capa de plumas de Pavo Real en 'Sansón y Dalila' (Samson and Delilah, 1949); Rita Hayworth en 'Salome' (Salomé, 1953); Jean Simmons, Gene Tierney y Bella Darvi en 'The Egyptian' (Sinuhé, el egipcio, 1954) e incluso Lana Turner en 'The Prodigal' (El hijo prodigo, 1955), la actriz que nunca se despeinaba, aparecía resplandeciente con su cabello color champán y cargada de abalorios. Por cierto que Turner detestó la película al verse obligada a utilizar un escueto vestuario.

Lamarr y Mature o 'Sansón y Dalila' (1949) vistos por DeMille.

Bella Darvi fue Nefer en 'Sinuhé, el egipcio' (1954).

Improbables mestizas africanas fueron Gene Tierney como Zia en 'Sundown' (Cuando muere el día, 1941) y Hedy Lamarr como Tondelayo en 'White Cargo' (1942). Ésta última en 'Lady of the Tropic' (La dama de los trópicos, 1939), donde la trama se desarrolla en la Indochina francesa, Lamarr ataviada con tocados balineses, tiene dificultades para salir del país tanto por tener ascendencia asiática como por su matrimonio con un playboy estadounidense interpretado por Robert Taylor.

Lamarr como Tondelayo y Tierney como Zia.

Sabu y Jean Simmons en 'Narciso Negro' (Black Narcissus, 1947).
¡Ella caracterizada como una joven india!

La atracción y fascinación por la cultura asiática desde la perspectiva occidental mostrada por el cine, afortunadamente ha evolucionado para bien desde sus orígenes. Personajes con San Salt (Eugene Pallette) en 'Shanghai Express' (El expreso de Shanghai, 1932) ya nos da una pista de por dónde van los tiros cuando dialoga en el citado tren con el mestizo Henry Chang (Warner Oland): “¿Qué futuro tiene ser chino? Naces, te comes un puñado de arroz y mueres. ¡Menudo país! Tomémonos una copa.”

Sylvia Sidney como la espía mestiza Iris Hilliard en 'Blood on the Sun' (1945),
un film de intriga que se desarrolla en Japón. 

La imagen de los personajes chinos en Hollywood no pasaban de ser representaciones estereotipadas y casi siempre con connotaciones negativas, cuando no directamente racistas: ambientes sórdidos, fumadores empedernidos de opio y toda clase de villanos. Siempre con sonrisa siniestra y malas intenciones, los papeles protagonistas solían representarlos actores occidentales con la cara y ojos pintados, mientras que los figurantes sí solían ser interpretados por japoneses, coreanos y chinos, independientemente de sus orígenes: eso a Hollywood le daba igual, todos tienen los ojos rasgados y son “amarillos”.

Loretta Young en 'El hacha justiciera' (The Hatchet Man, 1932) y
Ramón Novarro y Helen Hayes en 'Canción del oriente' (The Son-Daugther, 1932).

Sin ir muy lejos, nos encontramos, en la mencionada 'Shanghai Express' a Anna May Wong, que en un papel con el mismo peso que el de Marlene Dietrich, no era más que una simple prostituta. Es cierto que Dietrich también lo era, aunque siempre se la menciona como: una notoria costera.

Wong en 'Daughter of Dragon' (1931) y junto a Dietrich en
'El expreso de Shanghai' (1932).

Encasillada en roles estereotipados desde sus comienzos en el cine mudo, la filmografía de Wong está repleta de papeles calcados los unos de los otros, casi siempre tipos malvados. Protagonizó 'Daughter of the Dragon' (1931) dando vida a la hija de Fu Manchú, interpretado por Warner Oland, el actor sueco conocido por su rol del detective chino-estadounidense Charlie Chan y del mencionado villano. Películas representativas de Wong, son por ejemplo: 'Limehouse Blues' (1934) como la amante del dueño de un club interpretado por un George Raft caracterizado como chino, o 'Daughter of Shanghai' (1937) donde da vida a una “detective” llamada Lan Ying Lin. Su carrera declinó hacia la serie B retirándose a finales de los años 40. Reapareció en 1960 como Tawny, la criada de Lana Turner en ‘Portrait in Black’ (Retrato en negro).

Wong como Hui Fei en 'El expreso de Shanghai' (1932).

En 1935 Wong recibió la mayor decepción de su vida cuando la MGM le negó el papel del personaje chino O-Lan en ‘The Good Earth’ (La buena tierra), título por el que recibió el Oscar una caracterizada Luise Rainer, actriz alemana nacionalizada estadounidense. Las normas del Código Hays no permitían el mestizaje y exigían que la mujer de un actor blanco (Paul Muni que irónicamente interpretaba a un chino) fuese interpretada por una actriz blanca. La MGM le ofreció entonces el papel de Lotus, la amante, pero no llegó a interpretarlo, no se sabe si fue finalmente ella quien lo rechazó.

Myrna Loy como Fah Lo Suee en 'La máscara de Fu Manchú' (1932).

Uno de los ejemplos más evidentes de este tipo de situaciones se pueden observar en los inicios de la carrera cinematográfica de Myrna Loy. Los papeles de Loy en el cine mudo fueron principalmente como vampiresa o femme fatale y con frecuencia interpretó personajes de origen asiático o euroasiático en películas como: ‘The Black Watch’ (Shari, la hechicera, 1929), ‘Thirteen Women’ (Trece mujeres, 1932), donde ejercía de villana o ‘The Mask of Fu Manchu’ (La máscara de Fu Manchú, 1932) junto a Boris Karloff. En palabras de la propia actriz, estos films “solidificaron mi imagen exótica no estadounidense." A pesar de este encasillamiento, logró superarlo y alcanzó el estrellato en la mitad de los 30 y hoy es recordada sobre todo como Nora Charles, la esposa del detective Nick Charles, en las películas que protagonizó junto a William Powell, siendo la primera de una serie de seis ‘La cena de los acusados’ (The Thin Man, 1934).

Charlie Chan interpretado por el actor sueco Warner Oland.

En cuanto a Warner Oland, sus rasgos faciales le permitieron, gracias al maquillaje, interpretar con facilidad personajes orientales, ya que la industria (salvo excepciones como Anna May Wong, Sessue Hayakawa o Philip Ahn) no daba papeles de importancia a actores asiáticos. Debutó también con los films silentes y ya había actuado en numerosas películas, cuando le llegó el éxito con ‘The Mysterious Dr. Fu Manchu’ (1929) lo que le llevó a interpretarlo de nuevo en tres ocasiones más. Esto provocó la aparición de su otro personaje emblemático el detective Charlie Chan: ‘Charlie Chan Carries On’ (1931) fue el primer film de la serie (de un total de 16 películas) y ‘Charlie Chan at Monte Carlo’ (1937) el último que protagonizó y el último papel de sus carrera. Oland fallecería a los 58 años 8 meses después de su estreno.

Brynner como Ramsés en 'Los diez mandamientos'
(The Ten Commandments, 1956) de DeMille.

Como hemos visto, el gusto por el exotismo se incorporó a las producciones de Hollywood centrándose en los estereotipos y exagerando los elementos tradicionales de diferentes culturas para lograr un producto atractivo en lugar de buscar una representación fiel.

¡Venenosos Salu2 desde Crystal Lake!
Todas las fotos colección del autor.

miércoles, 30 de abril de 2025

LAS TENTADORAS

Tentador, ra
1. adj. Que tienta o hace caer en la tentación.

 
Si recientemente hablé sobre las chicas de los conjuntos y en 2023 de los actores “olvidados”, ahora es el turno de las actrices “ignoradas” que al igual que sus compañeros, son rostros familiares en multitud de películas, siempre en papeles secundarios y en muchos casos sin acreditar.
 
Activas principalmente en la década de los 30, pocas consiguieron papeles protagonistas, siendo en muchas ocasiones: la tercera en discordia en comedias románticas, la novia de turno del gánster, la fiestera, la secretaria, la telefonista o simplemente la mujer de mala vida. Tienen en común, aparte de los roles que compartían, unas carreras que, salvo excepciones, terminaron a mediados de los años 50 y en algunos casos se alargaron en televisión.
 
En ocasiones, un estímulo para no dejar de ver una película con una trama un tanto pobre, es saber que en algún momento aparecerá una de ellas y que en pocos minutos me despertará del sopor. No siempre participaron en films con guiones mediocres, también aparecieron en grandes clásicos (para nada aburridos) aunque sin la importancia que igual deberían haber tenido.
 
Demasiadas actrices no han recibido el reconocimiento que se merecían y escoger entre tanto talento para hablar sobre ellas en unas breves líneas es una tarea un tanto difícil que me hace sentir culpable por excluir a alguna.


“Verás, una chica en tu posición puede permitirse el lujo de ser mucho menos convencional en sus placeres que yo.”
Lilian Bond como Eva Randolph en 'Sábado de juerga' (Hot Saturday, 1932).
 
De 1932 a 1953, Lilian Bond apareció en más de 39 películas, desde papeles protagonistas (normalmente en films de serie B) como personajes sin acreditar. En 'El caserón de las sombras' (The Old Dark House, 1932) es una más de los “invitados” a una siniestra mansión en la que los roles principales corrían a cargo de Boris Karloff, Melvyn Douglas, Charles Laughton y Gloria Stuart. He de decir que su participación en la película me pareció más interesante que el de ésta última.
 
En 'Mares de China' (China Seas, 1935) donde Clark Gable, Jean Harlow y Walace Beery, se repartían los papeles estelares, tenía una breve aparición que fue mucho más reducida en 'El Forastero' (The Westerner, 1940) el clásico revisitado en 1972 por John Huston, titulado 'El juez de la horca'. En la película de 1940, protagonizada por Gary Cooper, había que esperar hasta el final para verla como Lillie Langtry, la actriz a la que admiraba el juez Roy Bean, Walter Brennan, quien ganó el Oscar encarnando a Bean. En el film de Huston estos personajes estaban interpretados por Paul Newman y Ava Gardner (con aparición final igual de corta que la de Bond). Para mí, la versión dirigida por William Wyler, es mucho mejor.
 
Bond debutó con 14 años en los escenarios teatrales, llegando a participar en producciones de las Ziegfeld Follies. Se inició en el mundo del cine en 1929, siendo nombrada una WAMPAS Baby Stars (campaña promocional patrocinada por los anunciantes cinematográficos) en 1932, en el apogeo de su carrera, que duró hasta finales de la década de los 50. Una vez que ésta empezó a declinar, Lilian Bond se refugió en la televisión, para terminar retirándose a la edad de 50 años en 1958.


“¿No vas a besarme?”
Patricia Ellis como Louise Frith en 'The Narrow Corner' (1933).
 
Activa en la década de los 30, Patricia Ellis desde bien pequeña estaba familiarizada con el mundo del teatro gracias a que acompañaba al segundo marido de su madre (productor de espectáculos musicales) a ensayos y representaciones. De niña ya cantaba y bailaba, y pronto se habituó a ser la suplente de las actrices de las funciones, incluso ayudaba a su padrastro en los aspectos técnicos.
 
En 1932 Ellis fue contratada por Warner Bros., después de una prueba cinematográfica conseguida al ser vista sobre el escenario. Tras pequeños roles no acreditados, ese mismo año (igual que Lilian Bond) fue elegida como WAMPAS Baby Stars, siendo la más joven del grupo de seleccionadas, ganándolo Ginger Rogers. Su primer papel acreditado fue en una película de 1933. Después, su carrera despegó apareciendo en comedias (la mayoría), films de misterio y dramas policiales, principalmente de bajo presupuesto. Uno de sus papeles más recordados y/o importantes fue en la película 'Ha entrado un fotógrafo' (Picture Snatcher, 1933) junto a James Cagney.
 
En 1936 era protagonista de todas sus películas, para finalmente retirarse en 1939 a los 21 años. Tras abandonar el mundo del cine, Patricia Ellis inició una fugaz carrera como cantante que terminó en 1941.


“Vaya, es difícil ser normal en Hollywood!”
Madge Evans
 
Madge Evans comenzó su carrera como modelo infantil a los 6 meses, a los 2 años era conocida como la niña del jabón de hadas (Fairy Soap Girl), a los 4 participó en obras infantiles y posó en un cuadro para un calendario de una cervecera. En 1917, con 8 años, se subió a los escenarios de Broadway, abandonándolos en 1924 para irse con su madre a Europa para volver a regresar a ellos con 17.
 
Mientras actuaba en el teatro, en 1927, firmó un contrato con MGM. El mundo del cine no le era desconocido, puesto que a muy temprana edad ya había intervenido en el film 'El signo de la cruz' (The Sign of the Cross, 1914), apareciendo posteriormente en múltiples películas. En el mencionado Estudio Evans siguió interpretando los roles por los que se la identificaba en los escenarios: ingenuas o el interés amoroso del protagonista.
 
Trabajando bajo el sello del león se la puede ver en papeles destacados en films como: 'Manos culpables' (Guilty Hands, 1931) protagonizada por Kay Francis y Lionel Barrymore, 'Cena a las ocho' (Dinner at Eight, 1933) junto a un reparto estelar que incluía a Jean Harlow o 'David Copperfield' (1935). En 1939 tras casarse con el dramaturgo Sidney Kingsley dejó Hollywood, aunque durante los siguientes años actuó en radio y televisión, para retirarse definitivamente en 1958.


“Ahora, no te preocupes por mi cerebro.”
Wynne Gibson como Iris Dawn en 'Noche tras noche' (Night After Nigh, 1932).
 
Presencia constante en el cine de los 30, Wynne Gibson, se escapó de casa en su adolescencia para unirse a un grupo de teatro itinerante con el que actuó en varias ciudades antes de ser encontrada por su padre. Aun así se empeñó en labrarse una carrera teatral y formó parte de varias compañías de espectáculos, trabajando tanto en el vodevil como formando parte del coro, hasta llegar a conseguir papeles principales en producciones que salían de gira por EEUU y Europa.
 
Aunque no se sentía atraída por el mundo del cine ya que su interés seguían siendo los escenarios, Gibson, que a mediados de los años 20 estaba bien situada en Broadway, recibió la llamada de la Paramount que la contrató en 1929 para la película que dio inicio a su éxito, 'Nothing but the Truth'.
 
Hasta su retiro en 1956, aunque su última actuación en cine fue en 1943, Gibson había participado en 50 films, la mayoría de serie B y en muchos sin acreditar. Películas importantes de su filmografía por citar algunas son: 'Un hombre de mundo' (Man of the World, 1931) junto a William Powell y Carole Lombard, 'Las calles de la ciudad' (City Streets, 1931) con Gary Cooper y Sylvia Sidney, y posiblemente la mucho mejor recordada, por ser la primera aparición en pantalla de Mae West, 'Noche tras noche' (Night After Nigh, 1932) protagonizada por George Raft.


“Me conoces, Min. Cuando llamo a las cosas por su nombre, nadie lo olvida.”
Marjorie Rambeau como Bella Pringle en 'Min & Bill' (1930).
 
Nominada en dos ocasiones al Oscar a la mejor actriz de reparto por 'Una nueva primavera' (Primrose Path, 1940) y 'La canción de la antorcha' (Torch Song, 1953), Marjorie Rambeau, comenzó con tan solo 12 años su carrera teatral, llevando una vida errante con una compañía ambulante, en la cual aprendió el oficio y adquirió experiencia.
 
En 1913, a los 24 años, debutó sobre los escenarios de Broadway, debut que la convirtió en actriz principal en numerosas obras, muchas de ellas comedias. Su triunfo sobre las tablas fue el trampolín idóneo para pasarse al cine en 1917, siendo ya la protagonista en su primera película. El mismo año de su debut, protagonizó otros cinco films más, en los que también encabezaba el reparto. Lamentablemente tanto éstas, como sus siguientes películas silentes, se han perdido. Estos largometrajes no fueron grandes éxitos pero la dieron a conocer al público.
 
Para cuando llegó el cine sonoro, Rambeau, que ya tenía 40 años, empezó a interpretar roles secundarios, muchas veces casi episódicos e incluso eliminados del montaje final, por no enumerar en los que no fue acreditada. Estos personajes eran invariablemente, mujeres un tanto pizpiretas, borrachinas o de mala vida pero (normalmente) de buen corazón, que sobresalían en películas como 'Su hombre' (Her Man, 1930), 'Inspiración' (Inspiration, 1931) o 'Salvada' (Laughing Sinners, 1931).
 
Greta Garbo, Clark Gable, Joan Crawford, Helen Twelvetrees, Wallace Beery, Jean Harlow, Warner Baxter, Marie Dressler, George Raft, James Cagney, Ginger Rogers o Jane Wyman, son una pequeña muestra de las actrices y actores con los que trabajó Marjorie hasta su retiro en 1957. Su presencia nunca pasa desapercibida a pesar de compartir plano con las estrellas citadas e incluso (me aventuro a decir) robándoles las escenas.


“No hay obligaciones en mi vida. Soy libre, blanca y tengo veintiún años.”
Helen Vinson como Helen en 'Soy un fugitivo' (I Am Fugitive from a Chain Gang, 1932).
 
Como sus contemporáneas, Helen Vinson, dio el salto de Broadway a las pantallas cinematográficas en 1932, tras una serie de actuaciones que llamaron la atención del estudio Warner Bros, un hecho que lamentó más tarde, porque sus papeles en cine fueron menos importantes y el salario mucho menor.
 
Sus roles, muchos dentro del período pre-code, la presentaban a menudo como la otra mujer, la amiga traicionera, la joven adinerada y caprichosa de la alta sociedad o la esposa insidiosa que se niega a conceder el divorcio, pese a no tener relación alguna con su marido, solo por hacerle la vida imposible.
 
Personajes de este perfil interpretó en 'Pequeño gigante' (The Little Giant, 1933) donde se encapricha del mafioso interpretado por Edward G. Robinson, 'Noche nupcial' (The Wedding Night, 1935) siendo la esposa de Gary Cooper y rival de Anna Sten, 'Dos mujeres y un amor' (In Name Only, 1939) junto a Cary Grant, Carole Lombard y Kay Francis. En cambio en el magnífico film, protagonizado por Paul Muni, 'Soy un fugitivo' (I Am Fugitive from a Chain Gang, 1932) fue la enamorada de Muni, siendo en esta ocasión Glenda Farrell quien representó el papel de villana. Su carrera terminó en 1945 tras aparecer en 40 películas.


“Creí que estabas muerto y enterrado. Claro que te extrañé… ¿Qué crees que he estado haciendo, sentarme en casa bordando tapetes?”
Isabel Jewell como Bessie Green contestando al teléfono en 'El abogado' (Counsellor at Law, 1933).
 
De entre todas las mencionadas, Isabel Jewell, ocupa un lugar destacado en mi Panteón de “estrellitas”. De hecho, veo películas que hubiesen pasado desapercibidas para mí, si no hubiese reparado en su presencia. Muchas de ellas fueron buenas, incluso Jewell participó con un rol menor en la conocidísima 'Lo que el viento se llevó' (Gone with the Wind, 1939).
 
Fundamentalmente activa en las décadas de los 30 y 40, es una lástima que viendo sus breves interpretaciones no se le dieran mejores papeles. Ronald Colman, uno de mis actores favoritos, protagonizó 'Historia de dos ciudades' (A Tale of Two Cities, 1935), es cierto que él lleva el peso de la película, pero hay que esperar casi al final (dura 123 minutos) para el gran momento que nos reserva junto a la costurera interpretada por Jewell, esperando su turno para la guillotina. Casi, en mi opinión, lo mejor de todo el largometraje.
 
Hija de un destacado médico e investigador, Isabel, pasó años en el teatro antes de debutar en el cine a la edad de 25 años con 'Grato suceso' (Blessed Event, 1932) por la que recibió excelentes críticas. La película protagonizada por Lee Tracy, giraba en torno a un columnista de prensa amarilla que llega al éxito sin tener ningún tipo de escrúpulo. Una de sus víctimas es Jewell como una cantante (embarazada de un hombre casado) a la que arruina la vida. El papel de la co-protagonista, la insulsa Mary Brian, como el interés amoroso del periodista, a mi parecer, se lo podían haber ahorrado. Con esto ya dejo claro que lo mejor del film (en el que no estaba acreditada) son las secuencias donde aparece ella.
 
Interpretó, como el resto, el estereotipo de la novia del gánster en 'La mujer marcada' (Marked Woman, 1937) vehículo para el lucimiento de Bette Davis como improbable seductora. La película cuenta la historia de una prostituta que colabora con un abogado, interpretado por Humphrey Bogart, para llevar a la cárcel a la banda que las explota.
 
Durante los años 40 apareció en films importantes como 'El último refugio' (High Sierra, 1941) protagonizado por Bogart e Ida Lupino o 'La mujer del obispo' (The Bishop’s Wife, 1947) con Loretta Young y Cary Grant, en personajes que solo por el nombre, resume su trayectoria: Blonde en el primero y madre histérica en el segundo.
 
En 1943 intervino con roles destacados en películas de terror de bajo presupuesto, 'El hombre leopardo' (The leopard Man) como María, la tarotista y 'La séptima víctima' (The Seventh Victim) en la que forma parte de una secta clandestina, pero a finales de la década sus papeles fueron perdiendo relevancia, hasta el punto que ni siquiera aparecía en los créditos e incluso sus escenas eran eliminadas.
 
En los años siguientes participó en radioteatros, televisión e incluso se la volvió a ver en pantalla en un par de largometrajes de 1972, uno de ellos 'Ciao! Manhattan', película semi-biográfica sobre Edie Sedgwick una de las “superestrellas” de Andy Warhol. Mummy era el personaje de Jewell… No puedo decir mucho porque huyo de todo lo relacionado con Warhol y su Factory, que por mucho que digan que es cine de vanguardia y de culto, a mi me parecen soberanos bodrios.
 
Isabel Jewell se suicidó en 1972 en Los Ángeles, a los 64 años, tomando una sobredosis de barbitúricos, no llegando a ver estrenada 'Las tentadoras' (Sweet Kill, 1972) una película de terror de serie B.

 
“Lo amas. Las mujeres no pueden engañarse entre sí. Se nota cuando lo miras. Lo quieres para ti.”
Hedy Lamarr como Dalila en 'Sansón y Dalila' (1949).
 
¡Venenosos Salu2 desde Crystal Lake!
Todas las fotos colección del autor.

miércoles, 26 de marzo de 2025

¡DURA, RÁPIDA Y HERMOSA!

En mi entrada de enero ya hablé de la gran carrera de Ida Lupino como actriz, principalmente como estrella de cine negro. Además comenté que la polifacética actriz fue una de las primeras directoras, productoras y guionistas del Hollywood clásico.

Si bien su faceta como directora no fue tan extensa como su trayectoria como actriz, nos dejó un grupo de películas con temas bastante arriesgados en su momento, como: los embarazos no deseados o la violación.

“Había abandonado casi por completo la actuación y me dediqué a la producción y dirección. Esto me dio la libertad de tomar mis propias decisiones.”
Ida Lupino 

De sus seis films donde apareció acreditada como directora, sin contar que participaba activamente como guionista e incluso se reservaba algún papel, sólo uno se estrenó en España (una comedia familiar de los años 60) y tres de ellos se conocieron posteriormente en nuestro país, tras su paso por la televisión. Estas películas fueron: ‘Never Fear’ (1949), ‘Outrage’ (1950), ‘Hard, Fast and Beautiful!’ (1953), ‘The Hitch-Hiker’ (1953), ‘The Bigamist’ (1953) y ‘The Trouble with Angels’ (1966). En esta entrada voy a centrarme exclusivamente en las películas que he tenido oportunidad de ver.

Durante un periodo en el que el Estudio en el que estaba contratada la suspendió, Ida, atraída por las labores de producción, se interesó en la dirección, lo que le llevo a crear en 1948, junto a su entonces marido el productor y guionista Collier Young, la compañía independiente The Filmakers, para producir, escribir y dirigir películas de bajo presupuesto caracterizadas por temas comprometidos, que como dije en mi anterior entrada sobre Lupino, luchaban con sus mensajes contra las convenciones de la época, desde un punto de vista crítico y social.


“Nadie me pidió que dirigiera una historia de amor.”
Ida Lupino
 
Aunque no aparece acreditada como directora de ‘Not Wanted’ (1949), Lupino asumió la dirección sin darse crédito, después de que recién comenzado el rodaje, su director Elmer Clifton, sufriera un infarto. Este film sigue la trayectoria de Sally Kelton, una joven de 19 años dominada por sus tradicionales padres, que se enamora de Steve Ryan, un pianista que actúa en un local de su pueblo. Él abandona el lugar después de tener un idilio con ella, pero Sally, obsesionada con el músico y tras enterarse de que está esperando un bebé va en su busca. Después de encontrarle, descubre que Steve ambiciona una carrera como artista de éxito y que ella no forma parte de sus planes. Desesperada ante tal panorama, pues no puede regresar a su casa y no sabe muy bien qué hacer con el embarazo, se sumirá en un estado de shock que le causará más de un conflicto.


“Not Wanted narra la historia, con fuerza y franqueza, con todo su patético detalle, a través de los ojos y las lágrimas de una chica, voluntariosa y hermosa.”
Ida Lupino
 
Titulada ‘Ultraje’ cuando se estrenó en televisión española, ‘Outrage’ (1950) fue el tercer film producido por su compañía, con guión co-escrito por la propia Lupino y el segundo que abordaba el espinoso tema de la violación, después de ‘Johnny Belinda’ (Belinda, 1948), película por la que Jane Wyman ganó el Oscar.
 
Ann Walton (Mala Powers en su primer papel), es una oficinista que una noche, tras salir tarde del trabajo, es acosada por un hombre que la persigue y finalmente la viola. A partir de aquí, la película sigue los acontecimientos que sufre Ann tras su traumática experiencia. Tras ser víctima de las murmuraciones de sus vecinos (aunque su familia, su novio y los compañeros del trabajo la apoyen) decide romper con todo y comenzar de nuevo en otro lugar, pero los recuerdos desagradables afloran a la mínima ocasión con consecuencias nefastas tanto para ella como para quienes la rodean.
 
Lupino trata el tema en todo momento con gran sensibilidad, aunque no renuncia a criticar y denunciar la ocultación forzada del suceso por parte de la protagonista, la cultura machista (las miradas y comentarios obscenos) del hombre dominante y la resistencia del sistema legal a tomar medidas eficaces (y contundentes) para hacer frente a este tipo de agresiones.


“Era una directora excelente; te protegía. Si te atrevías a ser original y a probar cosas nuevas, ella estaba ahí para ti.”
Mala Powers
 
‘The Hitch-Hiker’ (1953), el ‘El autoestopista’ en su pase por TV, fue el primer Film Noir dirigido por una mujer. Esta película sigue a dos amigos que son tomados como rehenes por un asesino fugitivo al que recogen en la carretera, cuando viajan hacía Baja California para pasar unos días de pesca. El guión de la propia Lupino junto al que fue su segundo marido, Collier Young, estaba basado en la historia real del asesino en serie Billy Cook, que haciendo autoestop, mató a los cinco miembros de una familia (los tres hijos eran pequeños), a su perro y a un vendedor ambulante, para terminar, antes de ser arrestado, secuestrando a dos amigos que iban de cacería.
 
Con una fuerza, que en su momento los críticos cinematográficos (el New York Daily News le dio a la película tres estrellas y media de cuatro) solo veían en los directores masculinos, Lupino consigue crear una atmósfera sobria y noir, que como dijo uno de ellos: “trasmite la verdad emocional que se esconde tras lo tabú o lo terrenal” y nos ofrece un film en el que la tensión no disminuye ni un instante. Ida quiso conocer a Cook (que estaba en San Quintín), consiguiéndolo gracias a sus amigos del FBI y como cuenta en su autobiografía: “le tuve miedo, le encontré frío y calculador.”


“The Hitch-Hiker es la historia real de un hombre, una pistola y un coche. El arma pertenecía al hombre. El coche podría haber sido tuyo o de esa joven pareja al otro lado del pasillo. Lo que verás en los próximos setenta minutos podría haberte sucedido a ti.”
Ida Lupino

Su penúltimo film como directora ‘The Bigamist’ (El bígamo en TV) lo rodó en 1953 y está considerado como el primer largometraje en el que la protagonista femenina se dirigió a sí misma. El guión fue escrito por su exmarido, Collier Young, siendo la otra protagonista Joan Fontaine que curiosamente, en esa época, era su segunda esposa.

El argumento, en principio sencillo, cuenta la historia de Harry Graham (Edmund O’Brien), un comercial que viaja constantemente a Los Ángeles desde San Francisco, donde vive con su mujer Eve (Joan Fontaine) con la que está tramitando la adopción de un niño. En uno de esos viajes en autobús conoce a Phyllis Martin (Ida Lupino), con la que simpatiza y por la que pronto se sentirá atraído. Mientras tanto es investigado por el Sr. Jordan (Edmund Gwenn) un agente del centro de adopción que le encontrará en Los Ángeles con otro nombre y descubrirá que está casado con Phyllis (a la que en principio consideraba una aventura pasajera) con la que tiene un hijo. Antes de que la policía le detenga por bígamo, Harry le contará su historia al Sr. Jordan.



“Esta frágil directora domina la acción con una tensión creciente, una compasión contenida y una contundencia propia de un tiburón. El espectador promedio podría sentir que está escuchando a escondidas los excelentes diálogos."
El New York Times acerca de ‘The Bigamist’.

Desechando lo escandaloso del tema, Lupino aborda la película desde una perspectiva humana, profundizando en las emociones del protagonista ante la culpabilidad por el engaño y la necesidad de responsabilizarse de sus acciones. Además la trama hace un guiño con astucia, a aspectos de la vida privada de Ida como: su embarazo extramarital con el actor Howard Duff o compartir el mismo marido con Fontaine. Sobre esto último es muy ilustrativo el intercambio de miradas entre las protagonistas en la escena del juicio: ambas sabían lo que significaba estar casadas con el mismo hombre en la vida real. Una broma privada que no pasó desapercibida en Hollywood. En su estreno ‘The Bigamist’ fue elogiada y recibió excelentes críticas, siendo considerado el mejor trabajo de Lupino como directora hasta la fecha.

Tras el cese de Filmakers en 1955, Lupino se dedicó con éxito a la televisión, además de actuar, dirigió entre 1956 y 1968 multitud de episodios para series. Entre las más conocidas por el público español destacaríamos: ‘Alfred Hitchcock Presenta’, ‘El Fugitivo’, ‘Los Ángeles de Charlie’ o ‘Embrujada’. Su último largometraje fue ‘The Trouble with Angels’ (1966) una comedia protagonizada por Rosalind Russell y Hayley Mills, la niña de ‘Tú a Boston y yo a California’ (1961).


“Donde hay coraje humano, hay drama. Cuando la gente lucha a diario por la vida y el amor, se encuentra la esencia misma del heroísmo. Intenté capturar esto en cada película que dirigí.”
Ida Lupino

Adelantada a su época, Lupino se propuso crear films que abordaran, como hemos visto, temas poco convencionales y controvertidos que los productores de los estudios no se planteaban. Ella misma se refería a su trabajo como: “películas con trascendencia social y a la vez, entretenimiento, basadas en historias reales, cosas que el público podía entender porque habían sucedido o habían salido en la prensa.” En muchas de ellas, se centró en temas femeninos y le gustaban los personajes fuertes: “No mujeres con cualidades masculinas, sino un personajes con una gran fortaleza, con agallas.”

Ida Lupino nunca fue nominada al Oscar.

¡Venenosos Salu2 desde Crystal Lake!
Todas las fotos colección del autor.


miércoles, 12 de febrero de 2025

LAS ALEGRES CHICAS DE LOS CONJUNTOS

Conjunto, ta
Del lat. coniunctus.
3. adj. Aliado, unido a alguien por el vínculo de parentesco o de amistad.
7. m. Grupo de personas que actúan bailando y cantando, en algunos espectáculos teatrales, como variedades o revistas.

Hace unas semanas, trasteando entre la pila de antiguas revistas de cine que tengo, eché un ojo a uno de los ejemplares, concretamente un Films Selectos de 1931, donde aparecía Marlene Dietrich y reparé en un artículo al que no había prestado atención, titulado: Las alegres chicas de los conjuntos.

42nd Street (Warner Bros., 1933).
42nd Street (Warner Bros., 1933).

En el mismo, en un tono un tanto rancio propio de la época, se habla de estas mujeres en estos términos: “Disciplinadas ‘girls’, que levantan a un tiempo la pierna izquierda, […] bañistas, que pasean por las arenas de la playa la tentación de su belleza, velada por el breve y ajustado ‘maillot’; muñequitas vaporosas y frágiles, […]. De cualquier manera que se presenten a nuestra visualidad insaciable, las encontraremos encantadoras, bellas, gentiles, frívolas, inconscientes; estilizadas…” Según el autor del escrito: “han encontrado, al fin, motivo de lucimiento y categoría. En ellas culmina en muchos casos, el máximo de atractivo de las cintas.”

¿Se llamaba Evelin Smith o no? ¿Apareció en películas o era una pin-up anónima?
Modelo misteriosa de 1948.

¡Ahora sal y sé tan genial que harás que te odie!
Bebe Daniels como Dorothy Brock en 42nd Street (Warner Bros., 1933).

A mí en particular, cuando miro sus alegres caritas en las películas clásicas, lo que me inspiran son sentimientos ambivalentes. Si las observo detenidamente, no puedo dejar de imaginármelas en esos castings leoninos por los que tendrían que pasar si querían entrar en el coro y en las terribles situaciones en las que se verían envueltas. Audiciones, que para muchas, serían el primer peldaño para tener la oportunidad de destacar y llegar al estrellato. Pienso en cuáles serian sus esperanzas e ilusiones, cómo transcurriría su día a día y si habrían logrado alcanzar la fama que tanto anhelaban. El artículo lanza al aire la siguiente pregunta: ¿qué futuro les espera? Siempre me lo he preguntado, ¿no os ha pasado?


Gold Diggers of 1933 (Warner Bros., 1933).

Respecto a las que tuvieron la “suerte” de conseguir aparecer en una película, fantaseo viéndolas caminar hacía el Capitol Theatre el día del estreno, sentarse orgullosamente en una butaca junto a su familia para, tras verse, exclamar: ¡esa soy yo, la tercera por la izquierda! Algunas tuvieron la fortuna de tener sus minutos de gloria en breves primeros planos, pero: ¿qué cara pondrían las que descubrieran que la escena en la que salían había sido eliminada del montaje final?

Murder At The Vanities (Paramount, 1934).

La verdad de esos rostros anónimos que desde la pantalla nos sonríen, es que no son más que máscaras que ocultan un mundo de amargura, lleno de zancadillas, envidias e incluso abusos: engañadas por ese “amigo” de tal director o productor, asegurándolas que sus recomendaciones son la “clave” para llegar a la meta.

Palmy Days (Samuel Goldwyn Productions, 1931).

“La escalera del éxito en Hollywood suele ser así:
agente de prensa, apoderado, director, productor, galán y jefe de estudio: y se llega a estrella si una se acuesta con cada uno y en ese orden. Es crudo, pero es la realidad.”
Hedy Lamarr (“Extasis” y yo, 1966).

El grupo de coristas cinematográficas más célebres eran las Goldwyn Girls creadas por el productor de Hollywood, Samuel Goldwyn, siguiendo el impacto que provocaron las producciones teatrales de Florenz Ziegfeld y sus Ziegfeld Girls. Estas últimas actuaron entre 1907 y 1931 en los espectáculos de Broadway conocidos como Ziegfeld Follies y formaron parte de ellos en diferentes años, actrices que posteriormente fueron muy populares como: Marion Davies, Paulette Goddard, Joan Blondell o Barbara Stanwyck, entre otras. Es cierto que muchas dejaron atrás los escenarios para alcanzar el éxito en el cine, pero formar parte de las Ziegfeld Girls tampoco se lo aseguraba: de hecho, muchas aspirantes que llegaron a ser estrellas célebres, Joan Crawford o Alice Faye por ejemplo, fueron rechazadas e incluso en más de un intento, como les sucedió a Lucille Ball o Norma Shearer. Quizás la esperanza de ser descubiertas por un cazatalentos de Hollywood formando parte de un grupo de coristas era más una quimera que una realidad.

Gold Diggers of 1935 (Warner Bros., 1934).

En mi libro Joan Crawford: Alma en Suplicio, Joan rememora, de manera ilustrativa, las penurias que compartió con Myrna Loy en la película Pretty Ladies (1925) cuando eran simples coristas casi formando parte de la decoración diseñada por Cedric Gibbons: “ Nos sentamos en bloques de hielo, algunos se derretían más rápido que otros […]. No teníamos líneas. Yo era estrictamente una momia de grandes ojos, observando todo”.

Murder At The Vanities (Paramount, 1934).

Alrededor de 1929 Ziegfeld aterrizó en Hollywood para ayudar a Goldwyn en la producción de Whoopee! (1930) una película musical con elaboradas coreografías de Busby Berkeley en las que aparecen futuras estrellas acreditadas como Goldwyn Girls. Siguiendo la dinámica de Ziegfeld y aprendiendo de él, Goldwyn estableció sus propias pautas que, según explicó a la prensa, eran una serie de cualidades que debían cumplir: “belleza, personalidad, talento, confianza en sí mismas y ambición.” Entre las actrices, bailarinas y modelos cuya carrera empezó en las Goldwyn Girls podemos encontrarnos entre otras a: Lucille Ball, Virginia Bruce, Paulette Goddard, Betty Grable, Toby Wing e incluso a Jane Wyman.

42nd Street (Warner Bros., 1933).
En la parte inferior derecha podemos ver a la platinada Toby Wing.

Tan agradable me resulta encontrarme en los films clásicos a los habituales actores y actrices de reparto, bajo contrato por sus respectivas productoras, como descubrir rostros conocidos entre las chicas de los coros: una suerte de ¿Dónde está Wally? en movimiento, que dificulta la tarea. Hay que ser muy rápidos y tener ojo de lince, evitando parpadear, para dar con ellas. Como Mamie Van Doren cuenta en su autobiografía: “en muchas de mis películas si pestañeas te pierdes mi aparición.”

Dejando a un lado las figuras más conocidas, con extensas carreras en el cine como protagonistas, una destacada showgirl, activa principalmente en las películas de los años 30 fue: Toby Wing.

“Porque soy una rubia vivaz y la gente piensa que soy una corista,
no creerán que soy más que eso.”
Toby Wing

¡La corista más hermosa de Hollywood!

Con su característica imagen de rubia platino, era habitual verla en el coro y tras las bambalinas en los films musicales o en todo tipo de películas donde hubiese jarana: grandes o pequeñas fiestas en mansiones, night clubs o habitaciones de hotel, apareciendo especialmente ligera de ropa, sin apenas dialogo y normalmente no acreditada.

Toby Wing en Search for Beauty (Paramount, 1934).
En la parte superior derecha, una jovencita Ann Sheridan.

La pizpireta Toby (apodo familiar) conocida como “la corista más hermosa de Hollywood”, empezó en el cine a la edad de 9 años gracias a su padre que era ayudante de dirección en Paramount. En 1931, a los 16 años, se convirtió en una de las primeras Goldwyn Girls comenzando su carrera en el film Palmy Days (1931). Se la veía en muchas comedias realizadas por el mencionado estudio, impresionando tanto a productores como al público, pero nunca consiguió papeles protagonistas. Reconocida como una sex symbol, además de su trabajo cinematográfico, tuvo mucho éxito haciendo publicidad y apareciendo en multitud de revistas de fans durante la década de los 30.

Toby Wing en Murder At The Vanities (Paramount, 1934).

Fuera de la pantalla tuvo numerosos romances, incluso llegó a estar prometida en dos ocasiones. Con tan solo 22 años se casó en 1938 con el piloto de aviación Henry “Dick” Merrill, 20 años mayor que ella y se retiró del cine. El matrimonio, que tuvo dos hijos, se trasladó a Florida, donde Merrill fue asignado a la ruta Nueva York-Miami de Easterm Airlines. Wing tuvo éxito en el sector inmobiliario en California y Florida, para más tarde mudarse a Virginia dónde él dirigió un Museo del Aire hasta su fallecimiento en 1982. Toby le siguió 19 años después.

¡Encantadoras coristas! Sonriendo, siempre sonriendo...

Grupo de extras de Warner Bros.

¡Venenosos Salu2 desde Crystal Lake!
Todas las fotos archivo del autor.