lunes, 22 de enero de 2018

SALISTE DE UN SUEÑO

“No creo en otra vida después de la muerte. Las cenizas son cenizas. El polvo es polvo.
(Ya tengo bastante problema con él en la limpieza de la casa)”.

Un 19 de enero de hace 18 años nos dejó Hedy Lamarr, conocida por unos pocos por ser la Dalila del cine y recientemente por muchos por su faceta de inventora.

"La chica más bella de toda Europa".
(Max Reinhardt)

No voy a contar aquí lo que todo el mundo, gracias a Google, ya sabe: que inventó una versión temprana del salto en frecuencia. Como siempre las masas solo muestran interés en algo o alguien cuando bombardean con ello en internet y las redes sociales. Cómo es lógico y me ha sucedido en otras ocasiones, no solamente con estrellas de cine, esto me irrita, porque ahora todo el mundo, el que más o el que menos se siente experto. En el caso de Hedy Lamarr sobre todo, cuando uno hace ya muchos años, sabía perfectamente quién era y qué había hecho.

-Ya hemos buscado un nombre. Ahora quiero que se siente y que me escuche- me dijo el señor Mayer.
Esperó un momento y después me dijo lentamente:
-Hedy Lamarr. ¿Qué le parece?
-Me encogí de hombros.

"Yo era elegante ya a los 16 años,
antes de convertirme en actriz".

Si la mismísima Lana Turner en su autobiografía, Lana: The Lady, the Legend, the Truth publicada en 1982, confesaba que cuando vio a Hedy Lamarr en el night club Ciro´s, fue -una visión que nunca olvidaré- gracias a que -su rostro era magnifico-, hasta el punto de no recordar el color de la ropa que lucía la actriz, qué no podría hacer ese rostro a los simples mortales.

Me inclino ante Lana Turner. De diosa a diosa, ella sabía que contra Hedy Lamarr era difícil competir.

“El mundo se me presentaba muy bien en 1940.
Algiers y Boom Town convencieron hasta a mis enemigos de que ya se debía contar con una nueva estrella.
Mi salario subió a la estratosfera. Los periodistas se ocupaban de mi vida sentimental. Supongo que causaría envidia a los lectores. ¿Era realmente feliz? Por supuesto que no”.

Junto a Lana Turner en Ziegfeld Girl (1941).

Si bien a Lana la dejó prácticamente ensimismada, no fue mi caso en un principio. En casa como éramos muy aficionados al cine, no había película que no dejásemos de ver. Y como siempre, en época de festividades religiosas programaban en la televisión entre otras Sansón y Dalila (Paramount, 1949), del director Cecil B. DeMille, conocido por sus espectaculares películas.

Junto a Robert Taylor en La dama de los trópicos (1939).

Nadie puede negar que no ha visto alguna vez una película de DeMille: Los diez mandamientos (1956); El mayor espectáculo del mundo (1952); Los inconquistables (1947); Piratas del mar Caribe (1942) o Policía montada del Canadá (1940) y un largo etcétera, pero éstas son las que más recuerdo de mi infancia. Como aliciente añadido al espectáculo, aparecía en las tres últimas Paulette Goddard.

Junto a Clark Gable en Camarada X (1940).

De niño, cuando ponían Sansón y Dalila, seguramente estaría más impresionado por el espectáculo. Las escenas con animales y las de pánico, cuando Sansón derriba el templo, me apasionarían. Ya de adolescente, volvería a verla con más o menos ganas, por ver a Angela Lansbury. Estaba enganchado a su serie Se ha escrito un crimen que empezó a emitirse en 1984.

-Victor trabaja siempre como si la cámara debiera enfocar solo su rostro y mi espalda y usted no está filmando desde el otro lado.
-¿Cree que en América habrá muchos hombres que van a preferir mirarle a la cara a Victor Mature y no las nalgas a usted?
(Hedy Lamarr y Cecil B. DeMille)

"Se nace o no se nace con la confianza en uno mismo".

Tanto de niño como de adolescente, como conté cuando dediqué su entrada a Claudette Colbert, recuerdo decir a mi padre:
-¡Puf, Hedy Lamarr y el Mature!

"La falta de satisfacción con un lugar determinado
forma parte de la personalidad humana".

He de reconocer que Victor Mature me parecía un pésimo actor y era lo que menos soportaba de la película. Eso y que prefiriese a la Lansbury, pero con el paso del tiempo es un actor que aunque no se encuentre entre mis favoritos, si es muy de mi gusto. En cuanto a Lamarr, fue un grave error no reparar en un primer momento en ella. Algo que remedié con el tiempo. Como siempre, peco de repetitivo, el impacto que me supuso mi descubrimiento de Marlene Dietrich allá por 1985, barrió con todo lo que se puso por delante. Además en esa época estaba ávido de cine en general. Quería verlo y saberlo todo.

“He observado que la mayoría de las mujeres me tiene hostilidad. Ni siquiera he intentado analizar este fenómeno.
Dicen que soy distante y reservada, que no doy nada. Pero me doy a las mujeres que me gustan. Y nunca pido nada”.

"Ser una estrella significa poseer el mundo
y la gente que lo puebla".

Hace unos meses, visité junto a mi amiga Carmen a nuestro proveedor de fetiches. Él estaba inmerso en el visionado de películas clásicas, ya que estaba preparando un nuevo libro. Entre los muchos dvd que había sobre la mesa, reparé en una película de Hedy Lamarr. Mientras debatíamos como hacemos siempre (el tema es interminable) sobre las estrellas, me sorprendió que comentase que prefería como actriz a Hedy Lamarr antes que a Katharine Hepburn. Como no sabía si había escuchado bien, le pregunté si se refería a ella como estrella, pero insistió en que no, que él personalmente pensaba que era una muy buena actriz casi tanto como la Hepburn.

“Siempre he dicho a mis amantes que no me despierten por la noche si no quieren hacerme el amor.
Os sorprendería saber las pocas veces que me han despertado”.

"En todas partes encuentro hombres que rinden homenaje a mi belleza
y no muestran ningún interés en mí".

¿Miss Lamarr le causaría el mismo efecto que a Lana Turner? No lo sé, cada uno tiene sus gustos, preferencias y puntos de vista. Desde luego que yo aplaudí tanta sinceridad. ¿Quién en estos tiempos de tanto quedar bien preferiría a Lamarrvelous antes que a Kate?

"Lo que más deseaba era una oportunidad para demostrar
que verdaderamente podía actuar, no solo usar trajes elegantes".

Para muchos la “inexpresividad” de Lamarr le restaba puntos a sus interpretaciones. ¿Era su manera de actuar o la indiferencia total que sentía hacía su carrera se transmitía a la pantalla?, ¿tenía limitados registros?. Fuese como fuese, la prefiero a actrices mucho más “dinámicas” que ella.

"Soy como el enano del Barco de los locos:
más observadora que participante".

Por ejemplo, hace poco tiempo volví a ver Damas del teatro (1937) con Katharine Hepburn y comprobé que el dinamismo de Hepburn se ha repetido en cada una de sus interpretaciones posteriores en mayor o menor medida. Es lo que digo siempre, hay actrices incuestionables para la mayoría, entre ellas Hepburn, Garbo, Davis… Hace poco leí un artículo en el que prácticamente daban a entender que Claudette Colbert no era una buena actriz, la “acusaban” de repetirse una y otra vez. ¿Quién de las mencionadas no lo hacía?

“Terminar una película es como apostar a la ruleta.
Hay que esperar hasta que la rueda cese de girar y entonces se puede saber si se ha ganado… o se ha perdido… Y cuánto”.

"Mi gran fallo es la incapacidad
para escoger buenas películas en donde actuar".

Lamarr, pese a su probada inteligencia, no fue muy afortunada escogiendo papeles. Rechazó todos los papeles que convirtieron en estrella a Ingrid Bergman. Se la considera poco más que un maniquí, intercambiable en cada una de sus películas. En ese caso Garbo y Monroe también lo fueron. Igual su físico jugó en su contra. Debemos tener en cuenta muchos otros factores antes de decidir quién es una mala actriz: un mal guión, un mal director, un interés económico por explotar una imagen, como afecta el paso del tiempo a la película… ¿Quién valora y de qué manera a cada intérprete?.

“Me despidieron de unos estudios porque un día me enfermé. Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor y Vivien Leigh se han enfermado muchas veces, pero los estudios las perdonaron.
No importa lo que hagas; vale lo que eres.
Hubo un tiempo en que me podía retirar del rodaje durante una semana y nadie decía nada”.

"El éxito de una película depende de tantos elementos
que ni siquiera una computadora lo podría prever".

El American Film Institute, por ejemplo, en su lista de las 50 mejores actrices del cine clásico en 2005, coloca a Marlene Dietrich en un noveno lugar por encima de Joan Crawford, Barbara Stanwyck, Claudette Colbert o incluso Vivien Leigh. Pero, ¿quién lo ha decidido así?, ¿por qué se ha llegado a esa conclusión?. Aunque me pese, no creo que Dietrich sea mejor que las mencionadas. Cuando una falsedad se repite constantemente se convierte en verdad.

“Hedy está más hermosa que nunca,
aunque un poco fuera de lugar.
Los demás miembros del reparto están más en su sitio
y lo mejor es el decorado". 
(Crítica de Variety sobre La extraña mujer, 1946)

"Me molesta la actitud ingenuamente optimista,
pero todos necesitamos una filosofía que nos ayude a vivir".

Hija única, la austriaca Hedy recibió una educación exquisita. Comenzó cuando contaba 4 años y se la instruyó en diversas materias. Hablaba con fluidez varios idiomas incluidos húngaro, italiano e inglés y recibió clases de ballet y piano.

"El dinero no da garantía de que la película vaya a ser buena".

En su adolescencia, fue enviada a una escuela de buenos modales en Suiza. Durante ese tiempo, practicó senderismo alpino con sus compañeros de clase y conoció a Ritter Franz von Hochestet, hijo de una distinguida familia alemana. Nació un romance entre ellos y se comprometieron. Con el consentimiento de sus padres, se matriculó en la escuela de arte dramático de Max Reinhardt en Berlín. Reinhardt estaba tan impresionado con su belleza que inmediatamente la puso bajo su tutela personal. Ritter le suplicó que se casara con él. Ella se negó y rompió su compromiso, el sensible joven se suicidó. ¿Sería este suceso lo que provocaría en Hedy ese estado permanente de melancolía?. Sea cual fuera el caso, Hedy nos dejó unas cuantas películas donde brilló con su etérea belleza y personal estilo.

“La escalera del éxito en Hollywood suele ser así: agente de prensa, apoderado, director, productor, galán y jefe de estudio:
y se llega a ser estrella si una se acuesta con cada uno y en ese orden. Es crudo, pero es la realidad”.

Como Sandra Kolter en Ziegfeld Girl (1941).

Saliste de un sueño
¡Eres demasiado maravillosa para ser verdad!
Pueden ojos como los tuyos existir,
Pueden labios como los tuyos existir,
Pueden sonrisas como la tuya existir,
Realmente?
Saliste de una nube,
Quiero llevarte lejos de la multitud,
Y tenerte solo para mí,
Un sueño hecho realidad,
Seguro en mi corazón.
(Tony Martin se lo canta en Ziegfeld Girl)

Venenosos salu2 desde Crystal Lake!
Todas las fotos colección del autor.

2 comentarios:

  1. Hola,
    Espléndido comentario sobre Hedy Lamarr. Único resbalón: Vivien Leigh, no Leight ;)

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    1. ¡¡Muchas gracias por el comentario!! Intento hacerlo lo mejor posible y desde mi visión personal.
      En cuanto al resbalón (jajaja), me dí cuenta en seguida pero, entre las horas en que lo publiqué y que no suelen leerme, lo dejé pasar. Ya está corregido, gracias de nuevo!!

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