Por fin, después de muchos años y tiempo invertido he dado con una película que me daba mucho miedito de niño, en parte gracias a mi cabezonería y a la casualidad.
Mi mente tenía un batiburrillo de imágenes que formaban parte según creía yo de una misma realidad. También había un nombre que se repetia constantemente, Karkoff ¡¡mito o realidad!!.
¡¡Anda que no hemos desgastado el nombre asustándonos en casa una y otra vez!!
De niño (y no tanto) era habitual que vieramos las películas con cojines o las manos delante de la cara (eso sí, dejando espacios entre los dedos) y preguntando cada minuto lo que sucedía a continuación, para enfado de mayores, que nos decían que no iban a estar radiando la película cada minuto.
Ahora, gracias al poder primero del VHS y después del DVD me permito la osadía de desgastar el botón de “Adelanta rápido”, “Pausa” y “Retroceso” para, por lo menos, no llevarme el susto de la primera impresión, aunque incluso con esta pequeña trampa sigo siendo un miedica.
Las personas que me conocen no pueden creerse esta contradicción que me caracteriza, me encantan las películas de terror pero casi nunca las puedo ver de un tirón.
¡¡Luego tengo pesadillas!!
Flashes sueltos habían creado un puzzle que no encajaba por más que me empeñaba, todos estos flashes compartían el gusto por desarrollarse dentro de un Museo de Cera.
En un principio conseguí tener en dvd, la película “House of Wax” de André De Toth de 1953 con el gran Vincent Price de protagonista. Pensé que seguramente era la que andaba buscando. Nada más alejado de la realidad, hubiese resultado demasiado fácil.
De trama sencilla, nuestro protagonista es el escultor de un museo de cera. Tiene una fuerte discusión con su socio porque este pretende incendiar el museo y así cobrar el seguro, ya que parece ser pierden dinero. Total se quema el Museo, con el pobre Price aferrado a sus figuras, en especial a su Maria Antonieta. Años después reconstruye su museo y comienzan a tener lugar extrañas desapariciones.
Me marcó mucho lo mal que lo pasaba Henry Jarrod (Vincent Price) y lo mal que lo pasaba cuando se derretía su Maria Antonieta, el orgullo de su colección. En parte comprendo, que mis temores a que pierda mis “posesiones” por culpa de un posible fuego, terremoto o explosión tienen que ver mucho con esta película y la mencionada escena en particular. A destacar que en ella, aparece un jovencísimo Charles Bronson, interpretando a Igor. Recuerdo la escena donde colocando su cabeza junto a unas de cera, observa las evoluciones de la protagonista, que por cierto a mi no me atraía nada en absoluto. Me fijé más en su amiga la singular Carolyn Jones pieza clave de la acción como modelo para la Juana de Arco y como curiosidad, posteriormente conocida como la Morticia de La Familia Adams original.
Tenía varias piezas de mi confuso puzzle, por un lado el fuego rodeando a la Reina de Francia, la misteriosa Juana de arco, la imagen de Charles Bronson, un nombre ¿sería Igor en vez de Karkoff el nombre que recordaba?, pero no conseguía ubicar el resto y desde luego en esta película no aparecían. ¿Serian productos de mi mente perturbada?
¡¡Iniciaba la búsqueda como de un singular Jessica Fletcher se tratara!!
Entre mis libros no encontraba referencias y eso que cuento con “Horrormania” (gracias Rodri y compañía) y volúmenes similares. En internet daba palos de ciego...
En una de estas visitas a la red me llamó la atención “El molino de las mujeres de piedra” una película de 1960 que en parte me las prometía muy felices.
En principio “El molino de las mujeres de piedra” me ofrecía la posibilidad de acabar mi búsqueda. Visionándola en mi portátil recordaba algunos de sus inquietantes planos. La película destilaba la textura de su época en cuanto a color, calidad, efectos y música, aunque también pecaba de unas pésimas interpretaciones y cuando digo pésimas no bromeo, que ya sabéis que soy todoterreno y me trago cualquier cosa, cinematográficamente hablando.
Aunque me gusta tenerlo todo original, en algunos casos como el que me ocupaba es imposible y terminé descargándola de la red.
No puedo decir mucho al respecto (ahora sé que no es lo que buscaba) porque al final me desperté en el sofá a las 2:30h incluso con las lentillas puestas. No me quedaron ganas de ver el final después de esto. Lo poco que vi solamente añadió más incógnitas al rompecabezas.
El pasado sábado día 4, me llamó mi buen amigo Raúl para echar un vistazo en el Satur, iba en plan "rata" (mi economía no es muy boyante que digamos), pero al final cayó en mis manos “Chamber of horrors” (La cámara de los horrores, 1966). Comentar aunque no venga al caso, que me compré también “La humanidad en peligro”, con sus hormigas de dimensiones extremas.
Mis aspiraciones completistas estaban en su cenit, la carátula me ofrecía todos los ingredientes para culminar mi búsqueda con éxito y encajar todas las imágenes de mi mente.
Este mismo día y no sé porque, como siempre esperé a bien entrada la noche, arranqué el plástico que cubría esa maravilla y decidí verla. Cada minuto mi corazón se aceleraba más. Cada diálogo y escena me acercaba más al final de la búsqueda. Recordaba infinidad de planos y situaciones. Los crímenes, las figuras del museo, incluso un enano que salía de protagonista… Al final llegó el The End y me quedé con dos palmos de narices.
No podía creerlo, ya iba la tercera y todavía no había resuelto mi personal misterio, pero como he dicho a cabezota no me gana nadie.
Total que robándole horas al sueño (acabé la búsqueda a las 5 de la mañana) decidí rastrear por enésima vez en la red.
En el buscador fui añadiendo uno tras otros los títulos que habían formado parte de este dichoso puzzle y todo aquello que estuviese relacionado con un Museo de Cera, a ver si la casualidad hacía que me derivase hacía la película que ya creía parte de mis fantasías.
Una entrada del título de Vincent Price ¡¡qué grande!!, hacía referencia a las versiones que había de dicho film. Ya sabía que había una versión de 1933 dirigida por Michael Curtiz (director de Casablanca), pero mis recuerdos eso sí, sabía que no partían del blanco y negro. Con esta versión se explayaban bastante y mencionaban en una pequeñísima reseña una versión de 1973 considerada la más fallida de ellas.
En los foros descubrí que es imposible encontrarla en dvd, incluso busque en Ebay y al final cometí el “pecado” de bajarla de la red.
Con la experiencia anterior tenía bastante y decidí visionarla al día siguiente y…
¡¡Bingo!!
Nada más empezar aparece un “horrible” ser deforme y jorobado que responde al nombre de ¡¡Karkoff!!, la ambientación del Museo es la que en parte recordaba, esos primeros planos de Jack el Destripador y de la guillotina, protagonistas más tarde de la acción. La pobre cantante del local adosado al Museo que es amiga del pobre Karkoff, que la gruñe a modo de “saludo” desde el respiradero del sotado, el gran John Carradine otro de los señores del horror, etc, etc…
Había tardado pero al final podía dormir tranquilo, como en las buenas novelas policiacas había resuelto el misterio. Ingredientes no me faltaban, sospechosos, diálogos, escenarios...
Al final tenia en mi poder la tan ansiada película y de paso me había hecho con una pequeña colección de clásicos que de una modo u otro me habían conducido al desenlace de la trama.
Se había “escrito” un crimen y yo lo había resuelto.
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