miércoles, 13 de noviembre de 2019

ÉXTASIS Y YO

Escorpión
Del lat. scorpio, -onis, y este del gr. okopttíoç skorpíos.
1. m. Arácnido con tráqueas en forma de bolsas y abdomen que se prolonga en una cola formada por seis segmentos y terminada en un aguijón curvo y venenoso.
2. adj. Dicho de una persona: Nacida bajo el signo zodiacal de Escorpión.

“He sido una estrella importante y he vivido mucho.
Pero sólo tengo tres amigos íntimos.
Creo que es lo más que se puede esperar.”

Se sabe que existen más de mil especies de escorpiones, pero solo unas pocas pueden ser mortíferas por su toxicidad para el género Homo sapiens. Un 9 de noviembre de 1914 nacía una de ellas en Viena, de nombre Hedwig Eva Maria Kiesler y mundialmente conocida como Hedy Lamarr. 56 años después nacía otro, que es el que escribe este blog.

"Mi horóscopo dice que soy una mujer inquieta. Es verdad.
Me gustan las discusiones de categoría."

Ambos nacimos bajo el octavo signo del zodiaco, el primero de naturaleza negativa y el tercero de cualidad fija. El término de signo fijo se le ha otorgado por el supuesto temperamento rígido que se les asigna en astrología. Escorpio simboliza la destrucción y el renacimiento, está regido por los planetas Marte y Plutón.

Desconozco la toxicidad o la naturaleza negativa de Hedy Lamarr. Quizás radicaba en su inteligencia unida a su belleza que dejaba fascinados a todo el mundo. Mi naturaleza la dejaremos para otra ocasión porque no viene al caso y eso que tengo un aguijón altamente venenoso.

"Si tuviera que confesar cuál es mi pasatiempo favorito,
diría que es el hablar de mí misma."

“La escalera del éxito en Hollywod suele ser así: agente de prensa, apoderado, director, productor, galán y jefe de estudio: y se llega a estrella si una se acuesta con cada uno y en ese orden.
Es crudo, pero es la realidad.”

Aprovechando que estábamos bajo la influencia de Venus (la Diosa del Amor) y a un paso de entrar en Marte (el Dios de la Guerra), Escolopendra y yo nos liamos la manta a la cabeza y adquirimos una Smart TV de 50” para (entre otras cosas) rendir culto como se merecen las Diosas de Crystal Lake.

"La hipocresía es siempre fatal."

En principio iba a estrenar el aparato electrónico con una película de Miss Dietrich, pero acercándose el aniversario del nacimiento de Hedy Lamarr opte por rendirla homenaje viendo sus películas. Al final inauguré el aparato con “Cuando ruge la marabunta” (Paramount, 1954) por estrenarlo con una película en asombroso Technicolor.

Mi tarea aparte de disfrutar viendo a Hedy Lamarr en pantalla “grande”, ha sido también comprobar si realmente Miss Lamarr era una actriz normalita tirando a mala como muchos suponen o era mejor actriz de lo que se cree. Esto me recuerda que mi proveedor de Mitos me dijo en una ocasión que él la prefería a Katharine Hepburn. Supuse que se refería físicamente, pero él con su sabiduría me indicó: ¡No, la prefiero como actriz!

"Soy enemiga jurada de todo convencionalismo.
Desprecio lo convencional en todo, incluso en el arte."

“Toda la vida he luchado con periodistas y críticos
y acepto que no se les puede vencer.
Pero lo he intentado y estoy orgullosa de ello.”

Ya dije en una ocasión que Miss Hepburn está sobrevalorada. Repetir el mismo perfil una y otra vez, haciendo siempre de mujer decidida y con carácter  no es ser buena actriz y como ella muchas otras. A Hedy Lamarr la mayoría de las veces le tocó ser “Lamarvelous” gracias a las cabezas pensantes de la MGM. Lo único que se le puede criticar es su falta de criterio para elegir sus películas. Algo que ella misma reconoció y se encargó de comentar en más de una ocasión.

"Los expertos siempre saben de todo, menos de los puntos claves."

La MGM había descubierto una nueva figura que recogía el testigo de las damas misteriosas y exóticas de la década anterior y Lamarr, con su primera película americana “Algiers” (United Artists, 1938) causó sensación entre el público y también entre sus competidoras. No hubo estrella o actriz que no adoptara su look en esos años. Desde Joan Crawford hasta la rubia Joan Bennett su más destacada imitadora. Incluso hoy en día en alguna web llegan a confundirla con nuestra protagonista.

Programa de mano español de "Algiers".

Miss Lamarr, que como he dicho comparte aniversario conmigo, se merecía un homenaje en toda regla y así he pasado los días viendo sus películas. Para ello he escogido aquellas que no había visto o hacía mucho que no lo hacía, olvidándome de las más conocidas como: “Algiers”; “Comrade X” (MGM, 1940); “Ziegfield Girl” (MGM, 1941) o “Samson and Delilah” (Paramount, 1949). Desde luego en versión original subtitulada, que es dónde realmente se aprecia la calidad de un intérprete.

“Me molesta la actitud ingenuamente optimista,
pero todos necesitamos una filosofía que nos ayude a vivir.”

Hedy en una foto de estudio para "Come Live With Me".

La experiencia ha sido todo un redescubrimiento y así, aunque me hubiese gustado ver más con el peligro que supondría saturarme, he visto un total de 10 películas seguidas.

¿Era buena actriz Hedy Lamarr? Desde luego que lo es, aunque su belleza eclipsara sus interpretaciones. Después de todo: ¿no fue promovida a su llegada a EEUU como la mujer más bella del mundo?

Comencé la sesión con dos películas que me había regalado mi querida BFF Carmen von Heisenberg: “Lady of the Tropics” (MGM, 1939) y “White Cargo” (MGM, 1942).

Hedy junto a Robert Taylor en "Lady of the Tropics".

La primera por ser posterior a “Algiers” sigue la línea de mujer bella y misteriosa, esta vez metida en problemas. Hedy destaca por su aspecto más que por el elaborado guión, un guión pésimo y eso que Mayer tenía puestas muchas expectativas con la película. Según la propia Hedy: “la película resulto mediocre en ganancias y críticas.” En cuanto a la segunda, se me hacía raro ver a Hedy Lamarr como la nativa ¡¡africana!! Tondelayo. Posteriormente nos aclaran que no es nativa sino egipcia y árabe a partes iguales. A mí en principio, exceptuando eso, la película me pareció entretenida y no especialmente mala. Desde luego no llegué a hacer lo que hizo el crítico George Jean Nathan al escuchar “yo, Tondelayo, yo quedarme”, que se levantó de la butaca y dijo: “Yo, George Jean Nathan. Yo irme.” Para gustos los colores, porque Variety publicó que era la mejor actuación de Lamarr hasta la fecha. Para otras publicaciones Hedy era la razón de ser de “White Cargo”.

Hedy como la improbable nativa Tondelayo. 

“Siempre tuve más simpatías por la Bestia que por la Bella.
Pobre Bestia: su horroroso aspecto le ocultaba por completo su verdadera alma. Como en la Bestia, mi aspecto exterior no concuerda con mi real personalidad.”

Continué mis sesiones con “Her Highness and the Bellboy” (MGM, 1945) un bonito cuento de hadas con protagonista invalida, June Allyson, su “amigo” que trabaja como botones en un hotel y por supuesto una princesa, interpretada por Hedy Lamarr. Es una película agradable que a mí me gustó. En palabras de la propia protagonista: “fue una película terrible, aunque ganó dinero.” Cosa curiosa los críticos alabaron su interpretación.

Hedy en una foto de estudio para "Her Highness and the Bellboy".

“The Heavenly Body” (MGM, 1944) junto al siempre fantástico William Powell (¡qué buenos ratos paso junto a él y Myrna Loy!), es una comedia romántica donde forman un matrimonio compuesto por un astrónomo y una adicta a la astrología que sigue a rajatabla lo que le dicta su tarotista. Matrimonio modelo, enredos, un galan… Lamarr se mete en el papel y te divierte. Sobresalir al lado de Powell es de matrícula de honor. Desde luego está mucho mejor que cuando hace de mujer misteriosa.

Hedy en una foto de estudio para "Boom Town".

“Boom Town” (MGM, 1940) fue una maravilla de película y eso que el tema de los buscadores de petróleo a mi no me va. Principalmente es una película a las que se llama: “de hombres”. Junto a Hedy está Clark Gable, Spencer Tracy y Claudette Colbert. Todos están magníficos. ¡Cómo no va a ser buena con semejante reparto! Tenía interés especial en ésta, puesto que Lamarr luchó por conseguir ser incluida en la misma, aunque su papel es secundario. “Boom Town” se convirtió en un éxito de crítica y público.

“Me gustan las fiestas porque me gusta estudiar a la gente.
Pero la gente, en las fiestas, hace tantos esfuerzos por ser amable que todo resulta irreal, hasta ridículo.
Se convierten en asnos.”

La siguió “Crossroad” (MGM, 1942) drama romántico con intriga junto a William Powell, que para mí siempre está perfecto. El personaje de Powell no recuerda nada de su pasado y es acosado por unos chantajistas que revelarán toda la “verdad” sobre él a su mujer y al Mundo. Hedy cumple a la perfección el papel de esposa angustiada y dubitativa del protagonista. Es verdad que podía hacerlo cualquier otra, pero: ¡Hedy es Hedy!

Programa de mano español de "Boom Town".

La película me atrapó y estuve esperando ansioso el desenlace. Junto a Powell y Lamarr, los siempre correctos Basil Rathbone y Claire Trevor. La película no tuvo éxito desde el punto de vista de la protagonista, pero el New York Daily Mirror opinó lo contrario: “Hay una buena actuación todo el camino; pero Lamarr es el Gran Especial. Ella está soberbia y lo parece”.

Hedy junto a William Powell en "Crossroad".

Como curiosidad, el papel de Claire Trevor en “Crossroad”, se le ofreció en principio a Marlene Dietrich que lo rechazó diciendo: “¡No compartiré el glamour con nadie!”.

“El nightclub Ciro's fue diseñado para entradas y salidas dramáticas gracias a un largo tramo de escaleras que conducía a las mesas y la pista de baile. Y en la parte superior de las escaleras, ahí es donde las estrellas se detenían, para que todos las vieran entrar. Era parte del juego.
Todos mirarían y sabías que estabas haciendo una ¡Entrada!
¡Pero habla de una Entrada! Hedy Lamarr tiene el récord en eso. Una Entrada que hizo en Ciro´s es una visión que nunca olvidaré.”
Lana Turner

"Las películas tienen un lugar determinado en un período de tiempo determinado.
La tecnología es para siempre."

Después de tanto drama me apetecía algo ligero y me decidí por una comedia romántica que protagoniza junto a James Stewart, un actor que no es santo de mi devoción. “Come Live With Me” (MGM, 1941), su quinta película en la Metro, trata sobre una refugiada vienesa que organiza un matrimonio de conveniencia con un escritor en apuros para obtener la ciudadanía. Ella tiene un amante maduro que resultará ser el editor de la novela que está escribiendo el personaje de Stewart. El editor está casado con una avispada mujer que es la “culpable” de que se edite la novela y que está muy interesada en saber el final de la historia. Los diálogos entre el editor y su esposa no tienen desperdicio. El papel de la esposa está interpretado por: Verree Teasdale ¡una actriz a descubrir! La película fue un éxito de taquilla en su momento. Lamarr está estupenda y aunque ella no estaría de acuerdo, hace una muy buena pareja con Stewart.

Programa de mano español de "Come Live With Me".

Fuera de MGM Lamarr protagonizó “The Conspirators” (Warner, 1944). Ésta película es una interesante historia de intriga y espionaje que se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial en Lisboa. El protagonista interpretado por Paul Henreid pertenece a la resistencia holandesa y se refugia en Lisboa antes de partir hacia Inglaterra. El jefe de la resistencia local se pone en contacto con él y le informa que sabe que entre su grupo se encuentra un espía nazi. Por supuesto, en este grupo se encuentra Hedy Lamarr. ¿Quién será el traidor?

“Mi lechero es también un buen actor. Canta y se contonea y representa a la perfección el papel de lechero.”

Lamarr está acompañada en esta película de un puñado de rostros conocidos: Peter Lorre y Sydney Greenstreet que aparecieron junto a Henreid en “Casablanca” (Warner, 1942) y Joseph Calleia que intervendría posteriormente en “Gilda” (Columbia, 1946) y que había trabajado con ella en “Algiers”. La película produjo beneficios al estudio pero la crítica no le fue favorable. Creo sin dudarlo que ésta película es una gran desconocida. Como dato anecdótico la Warner le había ofrecido a Hedy el papel protagonista en “Casablanca” que rechazó. Según ella misma escribió: “Si la hubiera escogido, quizás habría cambiado el curso de mi carrera.”

"Los animales son más comprensivos que las personas."

Terenci Moix escribió que Hedy edificó una carrera: “sobre la imprevisión total”. Es notable la falta de criterio de Hedy sabiendo como supimos después lo inteligente que era. Rechazó películas como: “Casablanca”, “Luz que agoniza” (MGM, 1944) y “La exótica” (Warner, 1945). Películas que se convirtieron en éxitos y cimentaron la fama de Ingrid Bergman, actriz a la que Hedy tenía cierta antipatía. Por cierto que también rechazó “Laura” (20th Century Fox, 1944) que se convertiría en todo un clásico.

“Produje millones de dólares, pero la gente que me rodeaba se quedó con la mayor parte del dinero.”

Fotogramas de "I Take This Woman".

Volví a verla junto a Spencer Tracy en “I Take This Woman” (MGM, 1940). Tracy interpretando a un modesto doctor se la encuentra en un crucero a punto de lanzarse por la borda. Lamarr aburrida de una vida de lujo y víctima de un desengaño amoroso, se pega al buen doctor como el clásico esparadrapo que es imposible quitarse sin hacerse daño. Pese a estar fuera de sus posibilidades Tracy se casa con ella y viven felices en el consultorio de barrio que él dirige. El pasado de la protagonista, con los rasgos de Verree Teasdale, alcanza a la pareja. El buen doctor termina en una clínica de lujo donde no es feliz y ella es perseguida de nuevo por su antiguo amante. Después de los típicos malentendidos, comunes en las películas de la época, las cosas terminarán bien para la pareja.

"He descubierto que mientras más das, menos te dan."

En principio Mayer contrató a Josef von Sternberg para dirigir la película, pero éste al leer el guión y después de muchos encontronazos con Mayer abandonó el proyecto. ¿Cómo hubiese sido una película de Hedy dirigida por Von Sternberg? Nunca lo sabremos.

Llegados a este punto, cometí una pequeña “traición” perpetrada junto a la Crawford: Miss Crawford is too much!! Tanto Escolopendra como yo contemplamos absortos la interpretación de Crawford en “Possessed” (Warner, 1947). Joan termina trastornada cuando su amante la abandona. Después de 108 minutos de planos muy modernos y alucinaciones varias, Crawford acaba asesinando al objeto de su pasión desenfrenada. Convinimos ambos que el sujeto se lo merecía y aplaudimos el desenlace fatal. Joan Crawford fue nominada al Oscar a la mejor actriz ese año.

“La vida, ciertamente,
es más soportable si primero se es pobre y después rico;
la otra dirección de la fortuna suele ser difícil de encajar.”

Hedy en una foto de estudio para "The Conspirators".

Al igual que en el juego de la oca (de oca en oca y tiro porque me toca), pasamos de una “loca” a otra interpretada por Hedy. Tanta locura afectó a Escolopendra porque se animó a ver la película conmigo.

Terminé el 9 de noviembre el pequeño homenaje viendo “Dishonored Lady” (Hunt Stromberg Production, 1947). Ya fuera de la MGM Hedy decidió producirse sus propias películas. En palabras de la propia Escolopendra Venenossa: “la película es muy moderna para su época y se nota que ella la produce.”

"Toda habitación es para mí una iglesia."

Hedy interpreta a una exitosa editora de una revista que vive una vida desenfrenada. Los hombres que la rodean se sienten atraídos por ella, pero es ella la que domina la situación. Al final tanta vida loca la lleva al borde del suicidio. Gracias a un psiquiatra que le aconseja que se cree una nueva vida, se aleja de su pasado y se dedica a pintar en un modesto apartamento. Un vecino que no sabe nada de su anterior vida se enamora de ella y le propone matrimonio, pero el pasado llama a su puerta. Como ella no le ha contado nada a él y encima se ve envuelta en un asesinato, el romance queda en “stand-by” hasta que se resuelva la trama.

Fotogramas de Hedy en "Dishonored Lady".

La película te atrapa desde el principio. El desarrollo de la historia es bueno y la interpretación de Lamarr es excelente. A Hedy le proporcionó beneficios y buenas críticas.

“Hollywood está lleno de agentes, de agentes en ciernes, de arribistas y de parásitos: algunos son buenos y otros son malos.”

Siempre bromeo a costa de Hedy Lamarr cuando digo que voy a “hacer un Lamarr”, que es lo mismo que poner cara de poker pero con más glamour, en el momento que me quedo sin palabras ante cualquier situación. Esto se debe a que la primera película que vi con Escolopendra Venenossa fue “Algiers” y para ser sincero en ella Hedy no destaca por su expresividad. En su defensa sabemos que fue su primera película en Hollywood y que su inglés no era excelente.

Precisa Terenci Moix que la carrera de Hedy Lamarr: “sin ser gloriosa, fue suntuosísima. La carrera de una escultura clásica que un día aceptó ser mujer.”

"Puedo perdonar todo, menos el aburrimiento.
La gente aburrida no debiera seguir por ese camino."

Aunque me encanta Moix, en lo que se refiere a Hedy Lamarr no estoy de acuerdo con todo. Según mi opinión Hedy es mucho mejor actriz de lo que se piensa. En estas películas te sorprendes viéndola expresiva y dinámica. Buena en dramas y muy cómoda en comedias. Muchas de sus películas no han envejecido bien y es cierto que algunos guiones dejan mucho que desear, pero esto también lo notas cuando ves alguna película de Garbo.

“Nunca pensé que fuese tan buena actriz como demostró ser.”
Cecil B. DeMille, director de “Samson and Delilah”.

Concluido el homenaje, creo que Hedy Lamarr no fue aprovechada como actriz. Los estudios en los que estuvo contratada no supieron ver el potencial oculto bajo su aspecto. Imagino que a los productores les interesaba más su belleza que sus cualidades interpretativas. Con este ramillete de películas he intuido a la Hedy Lamarr que podría haber llegado a ser si la hubiesen dejado.

¡Abracemos el culto a Hedy Lamarr! ¡Dejemos atrás los prejuicios! ¡Coloquémosla en el lugar que se merece!
Pero recuerda: ¡Qué su belleza no te intoxique!

Venenosos Salu2 desde Crystal Lake!
Todas las fotos colección del autor.

“Si no puedo ver París cuando abro los ojos por la mañana, quiero volver a dormir.”
Hedy Lamarr como Gaby en “Argel” (1938)

Citas:
Éxtasis y Yo por Hedy Lamarr (Mexico, 1968)
The Films of Hedy Lamarr by Christopher Young (Citadel, 1978)
Lana the Lady, the Legend, the Truth by Lana Turner (New English Library, 1982)
Mis Inmortales del Cine. Hollywood años 30 por Terenci Moix (Planeta, 2001)

sábado, 19 de octubre de 2019

EL DÍA DE MI MUERTE


Muerte
Del lat. mors, mortis.
1. f. Cesación o término de la vida.
2. f. En el pensamiento tradicional, separación del cuerpo y el alma.

Ser o no ser...
La muerte es una compañera de viaje que nunca sabes cuándo te saldrá al paso. En general tengo miedo de pocas cosas, pero a la muerte no. No sé si será debido a que desde niño, gracias a los documentales de naturaleza, he sido consciente de que la muerte es inevitable. ¡Otra cosa es como llegar a ella!

“Uno debe tener miedo de la vida, no de la muerte.”
Marlene Dietrich

Como a las grandes estrellas de cine me preocupa más el hecho de envejecer. Desde luego lo de dejar un bonito cadáver como algunas tampoco me interesa. Solo se lo disculpo a Jean Harlow, más que nada porque no lo eligió ella. Eso de convertirse en mitos por morirse joven me parece una tontería. La cosa es quedarse en un punto intermedio. Ni demasiado joven ni terminar siendo una pasa. No engaño a nadie si digo que todos nos convertiremos tarde o temprano en uvas pasas.

¡Queridísima mamá!

Me hace “gracia” cuando fallece alguien conocido, sea actor, escritor, bailarín, etc, pasados los 90 años y a la gente le parece una perdida terrible. A mí no me produce ningún trastorno. ¿Qué esperaban? ¿Qué nos sobreviviese a todos? ¡¡Qué espanto!! Yo desde luego no espero llegar a los 100 años. Eso mismo le digo a mi médica de cabecera cuando me recrimina que fume tanto.

Mi ideal de muerte romántica es como el de Margarita Gautier en “La Dama de las Camelias” de Alejandro Dumas Jr., así en mi camita, sujetando un coqueto pañuelito y sacando fuerzas de donde sea para arreglarme un poco para las visitas. Con una habitación minúscula me apañaría, como no tengo muchos amigos con dos que me visitasen ya tendríamos el aforo completo. Este ideal está descartado porque no me seduce la idea de la enfermedad y pasarlo mal, además nunca sabes cuándo aparecerá alguien y te pillará desprevenido sin arreglar.

Estoy mala, muy mala, mala de acostarme.

De todas formas en cuanto a las visitas inesperadas, sea que esté postrado en mi cama con los últimos estertores de vida o postrado en la cama de un hospital, tengo indicaciones precisas para evitarlas, que conoce muy bien Escolopendra Venenossa, aunque no creo que pudiese cumplirlas a rajatabla. ¡¡Menudo marrón!!

¡No me mandes flores!

Lo único que tendría en común con Miss Gautier es tener una solitaria muerte, porque dudo que la acelere con una licenciosa vida, a no ser que me tocase la primitiva y todavía estuviese de buen ver y ánimo como para despilfarrar el premio.

“No temo a la muerte porque no temo a nada que no comprendo. Cuando empiezo a pensar en eso,
ordeno un masaje y se acaba el problema”.
Hedy Lamarr

Lo de palmarla en casa depende… Maria Montez se murió ahogada en su bañera mientras tomaba su baño de sales de belleza. Muy bonito, por lo de la belleza, pero tiene sus riesgos y es el tiempo que tarden en encontrarte. Por bella y joven que seas, corres el riesgo de terminar siendo una papa arrugada. A mí eso no me sucedería pues no tenemos bañera. Resbalaría al salir de la ducha y me desnucaría con el wc. ¡Qué mala pata! (nunca mejor dicho). Ni siquiera dentro de lo malo me golpearía con el bidet o el lavabo. ¡Qué pena ser pobre! Seguro que la Montez tenía un cuarto de baño más grande que mi casa y con multitud de sitios donde dejarse caer muerta. Como el mío es minúsculo, que parece el camarote de los hermanos Marx, me encontrarían con una pose imposible de break dance.

Lana se arriesga y decide tomar un baño. ¡Antes muerta que sencilla!

En cuanto a los hospitales, espero no vérmelas en ninguno, ya sea por una nimiedad o por algo más grave. Es verdad que cuando he acudido (en dos ocasiones) por una urgencia, me han atendido la mar de bien y me sentía como una estrella de cine. La única diferencia es que en lugar de sujetar un micrófono o un premio sujetaba una botella de suero, antibiótico o lo que fuera menester. ¡Incluso me pusieron una silla de ruedas! Esto era innecesario porque podía caminar, pero mira, ya que te la ponen no te vas a poner pejigueras.

¡Está vivo, está vivo!

Puntualizo que el único problema de acudir al hospital es la persona que te lleva. En mi caso Escolopendra. La primera vez me llevó hecho unos zorros. Casi me da un ataque cuando me vi en un espejo del wc donde me encontraba rellenando un bote de muestras. ¡Para acabar en la UCI! La segunda, y por eso es importante ser precavido, me arreglé antes de avisarla del "imprevisto". Ese retraso propició una entrada en urgencias muy cinematográfica: yo desmayándome y ella gritando como una loca.

"Cuando me miro, ¡soy tan hermosa que grito de alegría!"
Al mirarme, yo también grité, pero de verme tan feo.

Lo de terminar sea como sea en un hospital, no depende de nosotros, pero aún así, si se da el caso, mis indicaciones son inamovibles para evitar encuentros indeseados. Lo principal en esa situación es tener la tranquilidad de no ver ciertas caras.
¡No tengo ganas de que me amarguen mi momento! 

“Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros”.
Groucho Marx

Ya sabéis, no por primera mano supongo, que en el último suspiro o después, siempre aparece alguien que: o bien hacía la pera limonera que no daba señales de vida o que quiere reconciliarse en el último momento. El perdón cristiano está muy bien en ocasiones pero no para esa en concreto. El momento de la muerte de uno es similar a cuando te toca la lotería: ¡siempre salen amigos y familiares hasta de debajo de las piedras!

¡Porras, el tío de Soria!

Y luego están los comentarios en plan: ¡era una bellísima persona! Como no resucitaré a los tres días como Jesucristo o como Drácula (elegid lo que os convenga), para poner las pilas a más de uno, también tengo mis indicaciones post mortem. Si algo tienes que decir di lo mejor y lo peor que te venga a la cabeza. No me creo que todo el que se muere termine siendo una bellísima persona. ¡Sinceridad ante todo!

La Dietrich probando nichos bajo la atenta mirada del dependiente.

Solo espero en mis últimos momentos de lucidez, dejar mi lista negra preparada para que no se me cuele nadie. Otra opción es sobrevivir a todo el mundo, pero es mucho más difícil. Además si reduces las visitas al velatorio evitas que alguien te robe el protagonismo. ¡Total si luego se ponen ha hablar de sus cosas!

Que le dejen dormir,
que se callen los que callaron
cuando estaba vivo.
Gloria Fuertes

¡Lo voy a dejar todo atado y bien atado!

Lo mismo que para mis últimos momentos también tengo indicaciones para mi lugar de "reposo". Cuando salgo con Escolopendra Venenossa y con MY BFF Carmen von Heisenberg, invariablemente siempre terminamos hablando de entierros. Tanto hablar de estrellas muertas y de la Hammer nos ha dejado marcados y preparados para el futuro venidero.

Lo de enterrarme a lo clásico me da grima desde que vi “La Obsesión” (1962) donde el protagonista, que sufre de catalepsia, está obsesionado con que le entierren vivo.

Mi primera opción sería construirme una pirámide para que al igual que los antiguos egipcios la rellenaran con todo lo indispensable para la otra vida. Para mí ¡es todo!, así que es un imposible y está fuera de presupuesto.

¡Yo es que me veo muy faraón hollywoodiense!

Mi segunda opción sería que me quemaran en una pira funeraria a lo hindú, pero Escolopendra me indica que eso no es posible porque mi fogata terminaría convirtiéndose en un amasijo de plástico. Algo complicado de reciclar y además contaminante. Tampoco es plan de, desde la otra vida: ¡ver parte de una de mis manos aferrada a un Pokémon derretido!

En cuanto a la tercera opción sería, en el supuesto de tener dinero, que llevasen mi cuerpo a la sabana africana para que lo devorasen las hienas. Escolopendra se niega por las siguientes razones: que está lejos, que no la van a dejar y (la más importante de todas) que los amigos y familiares que me sobrevivan deben presenciarlo. ¡Escolopendra se pone en plan exquisita y le pone pegas a todo!

Ni cuenta me daría si me devorase una bandada de cuervos.

El plan B o la más económica de esta última opción es llevarme a un muladar. Un lugar preparado para que las aves carroñeras o necrófagas den buena cuenta de mi (bello y hermoso) cuerpo. Luego Escolopendra puede aprovechar y sacarse unos euros:¡vendiendo mi esqueleto a algún centro educativo!

Estoy a un paso de convencerla. Apelo a su gusto por los nativos de Norteamérica y sus tradiciones funerarias. Se lo piensa… Pero como también exijo espectadores parece que no le hace gracia.

¡Si me reencarno en diosa espero parecerme como mínimo a Liz Taylor!

¡Buitre eres y en buitre te convertirás! Y al tercer día resucitaré como Nejeb, la diosa buitre protectora del Alto Egipto.

“El duelo es un asunto privado”.
Marlene Dietrich

En lo que respecta a la vuelta a la vida, exceptuando el caso poco probable de volver como vampiro (joven, por supuesto) paso olímpicamente. Ni vuelta ni reencarnación ni ná de ná. Bastante tenemos con una vida como para repetir. ¿Me intriga la idea de volver como otro animal? Si. Luego pienso que con la mala suerte que tengo seguro que vuelvo como algún insecto y no me da tiempo ni a tener una buena educación como: coleóptero, himenóptero, lepidóptero o díptero. Lo bueno es que sería una vida (natural) corta, lo malo es que puede ser tan corta que no me dé tiempo ni a desarrollar unas alas porque me coma una araña, me pise un desaprensivo o me rocíen de insecticida de marca blanca. Ni opción tendría a primeras marcas como la popular Raid. Todavía recuerdo una camiseta que tenía con unas cucarachas gritando. ¡Me encantaba!

¡Feliz como una perdiz con mi bolita de estiércol!

Puestos a suponer te puede pasar que vuelvas mitad y mitad, al estilo del protagonista de "La Mosca" (1958)Lo malo es que regresas con una voz de pitufo que flipas y así no hay nadie que te entienda cuando hablas. Estando vivito y coleando tampoco se me entiende del todo... ¡Me acusan de que no vocalizo!

Por jorobar quizás volvería como bogavante para hacerle ojitos a mi amiga Tere. Ella sabe…

-Te dí la vida y también te doy la muerte.
-Gracias mami, ¡menudo regalazo!

Como regresar de “De entre los muertos” es inapropiado, prefiero aunque tengo “Vértigo”, subir al cielo si es que existe alguno y lo que es más importante: ¡si me dejen entrar!

Religioso no soy mucho pero el concepto de “cielo” me viene como anillo al dedo para imaginarme un supuesto cielo hecho a mi medida. Cada uno tiene una idea de su “cielo” ideal: unos ver a sus familiares, otros a sus mascotas, otros a todos a la vez, otros un bosque con un lago, etc. El mío sería verme rodeado por todas las estrellas del cine clásico. Y como digo yo: ¡El muerto al bollo y el vivo al hoyo!

El día que nací
dijo una verdad mi abuela:
esta niña ha de vivir,
hasta el día que se muera.
Cancionero Popular

Venenosos Salu2 desde Crystal Lake!
Todas las fotos colección del autor.

“Solo está durmiendo, esperando una nueva vida”.
Henry Frankenstein (Frankenstein, 1931)

lunes, 6 de mayo de 2019

CON M DE MITO


Inmortalidad
1. f. Imposibilidad de morir.
2. Perdurabilidad de algo en la memoria de la humanidad.

Los antiguos egipcios muy sabios, pensaron que la muerte física podía ser vencida y así alcanzar la vida eterna. La muerte para ellos era la desintegración de los modos de existencia, por lo que sus rituales funerarios servían para preservar la integridad del individuo en una vida futura. Momificando al difunto, preservaban y transformaban su cuerpo físico en una forma idealizada con aspectos divinos. Lograr ser uno de sus dioses era el máximo deseo del egipcio para su vida tras la muerte.

"Aquí estoy al final de mis días."

El nombre del fallecido, que constituía su individualidad y era solicitado para mantener su existencia, se escribía en varios lugares a lo largo de “El Libro de los Muertos” para cerciorarse de que el finado recordaba su propio nombre. Además se aseguraban de preservar y proteger mediante sortilegios su fuerza anímica y su sombra. Si todos estos aspectos de la persona se conservaban y recordaban entonces el difunto podía asegurarse la inmortalidad.

La primera foto que me compré.
Todavía recuerdo el lugar. Hoy no existe.

A principios del Siglo XX, en un barrio de Los Ángeles, en lo que hoy conocemos como Hollywood, se establecieron unos primitivos estudios de cine que evolucionaron hasta convertirse en la meca del cine. Al igual que los antiguos egipcios divinizaron todo aquello que les agradaba creando una multitud de entidades, en dichos estudios durante la época dorada de Hollywood, crearon su propio panteón de dioses y diosas, que han llegado a ser recordados gracias al celuloide (una especie de momificación), hasta nuestros días.

Dietrich por Eugene Robert Richee en 1935

"Las personas estúpidas me molestan. Hay admiradores míos que me adoran e idolatran, y que me admiran. Son personas estúpidas. ¿Quién soy yo para ser admirada? ¿Qué he logrado? Si uno debe admirar a alguien, que sea a un doctor o a un brillante científico. No a un intérprete. Nunca podría ser amigo de alguien que sea tan estúpido como para adorarme."

Marlene era berlinesa, desconozco sus creencias religiosas y no me consta (o puede que sí) que quisiera ser inmortal, pero yo tendría que hacerme un test de ADN, para averiguar si tengo antepasados egipcios, porque el culto a los mitos lo tengo muy arraigado. Igual en otra vida vivía en la época de los faraones. ¿Quién lo sabe?


Mi culto al mito Marlene comenzó hace 33 años, con una carta que le escribí, cuando vivía retirada de la vista del público en su casa de París, que decía así:

Querida señora:

Soy un joven español de quince años. Estudio para diseñar vestidos como los de usted. He visto todas las películas donde aparece. Las películas que más admiro de todas son “El expreso de Shanghai”, “Capricho Imperial”, “El diablo es una mujer” y “Deseo”, y la canción sobre todas “Lili Marlene”.

Leí su libro que es muy interesante. Tengo amigos que igualmente la admiran. Me gustaría tener una fotografía con su autógrafo si es posible, por favor, lea mi carta.

Perdón por mi francés. Se despide de usted su más atento admirador.

En septiembre de 1986, recibí la foto firmada, su libro (el cual yo no le pedí) y también una “regañina” por adjudicarle el apellido que aparecía en las enciclopedias.
Lo demás: ¡es historia!


Cuando falleció, escribí una carta a un periódico que me publicaron en la sección "Cartas al director", para sorpresa de mis padres y como dije en ella: ¡Marlene, para mí, no tendrá fecha de caducidad!


"Cuando estás muerto, estás muerto. Eso es todo."
Marlene Dietrich

Venenosos Salu2 desde Crystal Lake!
Todas las fotos colección del autor.

"No soy un mito".
Marlene Dietrich