domingo, 14 de mayo de 2017

DIVINAS CRIATURAS

Divina: adj. Perteneciente a Dios o a los dioses.
Criatura: f. teol. Toda cosa creada por Dios.

"No soy un mito."

Acercándose los 25 años del fallecimiento de Marlene Dietrich el pasado día 6 de mayo y seguidamente, el día 10, los 40 años de Joan Crawford, hace unas semanas comencé a escribir esta entrada. El tono que le estaba dado era más bien pesimista. No sé si tendría algo que ver en ello mi apatía, pero reflexionaba sobre el sentido que tenía mantener una afición que, en un principio, no conduce a nada.

"Yo creo en el dólar. ¡Todo lo que gano, me lo gasto!"

La sabia intervención de María Escolopendra Venenossa y sus contundentes argumentaciones: “Si hablamos de aportar… el futbol no aporta nada y fíjate en la cantidad de aficionados...”- despejó en un instante, como si de una revitalizadora lluvia se tratara, los grises nubarrones que me acompañaban.
-“El caso es disfrutar con lo que te guste, sean las estrellas del cine clásico o cualquier otra cosa. Aporten o no, es lo de menos, ya que todo es efímero.”- ¡¡Entendido Srta. Escolopendra!!
Pero… no podrá discutirme que existen aficiones y “aficiones”. Unas enriquecen (la lectura p. ej.) y otras no.


"No tengas miedo de nada."
(Joan Crawford)

"Soy un caballero de corazón."

Reconducido por el buen camino, pongo al león de la MGM por testigo que nunca más volverán a asaltarme este tipo de dudas. Las estrellas que me observan desde el más allá pueden estar tranquilas. Lo raro es que no se apareciesen cabreadas en mis sueños.

Con motivo de los aniversarios mencionados, tanto Dietrich como Crawford se han puesto de actualidad. Es verdad que más la última por la serie “Feud: Joan & Bette” (2017). El morbo vende.

"Los bolsos y los zapatos son mi debilidad.
El chicle es mi vicio y hacer punto es mi vocación."

Leyendas indiscutibles del séptimo arte, desde mi punto de vista, ambas tienen muchas cosas en común siendo tan distintas: pelirrojas y peligrosas; glamurosas y carismáticas; profesionales y disciplinadas; obsesivas de la limpieza; coleccionistas de amantes; tener hijas desagradecidas; una voluntad férrea por mantener el mito; ambas en su momento  fueron “Veneno para las taquillas”. Apunto que Joan remontó esa etiqueta rápidamente, Marlene tardaría un poco más.


"En Europa, no importa si eres un hombre o una mujer - hacemos el amor con cualquiera que encontremos atractivo."
(Marlene Dietrich)

Si bien Dietrich procedía de una familia acomodada, Crawford alcanzaría el estrellato desde la trastienda de una lavandería. Una vivía entre algodones, otra pasaba su infancia de ciudad en ciudad, rodeada de humillaciones y malos tratos.

"No soy una actriz, soy una personalidad."

La vena artística ya les venía desde niñas. Marlene era una virtuosa del violín hasta que una lesión le impidió seguir tocándolo, mientras que una lesión en el pie condujo a Joan a dedicarse a la danza. Su determinación a no verse limitada y los consejos de un especialista, que le aconsejó que se ejercitara con ejercicios de baile, solventaron el problema de una extremidad que muchos médicos daban por perdida. Joan se convirtió en una gran bailarina. Su infancia y la forma con la que lidió con su lesión moldearon la personalidad y el carácter de la Joan futura.

"Necesito sexo para tener una tez clara, pero prefiero hacerlo por amor."

Abandonadas sus respectivas aficiones, comenzaron su periplo artístico como coristas de cabaret y espectáculos de revista en los años 20, Dietrich en Berlín y Crawford en EEUU, antes de encaminar sus pasos hacía el mundo del cine y llegar a ser reinas de sus respectivos estudios: la Paramount y la MGM.

Empezaron sus carreras en el cine mudo. Joan subiendo peldaño a peldaño, conducida por la mano maestra de (Papá) Louis B. Mayer, en más de 20 películas que la formaron y la convirtieron en favorita del público (recibía multitud de sacas con cartas de fans) y encarnando a la flapper (jovencitas de faldas y cabellos cortos que bailaban a ritmo de jazz) por excelencia.

"Un país sin burdeles es como una casa sin baños."

Marlene pasó sin pena ni gloria por el cine silente hasta que se convirtió, con la llegada del sonoro, en la sensación de los años 30 guiada en una serie de películas por su mentor Josef Von Sternberg. Por entonces, Joan Crawford ya era toda una estrella, encabezando la lista de las 10 estrellas más taquilleras. Marlene Dietrich llegó a Hollywood como respuesta de la Paramount a la misteriosa Garbo de MGM. Dietrich con un estilo y una carrera bien distinta a la de ésta, ganaba en presencia física. Crawford tenía al enemigo en casa.


"Había un dicho alrededor de MGM: Norma Shearer consiguió las producciones, Greta Garbo suministró el arte, y Joan Crawford hizo el dinero para pagar ambos."
(Joan Crawford)


"Se ha dicho que en la pantalla personifiqué a la mujer americana."

Hablando de “casas”… era conocido por todos, el buen trato que las dos, en sus respectivos estudios, tenían con los técnicos, desde el primero al último. No voy a ser yo quien dude de sus buenas intenciones, pero es verdad que sabían que la mejor manera de salir cuidadas en una película era ganarse la confianza y el cariño de los trabajadores de la misma. Nada mejor que tener a los iluminadores de su parte.

"Nunca disfruté trabajando en una película."

Joan Crawford deslumbró con sus interpretaciones de mujeres luchadoras, que empezaban desde abajo y terminaban alcanzando el éxito y en papeles de sufridora. Papeles muy del gusto de las mujeres de a pie. Marlene Dietrich, en cambio, brilló como mujer misteriosa y exótica un tanto inalcanzable. Sus personajes (sobre todo en los primeros años 30) eran mujeres de dudosa reputación que, en vez de recibir un castigo por su conducta, eran recompensadas con el triunfo (todo lo contrario a lo que le sucedía a Garbo). Marlene nunca encajó del todo en Estados Unidos, mientras que Joan era genuinamente una chica tejana.

"Tienes que ser autosuficiente y fuerte para sobrevivir en Hollywood.
De lo contrario serás destruido."

No sé si debido a su procedencia y su tenacidad, la carrera de Joan Crawford fue brillante, si obviamos sus últimos años. Su ambición por salir de la miseria la condujo a ello, mientras que la de Marlene Dietrich fue desigual, en parte por ese carácter tan suyo de no tomarse las cosas muy en serio. En contrapartida, Dietrich pasó a la historia por una mítica película del primer cine sonoro: “El Ángel Azul” (UFA, 1930). Todo al que le guste el cine recuerda su icónica imagen luciendo sus famosas piernas sentada sobre un barril.

“Pensé que todo lo que estaban haciendo era horrible. Tenían una cámara apuntando a mi ingle. Yo era tan joven y tonta."
(Marlene Dietrich sobre "El Ángel Azul)

"Nunca tomé mi carrera en serio."

Joan, ganadora de un Oscar por “Alma en suplicio” (Warner, 1945), mantuvo su estrellato luchando con uñas y dientes durante las décadas de los 30, 40 y 50, adaptándose a las modas y compitiendo contra rivales más jóvenes. Marlene, nominada al Oscar por “Marruecos” (Paramount, 1930), brilló en la primera mitad de los 30, marcó tendencias de moda y mantuvo con desigual fortuna su status en los 40 (destacando en contadas ocasiones). También es verdad que en esa época estaba dándolo todo en el frente durante la Segunda Guerra Mundial. Aun así, Dietrich dedicó sus esfuerzos a su propio mito más que a su carrera cinematográfica, volviendo a los escenarios al finalizar la contienda.

“Nadie puede imitarme. Siempre puedes ver personificaciones de Katharine Hepburn y Marilyn Monroe. Pero no de mí. Porque yo he sido la única en crearme a mi misma."
(Joan Crawford)

"Soy demasiado."

Joan Crawford terminó su carrera con penosas interpretaciones que ensombrecieron, en parte, su trayectoria y se retiró del mundo del espectáculo en 1974, después de ver su aspecto en unas fotos publicadas tras asistir a una fiesta en honor de su amiga Rosalind Russell, con la que trabajó en la conocida “Mujeres” (MGM, 1939). Película, por cierto, que revitalizó su carrera.
“Si no puedo seguir siendo Joan Crawford, no quiero trabajar más.”- fue la frase lapidaria con la que dio por finalizada su vida pública.

"Si hay un ser supremo, está loco."

Marlene Dietrich seguía alimentando la leyenda (con espléndidos vestidos y juegos de luces) recorriendo los escenarios del mundo con sus actuaciones en vivo desde los años 50. En momentos puntuales, abandonó sus espectáculos para volver a ponerse ante las cámaras en pequeñas apariciones, más por amistad que por interés en su carrera cinematográfica. Una caída durante una de sus actuaciones en 1975, puso punto y final a su trayectoria.

"Cualquier actriz que aparece en público sin estar bien arreglada
está cavando su propia tumba."

Ambas, Joan & Marlene, mujeres decididas y de fuerte personalidad, se ocultaron de la vista del público para ser recordadas en sus años de esplendor, dedicando su tiempo a contestar las cartas de sus admiradores. La Dietrich además, según contaron su hija y nieto, se mantuvo políticamente activa hasta sus últimos días.

“¿Me molesta la etiqueta "diosa del sexo"? ¿Te refieres a Marilyn Monroe? No soy una diosa del sexo y nunca lo he sido.
No en los años 30 - y no ahora.
Y no me molesta, no, simplemente porque se llega a esperar que la gente confunda glamour con sexo,
que es una cosa completamente diferente.
Este es el precio que uno paga por ser famoso.”
(Marlene Dietrich en los años 60)


"Cuando estás muerto, estás muerto. Eso es todo."

Una vez habían fallecido, sus hijas escribieron sendos libros donde no las dejaban en muy buen lugar. Es cierto que el daño a la imagen de Crawford ha perdurado en el tiempo y fue mayor que el de Dietrich, pero de estas hijas ingratas, prácticamente nadie se acuerda. Los mitos bien enraizados vencieron a las lenguas viperinas.

"Me encanta interpretar perras. Hay mucha perra en cada mujer...,
mucha en cada hombre."

Joan Crawford recibió en vida numerosos reconocimientos al igual que Marlene Dietrich, pero Marlene se permitió el lujo de morirse un día antes de que comenzase el Festival de Cine de Cannes de 1992, donde se la rendía homenaje con el cartel del evento.
¡Al final robó la función!

"Glamour: me gustaría saber su significado."
(Marlene Dietrich)

Divinas Criaturas con D de Dietrich y C de Crawford.

Venenosos salu2 desde Crystal Lake.
Todas las fotos colección del autor.

Dedicada a Miss Carmen Munsters aficionada al Fantaterror, la Sci-Fi y las starlettes, con motivo de su cumpleaños.