Ayer día 13 fue un día especial por dos motivos. El primero de ellos por mi primer día de clase en los Salesianos. No os alarméis!! No he decidido abandonar Crystal Lake y seguir el “camino” recto e ingresar en un seminario. El motivo de mi confraternización con esta ilustre institución es más común de lo apetecible. ¡¡Estoy haciendo un curso de páginas Web!!
El segundo motivo es el que realmente podemos considerar el principal y más de los gustos que dominan en Crystal Lake, se trata del concierto que Silvia Superstar ofreció en la sala Joy de Madrid.
Después de las charletas habituales al comienzo de un curso del Inem, con los deberes y obligaciones a las que nos vemos inmersos quienes los empezamos, no paraba de mirar el reloj para poder escapar y acudir al evento de esa noche. No suelo faltar a mis obligaciones, pero Silvia es mucha Silvia y tenía desde hace mucho tiempo las ganas de verla actuar en directo.
Total, después de ver que llegaba la hora señalada y apagar el ordenata muy discretamente, se lo comenté al profe. Este con cara de poker, me dio “carta blanca” para abandonar el aula, cosa que hubiera hecho de cualquier forma, para eso soy mucho Jason.
Bueno, el profe seguía revelando su rollo, que a mí me parecía bastante soporífero la verdad y como he comentado, apago el Pc y me dirijo cruzando el aula hasta la salida salvadora en pequeños y casi etéreos pasos. Cuando finalmente atravesé la puerta corrí imbuido por el espíritu de un adolescente (cualquier cosa es necesaria a la hora de escapar) y bajé las escaleras corriendo no vaya a ser que se lo pensaran dos veces y me frenaran en el último momento. Rememorando esos silbatos que anunciaban el fin de las horas lectivas y que todos los alumnos hemos ansiado en un momento u otro como agua de mayo llegué a la salida.
Me encontraba ya en la puerta de Joy junto a mi costillita de nombre María Escolopendra Venenossa y mi fiel amiga y casi tan "adolescente" como yo, Carmen. Como no veíamos mucho movimiento en la puerta decidimos asegurarnos que hoy era el día del evento. Conociendonos, podía ser que nuestros nervios por ver a Silvia Superstar nos hubiesen traicionado. Aunque tenemos muchos años de vida, todavía seguimos teniendo esa timidez que nos frena al tomar decisiones a la hora de enfrentarnos a lo desconocido.
Después de unas cañas y viborear un poco, algunos están entrando en ese nuevo universo, accedimos al local. Empezamos mal!! El portero me rompió la entrada justo donde estaba la estrella calada en el papel… ¿Por qué no te la dejaran intacta por una vez?
Luego antes de llegar al escenario empezamos con nuestra rutina de costumbre, a modo de equipo CSI, planificando el plan a seguir. Tú copas, tú busca sitio, tú ropero…
Ya situados empezó el concierto. Lo disfrutamos y nos gustó mucho. Como es también habitual en nosotros llegó el momento de reposar la experiencia y dedicarnos a comentar la jugada, cosa que entre canción y canción ya hacíamos.
Mi costillita se quedó gratamente impresionada, ahora mismo creo que ya tiene a Silvia en su “Olimpo” de recuperados. Es cierto que en nuestra pareja uno de los mayores fans soy yo. Carmen también estaba impresionada, contaba con la experiencia de haberla visto cuando actuaba con los “Killer Barbies”, cosa que envidio mucho.
Añadir que aunque nos resulto corto (de lo emocionados que estabamos los tres), es de agradecer que la estrella absoluta fuese ella y no le diera por invitar a cantar hasta a la portera de su edificio. Cosa esta divertida para quien la hace pero nada divertida para los sufridos fans que acudimos a un concierto y aguantamos estoicamente todo lo que nos echen, en perjuicio de nuestra salud física y mental.
Añadir que aunque nos resulto corto (de lo emocionados que estabamos los tres), es de agradecer que la estrella absoluta fuese ella y no le diera por invitar a cantar hasta a la portera de su edificio. Cosa esta divertida para quien la hace pero nada divertida para los sufridos fans que acudimos a un concierto y aguantamos estoicamente todo lo que nos echen, en perjuicio de nuestra salud física y mental.
A parte de estar muy guapa, con todos mis respetos a mis dos acompañantes, tiene una voz increíble y una energía que traspasa el escenario. Es verdad que no había un público masivo, ¿quién lo quiere? Pero, el público estaba totalmente entregado.
Luego vas a un concierto de tu grupo favorito y te das cuenta que no tienes nada que ver con la gente que te rodea. Luego por activa y por pasiva se empeñen en “vendernos” que son nuevas generaciones. Público que igual va a ver a la oveja Shakira, Nena Daconte o similares, les da igual 8 que 80.
Alucinados que una artista como ella no tenga la proyección que tiene otros como la Bose (sobrina), la Marta “sosa” Sánchez o las insoportables Dover. No me extraña que con ese físico, ese registro de voz, no la lleven de telonera a los conciertos, acabaría robando planos.
No la conozco mucho, pero algo tiene que pasar para que una gran discográfica no la fiche de una vez por todas. Con todos mis respetos, es posible que no pase por lo que pasan otros o las Dover por poner un ejemplo aparte de que estas últimas traguen más bocadillos de los habituales. ¡¡Ya que hacen música con ritmos africanos las recomiendo que se vayan de gira al áfrica profunda y no vuelvan!!
Y qué me dices de la Sánchez, “gran estrella del Pop”, flipando en el concierto de los 40. Creo que Silvia tiene más papeletas que ella para serlo, aparte de tener más imagen, más cultura musical y más cerebro.
Seguimos pensando que el mundo es injusto lo mires por donde lo mires, que si no tienes padrino, no pasas por el aro o no te promocionan lo suficiente (por cualquier medio) no hay nada que hacer.
Particularmente prefiero tener un público escogido (formar parte de él) con criterio a uno que se apunta a las tendencias en el último momento.
Resumiendo, el concierto estuvo genial, recomendable redescubrir a esta artista.
¡¡Esperamos repetir!!!