domingo, 4 de septiembre de 2011

MARNIE, HITCHCOCK Y EL PSICOANÁLISIS

Terminado de leer el libro “El cine según Hitchcock” escrito por François Truffaut, me invade el espíritu del gran maestro y apropiándome del título de una de sus películas me armo de valor y…

¡¡YO CONFIESO!!

No no me convertí en un JMJ es Monty Clift anonadado con mis comentarios!!

Después de mi aventurilla “riñonil” y planificando mi “puesta en escena” al más puro estilo de los héroes y heroínas de sus películas, tomo la decisión harto de pedalear hacía la nada más absoluta (clara alusión a las horas que me paso haciendo spinning) de acudir al psicólogo para que en lo posible pula mi “adorable” carácter y consigamos que me convierta en uno más de la media.

Resumiendo: me convierta en un vulgar borreguito que es el súmmum de la realidad que nos rodea.

¡¡Quiero estar IN!!

¡¡No son marcianos, son borregos!!

Acudo a mi cita con un amable señor muy parecido a Eduard Punset pero más joven que me recibe en la puerta y se aposenta en su sillón siguiendo los clichés a los que su profesión le obliga. Recostado hacía atrás, ojos inquisidores, miradas a movimientos de mis manos, etc, etc…
 

¿Qué le cuento? La luz de la ventana me da en la cara y en ese momento no sé muy bien el qué. También es imposible cuadrar fechas con según qué estado de ánimo.
Decido actuar siguiendo como no podía ser de otra manera el guión de toda buena película del genio del suspense.
 

¿Me muestro inteligente? ¿Críptico? ¿Tímido o extrovertido quizás? Espero a ver cómo se desarrolla el guión y ya veremos...

¡¡Me siento el protagonista!!

Marnie dudando entre recibir una cachetada o volverse aun más loca

No es por dármelas de listo pero a mí no hay psicólogo que me la dé. Con todos mis respetos, no creo que consiga llevarme (ni que me deje llevar) por terrenos movedizos y termine hablando de lo que él quiera y consiga convertirme en un borreguito.

¡¡Antes preferiría convertirme en la etiqueta de Norit!!

"Mi otro yo" vs "Este otoño toca limpieza"

No considero que tenga traumas alojados en mi subconsciente a descubrir como Tippi Hedren en “MARNIE” pero, siguiendo con las analogías, al igual que “MARNIE” se aterrorizaba con el color rojo en mi caso lo siento con el color azul oscuro. Para los profanos indicarles que era el color con el que se identificaba la empresa donde trabajaba y donde a poco me convierto en un verdadero Serial Killer.

Bus 656 camino del infierno...

El color no me preocupa tanto como a “MARNIE” ni despierta en mi sentimientos criminales, no es más que un color, pero el pasado y el presente que está relacionado con el sí. Por mucho que te distancies todo queda para mal o para bien y más cuando sigues manteniendo un ligero contacto con ciertos elementos comunes.

El futuro está por definir…

Tu futuro está en las cartas (breve licencia a Orson Wells)

Finalizada la primera toma de contacto en la que queda claro que debo dejar el café y la coca-cola ya que parece ser que la cafeína y la coca (sic) me afectan, nos citamos para una segunda “escena”...

¡¡Mira como duerme!! vs ¡¡Hoy no ha tomado café!!

“YO CONFIESO” que alimenta mi ego de una manera espectacular ver que rellena hojas y más hojas con lo que le cuento.
En la siguiente sesión  ya contamos con un esbozo de guión y empezamos a definir los perfiles. Esta vez se acompaña de un sobre con mi nombre escrito en una cara de dónde saca los citados papeles a modo de fetiche porque esta vez no rellena nada.

Marnie diseñando el catálogo de impresentables...

En esta segunda lectura de guión elaboro mejor mi “papel” y como guiño particular me hago acompañar del citado libro apuntado al principio de la entrada.
También me sirve a modo de elemento diferenciador del resto de “figurantes” que acuden al “Plató nº 9”. Así también le doy pistas del tipo de personaje que soy, ya que dudo que en la zona se dediquen a leer ese tipo de libros…

¿Fumando el cigarro de la reconciliación?

Mi “Punset” particular toma buena cuenta de mi referencia literaria y me suelta a lo largo de nuestra conversación una frase que me hizo pensar en la película “LOS PÁJAROS”:

¡¡Usted debe de romper el cascarón!!

Pio, pio…

¿Amigos o enemigos? Qué problemón...

Para empezar le hago saber mi disgusto sobre la velada insinuación de nuestro primer encuentro. Aclarado este punto, paso a resumirle mis últimos cuatro años de infierno según comentan familiares y amigos (de los buenos) y mis relaciones personales con los que me rodean.

“Sabiamente” me indica que debo diferenciar entre amigos y conocidos.

¡¡Oh qué descubrimiento!!

¡¡Vamos que me ha abierto los ojos!! El problema radica en que no sé muy bien donde me ubicaran los demás...

La Bergman atacada por bellotas humanizadas...

“Atormentado” por los recuerdos pasados y las realidades presentes, como una suerte de Ingrid Bergman en versión masculina en “UNDER CAPRICORN”, empiezo a destilar finísimo veneno hacía todo bicho viviente. Como unas “verdaderas Nancys Rubias” mis amigos (verdaderos) ya saben de qué pie cojeo y la verdad es que nunca he tenido queja de ninguno como puede hacer constar mi querida amiga Carmen.

Cotilleando a mis vecinos aún no había llegado el Facebook

Gracias a internet, no necesitas confraternizar directamente con los elementos discordantes y  ya está pasado de moda utilizar telescopios para cotillear al prójimo como James Stewart en “LA VENTANA INDISCRETA”.
 

En respuesta a mi monologo me indica muy sutilmente que mis principios me los guarde para mí y utilizando mis palabras, sea más diplomático. Traducción más o menos libre de falso e hipócrita en la que los dos estamos de acuerdo.


Lo tuyo es puro teatro... (breve licencia a Chaplin)

En cuanto regreso a Cystal Lake sitúo a mí adorada e idolatrada Escolopendra Venossa en la acción y esta con ojillos desorbitados decide utilizar sus forcípulas (colmillos venenosos) y aplicarme una buena dosis de veneno, a saber: histamina, acetilcolina, proteínas y varias enzimas.

¿Tienes que ir a un psicólogo para que te diga esto?

Desnúdate que te voy a decir de que estás tu mal...

Posiblemente todo sea consecuencia de:
a) lo mal que me sienta el calor del verano.
b) el aburrimiento.

A la espera de la siguiente escena, retomaré mis actividades otoñales habituales:
“Pedalear hasta la nada más absoluta”.
 

Veneosos salu2 desde Crystal Lake!!