martes, 29 de noviembre de 2016

ES UNA PELÍCULA PARAMOUNT

Solo hace falta escuchar un repiqueteo de tambores seguido de unas trompetas, para que sepamos que la película que vamos a ver es una producción de 20th Century Fox u oír el rugido de un león para saber que es una película de la MGM. Hay sonidos e imágenes indisolubles de la memoria colectiva.

De niño me encantaba ver aparecer al león de la Metro rugiendo a través de un anillo de cinta de película con el lema del estudio. Años más tarde, cuando ya empecé a ser consciente de mi predilección por ciertas estrellas y a interesarme por ellas, comencé a fijarme en los estudios para los cuales trabajaban. Me pasó con Rita Hayworth y la Columbia y me pasó después con Marlene Dietrich y la Paramount.

"Yo soy el cine, no lo olvidéis" parece decirnos Miss Swanson.

Tanto leer sobre cine y tanto ver películas clásicas, han hecho que con el tiempo, tenga preferencia por las películas de Paramount y pueda más o menos reconocerlas. Esto se debe principalmente a que muchos de los directores, actores y estrellas que me gustan formaron parte de dicho estudio, pero también es verdad que se debe el estilo único y personal que tenía en los años 30.

Nada más echar un vistazo a la icónica entrada del estudio (con sus columnas salomónicas) ya lo dice todo. Está emblemática puerta fue la entrada principal al mismo hasta 1976. El campanario que la coronaba, fue retirado por seguridad después del terremoto de 1936.

Las famosas puertas de la Paramount. Las puertas una característica de Lubistch. ¿Casualidad?

Si MGM se definía a sí mismo como el estudio con más estrellas, su máxima prioridad era crearlas y crear películas solo pensadas para ellas, Paramount era conocido por ser el estudio de los directores. Hay que aclarar que el eslogan de la MGM resultaba ser un recurso publicitario más que la verdad. En los años 30, el estudio con más estrellas era Paramount.

Desde su fundación en 1912 por allí pasaron: Clara Bow, Louise Brook, Claudette Colbert, Gary Cooper, Marlene Dietrich, Kay Francis, Cary Grant, Paulette Goddard, Veronica Lake, Dorothy Lamour, Herbert Marshall, Gloria Swanson, Mae West, Anna May Wong y Los Hermanos Marx entre otros.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Clara Bow, Louise Brook, Kay Francis, Paulette Goddard, Dorothy Lamour, Herbert Marshall, Adolphe Menjou y Anna May Wong.

No es que los ejecutivos les dieran manga ancha a los directores, pero siendo el estudio más sofisticado de todos, no es de extrañar que los directores más personales e individualistas terminaran allí: Ernt Lubistch, Cecil B. DeMille, Mitchell Leisen, Josef von Sternberg, Erich von Strohein y más tarde Billy Wilder o incluso el gran Alfred Hitchcock.

¡Yo soy La Estrella! Pero... ¿quién se lo dice a quién?
Marlene Dietrich con Ernt Lubistch en el rodaje de "Ángel" (1937). 

Como he dicho, si en la MGM, cuidaban hasta el último aspecto de su estrella en auge, en Paramount, sabían que un buen film se debía a la creatividad de su director y además contaban con el aliciente, de que el director era el que, a última instancia se las tenía que ver con las caprichosas estrellas, cosa que a los ejecutivos les ocasionaba algún que otro “problema”. Esto resultaba una liberación para ellos y se podían dedicar a “temas más importantes”.

La Paramount daba libertad a sus directores mientras sus películas dieran dinero. Resumiendo: “nosotros no interferimos en el desarrollo de la película mientras nos consigas un buen material de éxito”. En ese aspecto la Paramount era arriesgada. Les daba igual qué estrella apareciese en un film, porque contaba con los directores más creativos, que sabían sacar lo mejor del material (ya sean guiones, actores, etc.) que tuviesen.

La Swanson firmando un autógrafo (o dándole unos consejos) a Carole Lombard ante la atenta mirada de George Ratf.

Películas de éxito del estudio contaron con actores mediocres que en otras producciones de otros estudios, hubiesen pasado sin pena ni gloria. Gracias, por ejemplo, al genio y la elegancia de Lubitsch, maestro de la alta comedia. Por cierto, la comedia, fue un género que dominó Paramount.

Lubitsch y su eterno cigarro.
Su nombre en
los créditos de las películas era tan importante como el nombre de las estrellas.

Notable es que Ernst Lubitsch, el gran director conocido por su toque (mil veces imitado), terminará siendo jefe de producción de Paramount o que el estudio permitiera al personal y perturbador Von Sternberg, que construyera un mundo sofisticado y extravagante, para su máxima estrella: Marlene Dietrich. Aunque cuando el estrellato de ésta llegó a peligrar y se cansaron de sus excesos, no tuvieron más remedio que separarlos. Él desde entonces se convirtió en un maldito de Hollywood.

Josef von Sternberg, un genio con una obra tan personal como magnífica.

Incluso cuando el emblemático DeMille, cuyo nombre aparecía antes que el de las propias estrellas, que estaba en La Paramount desde sus comienzos (a Gloria Swanson se le podía atribuir la cita: “Yo soy el cine”, pero DeMille podría decir perfectamente: “Yo soy Paramount”), se marchó a la MGM después de irritarse con algún ejecutivo del Estudio, regresó a casa, al darse cuenta que “mientras en Paramount era el pez más gordo en un banco de peces, en MGM era el pez más gordo en un banco de tiburones”, como muy acertadamente dice Ethan Morddenen.

Cecil B. DeMille, el más emblemático de los directores.

La Paramount además de ser el estudio más sofisticado, concibió un universo deslumbrante para sus películas, en oposición con el entretenimiento familiar que producía MGM, con sus populares estrellas (Garbo, Crawford, Shearer, Gable…) y sus espectaculares decorados.

Claro ejemplo de la diferencia de estilo y tratamiento, se ve en una película como: “La Venus Rubia” (1932). Si en dicha película Marlene Dietrich es la estrella de un cabaret parisino, abigarrado, más o menos extravagante y de dimensiones reducidas, en la MGM para una estrella de su magnitud, hubiesen concebido un cabaret tan grande como un campo de fútbol.

Dietrich y Cooper en "Deseo" (1936)
¡Qué diferentes se verán más tarde en otros Estudios!

Es curioso también que los mayores escándalos debidos a estrellas, fueran de los que estaban bajo contrato con Paramount. En la Metro, donde se mantenía a las estrellas con mano de hierro, Mayer (máximo responsable) comentó a una díscola Joan Crawford en una ocasión: “nuestro estudio es familiar y esos comportamientos no son propios de nuestras estrellas. La Metro no es una casa de putas como la Paramount”.

Imagino que conociendo el plantel, no encontró otro calificativo mejor para el estudio rival. ¿Quién si no la Paramount tendría bajo el mismo techo a Clara Bow la chica “eso”, la descarada Mae West, la alocada Carole Lombard, la exótica Anna May Wong  o a la ambigua Dietrich?

Mae West "devorando vivo" a un primerizo Cary Grant.

Sin ir más lejos, la Metro no vio con buenos ojos, que su galán por excelencia Clark Gable, se viese con la Lombard. Como buen peso pesado que era Gable, este ganó y al final la llevó al altar.

El cuidado con el que se trataba a las estrellas en la MGM, por encima de guiones, directores y demás, era legendario. MGM no hubiese permitido a la Dietrich besar a una mujer en los labios y posteriormente lanzarle flores a Gary Cooper (estrella en auge, con el riesgo de acabar con su carrera) en una película como: “Marruecos” (1930). Yo creo que ni se hubiesen planteado rodarla.

¿Quién podía resistirse al encanto de Mr. Cooper?
Gustaba por igual tanto a las damas como a los caballeros.

Ese mimo para con sus estrellas, era envidiado por el resto de astros de los demás estudios. Por lo menos así parecía que pasaba con los de Paramount, pero también era mejor estar con ellos que caer en manos de la Warner.

Nancy Carroll, un juguete roto de la Paramount,
sospechosamente parecido a Claudette Colbert.

En Paramount las estrellas corrían a su suerte y muchas de ellas fracasaron antes de empezar, como en el caso de Nancy Carroll. Una promesa con la que no supieron muy bien qué hacer. En la Metro esto no hubiese pasado. Como he dicho, mientras MGM cuidaba hasta el mínimo detalle con respecto a su estrella, ofreciéndoles sólo el material adecuado para fortalecer su status, en Paramount tenían que vérselas con todo tipo de material. Esto en algunos casos les favorecía, llegando a convertirse en actores todoterreno. Claudette Colbert, cultivó todos los géneros desde su llegada al estudio en 1929 y su marcha en 1945. Significativamente ganó su Oscar fuera de “su casa” con “Sucedió una noche” (1934) y encima la hizo estando castigada. Gary Cooper es otro ejemplo de actor hecho a sí mismo, pasando de un género a otro.

Claudette Colbert podría perfectamente quitarle el trono de Reina
de la Paramount a Gloria Swanson.

Paramount era un estudio que desaprovechaba a sus valores. Carole Lombard, una de sus máximas estrellas, realizó sus mejores trabajos fuera del mismo, cedida en préstamo (cosa común en aquella época). Sólo personalidades de gran magnitud podían sobrevivir a tal derroche de talento.

La Lombard una gran estrella, una gran comedianta.
Su prematura muerte nos impidió saber de lo que sería capaz en un futuro.

Por otro lado, la imagen que proyectaron estrellas como Claudette Colbert, Marlene Dietrich, Gary Cooper o los Hermanos Marx (sus mejores y más alocadas películas se rodaron en este estudio), no volvió a ser la misma una vez abandonaron Paramount. Y esto, en algunos casos, tenía que ver con el genio de sus directores. También es cierto que les favoreció en ocasiones, proporcionándoles otros registros, abandonando sus antiguos clichés.

Groucho Marx con la gran olvidada Margaret Dumont.

A mí en particular me gusta más el Cooper en las comedias de los años 30, que en sus trabajos posteriores. La imagen que se habían creado era de tal magnitud, que en el caso de Marlene, tanto Wilder como (un confeso) Hitchcock, “quisieron contar” con la Dietrich-Von Sternberg para sus respectivas películas.

Sea como fuese, yo no puedo identificar a ningún director con su respectivo estudio, excepto con los de Paramount. De hecho, no puedo recordar a otros directores que me hayan calado por sus respectivas carreras como ellos. Puedo mencionar prácticamente la filmografía de Greta Garbo, pero no puedo decir cuál director la dirigió. Igual me pasa con la Crawford, ambas estrellas de la Metro, por lo que es muy posible que las etiquetas que han perdurado en el tiempo sean de lo más justificadas.



Venenosos salu2 desde Crystal Lake.
Todas las fotos archivo del autor.

miércoles, 11 de mayo de 2016

LAS BELLAS TAMBIÉN LLORAN… Y MUCHO!!

“La vida es algo así como un mensaje en una botella,
para ser transportado por los vientos y las mareas.”
Gene Tierney

Hollywood era sinónimo de sueños y hasta que no terminó el Sistema de Estudios, no cayó el velo que ocultaba la cara oculta y triste de muchas de sus estrellas.

"Simplemente no quería que mi cara fuera mi talento."

Gene Tierney, de la que el productor Darryl F. Zanuck (según él) seria: “incuestionablemente la mujer más bella de la historia del cine”, es un claro ejemplo de la amarga vida de una estrella. Lo he vuelto a recordar, tanto en el libro: “Gene Tierney. En el filo de la navaja” escrito por Víctor Guerrero, como en el documental: “Gene Tierney: Un retrato roto” (1999).

"Como actriz,
me entrenaron para mostrar la emoción que no sentía,
o ninguna emoción en absoluto." 

Gene Tierney es de esas actrices que marcaron mi adolescencia, traspasando la pantalla de mi televisor con sus películas. Como todo el que la ha contemplado en alguna ocasión (sobre todo si es la primera vez) y si ha sido con “Laura” (su película más emblemática), su imagen y su belleza se quedaron grabadas en mi mente. Gene se convirtió en la fantasía de muchos espectadores de su época, también para mí y no profundicé más allá de sus interpretaciones. La maquinaria de Hollywood creó una ilusión y como tal debía permanecer irreal e inalcanzable.

"Durante años,
nunca se me ocurrió cuestionar la política de los responsables del estudio."

No es oro todo lo que reluce. La realidad como he comentado es otra. La fábrica de sueños forjaba iconos a golpe de látigo.

Si bien la prensa de la época suministraba al público su ración de chismes, ciertos en algunos casos otras veces no, formaban parte del mito mismo de las estrellas. Estrellas que los estudios moldeaban a su antojo y en ocasiones usando la amenaza como dogma. Porque mucho más allá de los escándalos y juergas más o menos aceptables (¿qué tal o cuál actor es un rompecorazones? A fomentarlo!!), había ciertos pasajes oscuros que convenía mantener ocultos.

“Coches, pieles y joyas no eran mis debilidades.”

Nunca fue tan acertada la declaración de Alfred Hitchcock antes de su llegada a Hollywood: “Los actores son como el ganado”. Aunque me viene estupendamente, la verdad es que Hitchcok no generalizaba, como explicaba en el libro escrito por Truffaut: “El cine según Hitchcok”.

“En lo personal, me molesta que me etiqueten como “glamour girl”.
Es una etiqueta tan absurda, extravagante. Implica tanto que no soy.”
Carole Lombard

Carole Lombard a la que dirigió en “Mr. and Mrs. Smith” (1941), respondió a la cita mandando construir un “establo” en el plató, dentro se encontraban tres terneras con el nombre de los protagonistas colgado al cuello. La película y la broma, nació de la amistad entre la actriz y el director.

“Todos estamos atados a nuestro destino
y no hay manera de que podamos liberarnos.”
Rita Hayworth

Dejando a un lado la cita y el sentido verdadero de la misma, es verdad que como los esclavos egipcios construyendo las pirámides, las estrellas construían un reino muchas veces levantado a base de lágrimas. Además de estrellas, también eran personas aunque eso poco importaba. Sus dramas personales mejor que los sufrieran en silencio.

“Hollywood puede ser difícil para las mujeres,
pero no causó mis problemas.”

Ya he dicho en otras ocasiones que los grandes estudios fabricaban sueños y eso es lo que también demandaba el público. Éste, que lidiaba con el drama en su día a día, no necesitaba conocer los que sufría su estrella favorita. De hecho la gente de a pie, no se imaginaba (o no le interesaba) pensarlo.

¿Cómo es posible que los tuviesen viviendo rodeados de tanto lujo y esplendor?

“Lo que necesitaba era ser aceptada,
no era un capricho.
Tenía la intención de actuar.”

Cuando evocamos a una estrella de la Edad de Oro, nos la imaginamos en su fantástica mansión descansando entre rodaje y rodaje, acudiendo a fiestas (muchas organizadas por los propios estudios), pero olvidamos que en esa época, los actores y actrices eran simples asalariados con contratos leoninos, con grandes sueldos es verdad, pero esclavizados por la industria que los había creado. Muchos de ellos encadenaban película tras película sin descanso hasta que el estudio consideraba que había rentabilizado la inversión.

"Me acerqué a todo, mi trabajo, mi familia,
mis romances, con intensidad."
Gene Tierney

La hija de Lana Turner en su autobiografía cuenta que su madre se levantaba (cuando tenía que rodar) a las cuatro de la mañana y eran pocas las veces que llegase a casa más pronto de las dos de la madrugada. Como Lana, que tiene el dudoso “honor” de ser la protagonista de un gran escándalo que vio la luz, muchos otros.

"Mi vida ha sido una serie de situaciones de emergencia."
Lana Turner

Horas invertidas en los aspectos técnicos (maquillaje, vestuario, iluminación), rodaje propiamente dicho, descanso y comida en los propios estudios. Estos eran pequeñas ciudades, que incluían zonas de ocio de todo tipo y estaban situados estratégicamente cercanos a las zonas residenciales de las estrellas. Residencias las más de las veces proporcionadas por los mismos estudios.

Una vez se entraba en el juego, difícil era escapar. Debido en gran parte a que un gran sueldo conlleva un gran nivel de vida, para mantenerlo hay que pasar por carros y carretas. Cuando en contadas ocasiones un actor o actriz se revelaba, el estudio tomaba represalias.

“Un perro tiene bondad en su corazón y la dignidad en su comportamiento.
Las mejores cualidades que cualquier persona quisiera tener.”
Kay Francis

Hasta que el “ganado” volviese al redil, te podían suspender de empleo y sueldo indefinidamente (que se lo pregunten a Rita Hayworth), condenar a malas películas (que se lo digan a Kay Francis) o ceder a un estudio menor generando automáticamente que tu valor baje. Amenazar con airear trapos sucios, hacer mala publicidad en medios afines (¿cómo se te ocurrió Olivia de Havilland denunciar a tu estudio?) o incluso entrometiéndose en la vida privada de las estrellas, hundiendo relaciones por ejemplo.

“Éramos como una sociedad anónima en la Warner.
No sabíamos nada de las estrellas de los otros estudios.”
Olivia de Havilland

Los grandes estudios tenían mil y una maneras de tenerte bien atado.

Debemos añadir a todo lo mencionado: las envidias, celos, zancadillas, bulos, favoritismos e intrigas. Todo muy propio de una corte francesa del siglo XVIII. Además los grandes estudios (en esto si se ponían de acuerdo los cabrones), podían vetar a un actor o actriz para que ninguno le contratase y para rematar, cuando llegado un punto dejabas de interesar, no había contrato que no se pudiese rescindir en el momento.

¿Crees que una estrella del Hollywood dorado vivía en un lecho de rosas?
“La riqueza, la belleza y la fama son transitorias.
Cuando aquellas se han ido, poco queda, salvo la necesidad de ser útiles.”

Por lo que sabemos, Gene Tierney era refinada, afable, de carácter dócil y disciplinado, que la granjeó las simpatías de todo aquel que la trataba. Pero también supimos que para Gene, permanecer en los estudios era la válvula de escape para permanecer “estable”.

De infancia acomodada, sólida educación y viajes por Europa, Gene se convirtió en la estrella de la Fox en los años 40 y en poco más de 10 años ingresaba en centros psiquiátricos.

“Día tras día, pasé largas tardes en la cantera de talentos,
donde nos decían cómo caminar, cómo hablar, cómo sentarse.”

A finales de los años 30 se labró una exitosa carrera teatral, pero una vez llegó a Hollywood los estudios no supieron que hacer con ella. Desde el principio recibió roles protagonistas, pero o bien eran inadecuados o explotaban sus rasgos exóticos. La crítica fue dura con ella, aunque las más de las veces fueron simplemente indulgentes.

“Iba a vivir con mi sueldo o caminaría oscilante hacia abajo.”

Errores de casting aparte, los años 40 fueron provechosos para ella, protagonizando grandes clásicos como: “El diablo dijo no” (1943), “Laura” (1944) o “Que el cielo la juzgue” (1945). Antes de todo esto, en 1941 apareció Josef Von Sternberg y la dotó, como dice Terenci Moix de “poderío erótico”. Sternberg que había formado tándem con Marlene Dietrich sabía de eso un montón. La película “El embrujo de Shanghai”, como no podía ser de otra manera fue un rotundo fracaso.

“Tratar de poner orden en mi vida era como tratar de recoger una medusa.”

No debió ser fácil la vida para Gene Tierney. Primero, descubrir que tu padre le era infiel a tu madre y que te ha sacado hasta el último centavo. A continuación, un matrimonio (que no es aceptado por nadie) con sus más y sus menos con el diseñador Oleg Cassini, debido al sentimiento de inferioridad por parte de él y de dependencia por parte de ella. Por último, el nacimiento en 1943 de su primogénita, con retraso mental, sordomuda y ciega que la marcó de por vida y la ocasionó trastornos psicológicos.

“Las personas que enferman mentalmente
a menudo tienen una historia de dolor crónico.”

Observándola ahora detenidamente y con lo que ya conocemos, no sabemos si sus interpretaciones (personajes perversos, atormentados) son fruto de su trabajo como actriz o de sus problemas mentales.

"Admiro a cualquier persona que se libra de sus adicciones."
GeneTierney

Buena prueba de ello, es su interpretación de Baketamon, en la superproducción “Sinuhé, el egipcio” (1954), donde se aprecia distanciamiento y un endurecimiento de sus rasgos que le vino muy bien al papel.

“Mi salida de Hollywood fue descrita como una retirada.
Nadie entendía que me estaba viniendo abajo.”

En la década de los 50, sus trabajos son menos importantes. Un desengaño amoroso con Ali Khan (el padre de éste prohibió su relación con ella después de la experiencia con Rita Hayworth), e intento de suicidio de por medio, la condujeron de forma intermitente y posteriormente durante un año a ingresar en centros psiquiátricos, donde entre otras cosas, recibió tratamiento de electrochoques en una treintena de ocasiones.

“No estaba hecha para ser una rebelde.”

Se despidió momentáneamente del cine con “La mano izquierda de Dios” (1955), junto a Humphrey Bogart, para retomar su carrera totalmente recuperada en 1962. Participó en cuatro películas (por amistad y por contrato) con papeles pequeños y de poca importancia, para desaparecer definitivamente en 1964.

“Yo sabía que no podía hacer frente al futuro a menos que fuese capaz de volver a descubrir el pasado.”
Gene Tierney

En 1960 se casó con el magnate del petróleo W. Howard Lee (que la visitaba durante su internamiento), quinto marido de Hedy Lamarr, para vivir una vida tranquila como un ama de casa más. Tras la muerte de este en 1981, pasaba el tiempo participando en causas benéficas.

“La principal causa de mis problemas provino de la tragedia del nacimiento de mi hija
y mi incapacidad para hacer frente a mis sentimientos.”

Gene Tierney nos dejó a los 70 años en 1991, debido a un enfisema pulmonar a causa de su gran afición al tabaco. Sus dos hijas la sobrevivieron. Daria (recluida en una institución desde su más tierna infancia) hasta 2010 y Christina (que nació sana) en 2015 en la más absoluta pobreza, porque la segunda mujer de su padre no quiso darles a las hermanas la parte de su herencia.

“Yo vivía en un mundo que no existía. La prisión de la mente.”
Gene Tierney

Venenosos salu2 desde Crystal Lake!!
Todas la fotos archivo del autor.

martes, 15 de marzo de 2016

GLAMOUR, SEX-SYMBOLS Y SHARON STONE

Revisando mis álbumes de recortes de prensa y de fotografías, me he dado cuenta que hace más de 10 años que he dejado de seguir y coleccionar a actrices, cantantes o artistas en general que antes representaban algo para mí. Tampoco es que no signifiquen nada en absoluto, siempre queda algo ahí latente y forman parte de un todo, pero ya no tengo esa fiebre coleccionista como antes.

Saludando al público y a la prensa en Cannes (1995)

El tener demasiadas aficiones sin un sentido práctico, más allá del placer por coleccionar y el dedicar mi tiempo libre, energía, recursos e ir especializándome en cine clásico, pasando ampliamente del cine que se hace actualmente, han hecho que muchos de mis intereses se queden congelados en el tiempo, exceptuando si saca nuevo disco un cantante o grupo que me guste, pero esto es más por mi afán por completar. Lo hago con pocos y siempre me digo que será la última vez porque muchas veces ni escucho el disco.

Seduciendo a la cámara

Cuando mi amiga Carmen Munsters me pregunta por el tema del glamour y específicamente, según mi particular opinión, si existe en la actualidad alguna figura que lo represente, le digo que no. Si insiste, invariablemente siempre le menciono a Sharon Stone.

 "Entre dos mujeres" (1994)

Antes de hablar sobre Stone, he de reconocer que hay actrices actuales que me gustan especialmente, como por ejemplo: Cate Blanchett, Meryl Streep (que tiene una trayectoria más larga) o inclasificables como Tilda Swinton, pero solo las sigo por las películas que hacen y prácticamente cuando las pasan por televisión.

"Actión Jackson" (1988)
A parte de estas, luego están las que han logrado embaucarme con alguna película que he visto. Un claro ejemplo de esto sería Nicole Kidman, lo consiguió en el 2001 con: “Moulin Rouge” y “Los Otros” y hasta ahí… Estos títulos reafirman lo que he dicho al principio de esta entrada, que hace más de 10 años que he “desconectado” del cine actual.

Sharon Stone no es que represente el glamour, lo que si puede llegar a representar es el concepto de estrella que no actriz. El concepto de glamour se definió y desarrolló en la era dorada del cine clásico. Hablamos de la era del sistema de estudios, los años 30 y 40.


Fotografiada en 1993
Lo expresó muy bien el director Josef Von Sternberg: "El glamour es el resultado de los claroscuros, del juego de luces sobre el paisaje del rostro, el uso de lo circundante a través de la composición, a través del aura del cabello y la creación de sombras misteriosas en los ojos."


Añadiría que en el concepto de glamour, no solo estaban implicadas (ciertas) estrellas con sus más o menos dosis de misterio e irrealidad, sino todo lo que las rodeaba y las daba forma como: diseñadores, maquilladores, iluminadores, publicistas, fotógrafos…


Dietrich fotografiada
por Don English en 1937
Como bien decía Marlene Dietrich: “El término glamour representaba una entidad indefinida, un estado inaccesible, un paraíso irreal, deseable pero definitivamente inalcanzable.” Y ahí está la clave, porque en la actualidad prácticamente todo es accesible, alcanzable y real.

Sharon Stone y muchas otras más: ¿son glamurosas cuando las hemos visto más de una vez en chándal y sin maquillar? Por eso el término del glamour es fruto de una época, sus circunstancias y como tal debe quedarse en el pasado (y los libros de historia del cine). En la actualidad debería estar en desuso ya que ha perdido su valor. El término glamour se usa indiscriminadamente, con demasiada frecuencia y sin ningún tipo de criterio.

Fotografiada en 1996
Después del glamour apareció el terminó sex-symbol y según Marlene llegó con Marilyn Monroe.

Con la llegada de los años 50, lo inaccesible e irreal dejo de existir y aparecieron nuevas figuras: Monroe y en el polo opuesto Audrey Hepburn. Las tomo como ejemplo por lo que representan y lo erróneo de utilizar el término glamour con ellas.


No me voy a extender demasiado en explicar lo que es una sex-symbol porque solo con pensar en Monroe ya queda suficientemente claro. Con ella la mujer se hizo de carne y desapareció el misterio. Explotó la etiqueta a conciencia en todas y cada una de sus películas repitiendo el mismo rol (más o menos) y su imagen, entre otras cosas con su característico peinado, sea una película de “época” o un western o en el día a día ¿no os habéis dado cuenta?

¿Esto es glamour? Oh Marilyn, que perdida estás...

En cuanto a Audrey Hepburn ¿existe actriz o estrella más alejada de la irrealidad y el misterio? Audrey se ha caracterizado por su naturalidad y en palabras del propio William Wyler que la seleccionó para “Vacaciones en Roma” (1953): “Tiene todas las cosas que busco: encanto, inocencia y talento. Es muy divertida. Es absolutamente encantadora.”

Audrey en "Funny Face" (1967)
Después de esta película y muchas más, Audrey se convirtió en una actriz respetada por su belleza natural, icono de sencillez y transparente personalidad, todo muy alejado de lo que representaron las actrices con glamour propiamente dichas, moldeadas por la artificiosidad del estudio.

Audrey representa el “Star Style”: icono de la moda con su estilo personal y elegante. Ya estaba en su naturaleza. No fue una creación de los diseñadores (hoy reconocidos), contratados por los estudios siguiendo unos patrones. Eso sí, se apoyó en Givenchy tanto dentro como fuera de la pantalla. Diseñador con el cual se la asoció de por vida, convirtiéndose en el mejor “maniquí” del creador.

Una vez aclarado el concepto glamour, sex-symbol y estilo, y como esta entrada está dedicada a Sharon Stone, podría decirse que para mí, reuniría en parte alguno de los tres términos en mayor o menor grado.

¿Existe alguna duda por la que Sharon Stone
no pueda pasar por una estrella clásica?

¿Por qué pienso esto? Como  digo siempre, Sharon Stone es más estrella que actriz. Evidentemente esto último no he de demostrarlo repasando detenidamente su filmografía. Como actriz pocas veces ha brillado o han sabido sacar más provecho de ella más allá de su belleza o su etiqueta de sex-symbol de los 90. Gracias a su interpretación en “Instinto Básico” (1992) se la etiquetó de mito erótico y pocas veces brilló tanto su talento como en “Casino” (1995).

En "Casino" o como te roban un Oscar para castigar a Scorsese

Sharon Stone, y no es por infravalorar a otras actrices, dejó huella con “Instinto Básico” y gracias a la misma, pasará a la historia del cine como antes lo hicieran Marlene Dietrich y su Lola-Lola y las ligas de “El Ángel Azul” (1930) o Lana Turner y su Cora de “El cartero siempre llama dos veces” (1946).

"Instinto Básico" (1992)

Stone, además es de las pocas estrellas, por no decir la única, que causa revuelo en cualquier festival al que asista, sin ni siquiera presentar película. Lleva una carrera ininterrumpida desde los años 80 hasta la actualidad, pero o bien ni siquiera se llegan a estrenar (directamente salen en dvd) o son rotundos fracasos y en muchos casos no suele ser protagonista. La última vez que vi a Sharon Stone fue en “Instinto Básico 2” (2006), pero como curiosidad y en DVD. No había necesidad de una segunda parte y no me gustó.

Una jovencita Sharon Stone se encuentra con Salomón

Recuerdo exactamente la primera vez que la vi en el cine. Nos llevó mi padre a ver “Las minas del rey Salomón” (1985). En principio me enfadé, porque la película que quería ver era “La joya del Nilo” (1985) y a la que quería ver era a Kathleen Turner, pero una vez vi a Sharon Stone se me pasó el enfado y olvidé a Turner. Acto seguido empecé a coleccionarla y seguirla. Mucho mérito por mi parte porque ni existía internet, ni tenía VHS. ¡¡Todo se lo debo a revistas como Supertele, Teleindiscreta, Fotogramas, Acción…!!

"Acosada" (1993)
"Diabólicas" (1995)

Una vez enfrascado en la tarea mitómana, no hubo película desde su pequeña aparición como chica guapa en el tren (así aparecía en los créditos finales) en “Recuerdos” (1980) de Woody Allen, que no haya visto tanto en televisión como en cine, porque increíblemente hubo una época en la que iba mucho, incluso hasta solo.


"Verhoeven se dio cuenta de que soy inteligente y me obligó a usar la cabeza.
Otras personas, durante la mayor parte de mi vida, han preferido que no pensara,
que me callara, que me quedara quieta, como un objeto decorativo"

“Bendición Mortal” (1981); “Los crímenes de las chicas del calendario” (1984); “Allan Quatermain y la ciudad de oro perdida” (1986); “Loca academia de policía 4” (1987); “Action Jackson” (1988); “Sangre y arena” (1989); “Desafío total” (1990); “Acosada” (1993); “El especialista” (1994); “Entre dos mujeres” (1994); “Rápida y mortal” (1995); “Diabólicas” (1996); “Gloria” (1999) o “Catwoman” (2004) donde se comía a Halle Berry, son junto con las mencionados a lo largo del texto y otras muchas, las películas que habré visto, sean buenas, regulares o malas. Además tengo unas cuantas en DVD, aunque la llegada de este formato hizo un gran daño a mi colección de VHS.

"Estoy convencida de que, a largo plazo, el aspecto de sex-symbol desaparecerá
y lo cómico acabará por tomar el relevo"

¿Es una de mis estrellas favoritas? Si. ¿Es una buena actriz? ¿Lo era Hedy Lamarr? ¿Le encuentro algún defecto? Si, principalmente nunca me ha gustado que se desnudara tanto. Visto todo se acabó la imaginación y el misterio. También como he podido leer, es acusada de ser más una imagen de marca que una actriz.

Fotografiada en 1995 muy a lo Hedy Lamarr

Independientemente de todo, en general Sharon Stone tiene cualidades suficientes para recoger el testigo de las grandes estrellas del cine clásico o por lo menos hacérmelas recordar. Tiene buenas facciones, buen tipo y es guapa, de eso no hay duda. Además de todo eso es lista.

"Una vagina y un cerebro son la combinación perfecta
para conseguir el éxito"
Estilosa cuando quiere, si no recordamos sus apariciones en chándal ni en supermercados. Su registro podría decirse que es limitado pero siempre sale estupenda. Posiblemente si hubiese nacido antes y con los medios de entonces habría sido una gran estrella de la edad de oro.

Además sabe cómo “robar” la atención de los medios luciendo de lo “más sencilla”, cuando sus contemporáneas deciden ir de lo más barrocas. Ejemplo de esto es su aparición en la ceremonia de los Oscars de 1998.

Derrochando estilo
en la ceremonia de los Oscar de 1998

Aunque si hablamos de robar protagonismo, nadie mejor que la mismísima Marlene Dietrich, que se lo robó a ella cuando presentaba “Instinto Básico” en el festival de Cannes en 1992. Siendo la Dietrich homenajeada con el cartel ese año, "decidió" morirse la noche antes y claro, ya nadie habló de otra cosa en el festival, ni siquiera del cruce de piernas de Stone.

Un cruce de piernas básico...

Y como toda buena diva que se precie, rechaza buenos papeles o causa impacto internacional con su experiencia cercana a la muerte, cuando en 2001 sufrió un derrame cerebral. Algo similar (por el impacto) es lo que le sucedió a Liz Taylor cuando dándola prácticamente por muerta, se le practicó una traqueotomía. En 1961, Liz fue galardonada con el Oscar por “Una mujer marcada” (1960) y muchos pensaron (incluso ella) que más que merecerlo por una interpretación menor, se le dio por haber salido airosamente de su delicada enfermedad.

Sharon Stone en un retrato de 2004

Uno de los grandes logros de Sharon Stone es permanecer en la memoria colectiva sin hacer nada memorable, profesionalmente hablando. Toda una hazaña al alcance de muy pocas, porque esa es la notable diferencia entre ser actriz y estrella.

Venenosos salu2 desde Crystal Lake!!
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