Animado por Bamba Negra, con esta nueva
entrada voy a culturizar además de entretener.
Katharine Hepburn |
Esta semana estoy leyendo una biografía
sobre Katharine Hepburn y hace unos días vi un documental junto a Escolopendra
Venenossa sobre Myrna Loy (votada Reina de Hollywood por el público de los años
30) y me ha dado por reflexionar como el tiempo ha ensalzado a unas figuras en
detrimento de otras.
Myrna Loy la Reina de Hollywood |
Si navegas por internet y buscas a las
mejores actrices del Hollywood Clásico, casi con total seguridad te encuentras
ocupando los primeros puestos de las listas a Katharine Hepburn. Pero como todo
en esta vida: “No es oro todo lo que reluce”.
Los iconos establecidos generación tras
generación son intocables y no seré yo quien se dedique a infravalorar a una
personalidad como La Hepburn. Pero cuando, como en este caso, me intereso por
alguna figura del cine, me gusta evocarla desde su contexto original, no desde
la visión que tenemos de ella actualmente.
Por ejemplo: mucha gente no sabe que Greta
Garbo era un valor seguro para el mercado europeo más que para el norteamericano.
Aunque el público americano estaba interesado en ella, tenían mucho más tirón en
la taquilla americana sus competidoras en la MGM, Joan Crawford o Norma
Shearer.
Joan Crawfod vs Norma Shearer |
La Hepburn no es una actriz que ocupe un
lugar destacado en mi mitomanía. Debo matizar que ni siquiera se me ocurrió que
ocupase ningún puesto.
No siento animadversión ni nada parecido.
Esto si me ocurría con Greta Garbo en mi adolescencia. Manía “alimentada” por
la supuesta rivalidad con Marlene Dietrich fomentada por la MGM y la Paramount.
Greta Garbo vs Marlene Dietrich en 1932 |
Ya lo dejó claro mi gran referente para
cuestiones cinematográficas Terenci Moix: “Nunca dos actrices fueron tan
diferentes y carreras tan dispares”.
Como actriz no como estrella, Katharine
Hepburn (como me pasa con Bette Davis) me ha gustado en varias películas como:
“La fiera de mi niña” (1938); “Historias de Filadelfia” (1940); “La Reina de
África” (1951); “De repente el último verano” (1959) o “Adivina quién viene
esta noche” (1967).
Katharine junto a Cary Grant en Bringing Up Baby (1938) |
Dentro de su filmografía “La fiera de mi
niña” es una de mis preferidas, en parte porque aparece junto a Cary Grant,
Asta (el perrito de la serie “El hombre delgado” y un leopardo. Es uno de sus
papeles más recordados. Un clásico en la actualidad que en su momento no paso
de ser un modesto éxito, pues la época de las “screwball comedies” estaba llegando
a su fin.
Asta con Myrna Loy y WilliamPowell en The Thin Man Goes Home (1945) |
Los años 30 ya habían explotado
suficientemente el tema. Ejemplos son: “Un ladrón en la alcoba” (1932) con Kay
Francis (¿alguien la recuerda?); “Sucedió una noche” (1934) con Claudette
Colbert; “Al servicio de las damas” (1936) con Carole Lombard; “La pícara
puritana” (1937) con Irene Dunne o “Vive como quieras” (1938) con Jean Arthur. Con
destacadas figuras en la comedia sofisticada, en especial Colbert y Lombard.
Kay Francis con Miriam Hopkins (Trouble in Paradise) |
Por lo que he leído en el libro “Katharine
Hepburn. La fiera de Hollywood” de Nicolás Belasco, parece que su carrera
estuvo plagada más de fracasos que de éxitos.
Carole Lombard con William Powell (My Man Godfrey) |
Claudette Colbert con Clark Gable (It Happened One Night) |
Dato curioso es que fue la actriz que más
tiempo permaneció en la famosa lista “Veneno para la taquilla”, donde por otro
lado también estuvieron Crawford, Garbo, Dietrich…
Cuando los éxitos llegaban, un factor
importante era (en parte) por el tándem que formaba con sus compañeros de
reparto: Stewart, Grant o Tracy.
Con este último formó una de las parejas
más recordadas de la historia del cine, aparte de Bogart y Bacall (aunque he de
puntualizar que antes que estos últimos, estaban Veronica Lake y Alan Ladd). Como
sucede con casi todo, la formula de su primera colaboración llegó a un punto
que no daba para más por repetitiva, donde alternaron tanto películas exitosas
como mediocres. Ellos mismos fueron conscientes y frenaron a tiempo. Aunque eso
no impidió que llegasen a formar pareja en diez ocasiones.
La escritora Caroline Alice Lejeune, más
conocida por ser crítico de cine en The Observer, escribió en 1941: “Miss
Hepburn es una intérprete que no despierta en el público sentimientos a medias.
O gusta o no. O buscas ansiosamente sus películas o exclamas: ¡Otra vez ella! y
te alejas corriendo”. (The C.A. Lejeune Film Reader)
Moderna para su época, estando a años luz de
los cánones que imperaban por aquel entonces en Hollywood, la crítica era despiadada
con ella tanto en lo físico como en lo profesional.
Entre 1936 y 1945 en los diez primeros
puestos de estrellas más populares (sin contar a los actores) se podía
encontrar a: Shirley Temple, Joan Crawford, Claudette Colbert, Jeanette
MacDonald, Myrna Loy, Alice Faye, Bette Davis, Judy Garland, Betty Grable o
Greer Garson.
Además, era toda una “diva” (aplicando el
matiz negativo) en cuanto a personalidad y no eran pocos los directores y
actores que rehusaban trabajar con ella.
Consiguió doce nominaciones y gano cuatro
Oscar, siendo la actriz más premiada. El primero lo consiguió en 1933 por
“Gloría de un día” (¿le daría gafe?) pero dado su carácter, ya que no acudió a
la ceremonia poniendo como excusa que no creía en los galardones y que le
parecía absurdo competir por ellos, la Academia de Cine la hizo esperar 34 años
antes de concederle otro. Luego, termino leyendo que en plató era muy
competitiva. En fin…
Comparándola con otra personalidad con
carácter como Joan Crawford, es muy acertado aplicar aquí el refrán: “Unos
cardan la lana y otros crían la fama”.
Venenosos salu2 desde Crystal Lake!!
Las fotografías son todas de Internet
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