MARLENE

No pensaba escribir tan pronto, pero entre el nuevo amigo que tengo y que en estos momentos me supera el Open de Tenis, no me había acordado de que el pasado día 6 hacía 19 años que nos dejaba la Dietrich. De hecho incluso para los medios ha pasado por alto que se superó con creces los 100 años de su nacimiento en el 2001, cuando a la primera de cambio se recuerdan los 25, 50 o 100 años de cualquiera.

¡¡La Dietrich!!

Todavía recuerdo cuando la descubrí en la Escuela hace 25 años, observándome con esa mirada de párpados entrecerrados tan característica de las chicas ligeramente malas, desde la carpeta de una compañera muy, pero que muy moderna.

En busca de víctimas...

Andaba como loco por aquel entonces con Rita Hayworth, Ingrid Bergman y desconocía quién era la Dietrich y poco me importaba.

Gracias a la televisión de antes (me rio de los nuevos canales y sus programadores), la 2ª cadena (hoy la2) ofrecía ciclos de las estrellas de Hollywood. Uno tras otro te “tragabas” la filmografía enterita de, por poner un ejemplo Cary Grant.

¡¡Vamos que te conocías de la A a la Z a todo el quién es quién del cine!!

Española... ¡¡Porque yo lo valgo!!

Ya me había visto todo el ciclo de las antes mencionadas cuando en Cine Club (así se llamaba el espacio) programaron el ciclo Marlene Dietrich.

En cuanto vi la primera película que fue “El Ángel Azul” y una semana después vi “Marruecos” tumbado en el sillón familiar aquejado de varicela, se despertó en mí la enajenación de los mitómanos. Me asalta la duda si no fue también por la fiebre que me acompañaba…

Marruecos (1930)

En cuanto tuve fuerzas corrí a la primera tienda que conocía de coleccionismo de cine. Candilejas (hoy no existe), donde compré algunas fotos y al poco me leí  su autobiografía. También compré en el desaparecido Discoplay de Gran Vía un disco suyo.

Al finalizar el ciclo y habiendo ampliado mi colección con unas dimensiones irrisorias a día de hoy, me decidí a escribirla a una dirección que aparecía en un artículo publicado en una conocida revista con motivo del mencionado ciclo.

El primer disco, la primera foto, el primer libro...

Como soy y sigo siendo un indeciso, consulté a mi madre y no sé si para que la dejase tranquila o alguna otra oscura razón me animó a escribirla.

¡¡Me olvide del tema!!

Para el 25 de septiembre de 1986 tenía en mi poder un sobre (que conservo todavía) que amablemente me puso en las manos la cartera. Saltando de dos en dos y de tres en tres los escalones desde el portal al 5º piso (embobado que estaba, podía usar perfectamente el ascensor) llegué a mi casa y con mi madre como observadora (y para evitar creo yo, que me diera un ataque) lo abrí. Dentro, su autobiografía en la edición francesa y con las erratas marcadas con esa disciplina tan germánica suya y una fotografía firmada como buenamente en un francés garrafal le pedí. Años después con motivo de su fallecimiento hasta me animé a escribir a un periódico (manteniéndolo en secreto), harto de que hablasen de ella personajillos que ni la conocieron ni tenían nada que decir.

¡¡Sorpresa para mis padres cuando ojearon las páginas de Cartas al Director!!

¡¡Igualita a esta pero con firma!!

Acompañado de mi fiel Escolopendra Venenossa, visité en peregrinación su última “morada” en su barrio natal cuando visitamos Berlín, donde prácticamente Escolopendra me “obligo” a comprarle unas flores. Recientemente en nuestro viaje a París, la convencí de nuevo y nos acercamos a la Avenida Montaigne donde pasó sus últimos años.

Aquí estoy al final de mis dias

Las "piernas" de Marlene

No me voy a extender, son demasiadas impresiones las que circulan por mi cabeza a la hora de escribir esto. Motivos habrá en los que surja el tema en alguna ocasional reunión en plan Cineclub y estaré gustoso de ofrecer más detalles.

Fumándome un cigarrillo a su “salud”, sirva está entrada para recordarla.

Venenosos salu2 desde Crystal Lake!!