Siempre me han gustado las
personas y los personajes que destacaban por salirse de la norma, de lo
habitual, tanto por su trabajo como su presencia. Si tenemos en cuenta que desde
niño me llamaran la atención: las películas de La Hammer, Godzilla y monstruos
varios, Paul Naschy, La Carrà, Bowie, Grace Jones, Tino Casal, Nina Hagen o Alaska,
por mencionar algunos, no es de extrañar que la primera vez que viera a Ágata
Lys, me causase un gran impacto.
Ahora, me resulta cada vez más
difícil encontrar a alguien o algo que llame mi atención y me motive tanto como
para tenerlo en cuenta, más allá de lo anecdótico. Por norma general estás
rodeado de “personajes” anodinos y faltos de personalidad.
Si bien me recuerdo a mediados/finales
de los 70, viendo mi serie favorita de CF, “Espacio 1999”, también recuerdo
claramente a mis padres llamándome desde el salón, para avisarme que echaban
por la tele una peli del Hombre Lobo, Drácula o el monstruo de turno. Lo que es
un misterio para mí, dado el tono de algunas películas, es que también lo hacían
cuando en alguna salían: María Kosty, Fiorella Faltoyano…, y por supuesto:
Ágata Lys.
En aquella época no las tenía
catalogadas como actrices, principalmente porque por edad, mis intereses
estaban más en jugar con mis cochecitos, Geypermanes, Madelmanes o el Tente. Eran
solamente las chicas guapas que tanto me gustaban. Con el tiempo supe que
además de guapas eran actrices.
Me alimentaba de imágenes en
movimiento. No coleccionaba nada, exceptuando juguetes. La época del
coleccionismo llegó después con el Hollywood clásico, y como en esos años no existían
tantas posibilidades como ahora: grabadores, dvds, internet, etc., y mi margen
de movimientos era limitado, no era más que un niño, no lo echaba en falta y
tampoco se me ocurría que fuese el mejor regalo de Reyes.
Cuando me sumergí de lleno en
el mundo del cine de Hollywood, aprendí a valorar a los “personajes” con los
que crecí, ¡¡a los autóctonos!!. Mi gusto por los monstruos, La Hammer, Naschy…,
sigue intacto hasta ahora, pero empecé a mirar con otros ojos a las actrices españolas,
a las que tenía relativamente olvidadas.
En ese aspecto, tenemos mucho
que aprender de los americanos, que no se olvidan de nadie. A cualquier actor o
actriz, sea quien sea, le dan su valor y les montan convenciones donde pueden
acercarse sus fans (que me dan mucha envidia) incondicionales a saludarlos.
Aquí nada de valoraciones, salvo excepciones o en momentos puntuales (entrega
de premios y esas cosas), si dejas de aparecer en los medios serios, no existes
prácticamente. Con esto no digo que Ágata Lys esté olvidada o no exista, pero
indudablemente su presencia en la actualidad se rige por la discreción. Si no,
que alguien me corrija y me saque de mi error.
Recuerdo principalmente a
Ágata Lys por sus apariciones y entrevistas en programas de televisión y en las
películas: “Las alegres vampiras de Vogel” (1973), “El huerto del francés”
(1977) y posteriormente en: “Los santos inocentes” (1984), “El regreso de los
mosqueteros” (1989), “Taxi” (1996) y “Familia” (1996).
Por la prensa seria he sabido siempre
de sus éxitos en teatro, que abarcan desde “Don Juan Tenorio” (1973) a “Pelo de
tormenta” (1997). Admito que a partir de aquí la “perdí un poco la pista”, si
no fuese porque casi todo lo encuentras en la red, es muy posible que la
perdiese del todo. Y sí, tiene página web oficial (más de uno me lo dirá), pero
está no está actualizada, lo último que veo es de 2006.
Mi “descuido” es perdonable
porque hace años que no compro periódico alguno, salvo en contadas ocasiones. Revistas
de cine más bien pocas y prácticamente ni las leo. Prensa rosa descartada. Hubo
un tiempo que leía alguna, cuando me las dejaban o cuando estaba en la peluquería,
pero ahora tardan menos en cortarme el pelo que lo que tardo en ir y volver a
casa. También es verdad que con la economía que tenemos (en general todo el
mundo) actualmente, tampoco estamos para derrochar en revistas y demás que
terminarán en el reciclable. Esto lo nota mucho mi kiosquero, que no vende
nada.
Bueno, me he ido del tema
principal…
Hace unos días he encargado un
libro que han escrito sobre Ágata Lys, el libro es lo máximo físico (sin contar las
revistas que he ido consiguiendo en El Rastro y algún dvd) que voy a tener en
mis manos, porque otro tipo de material me es “imposible de localizar”, léase por
medios legales, y aún así me resulta complicado.
Las imágenes que ilustran esta
entrada, las he sacado de las mencionadas revistas. Forman parte de su historia
indudablemente y del momento en el que me fijé en ella, por lo que no se pueden
obviar, pero hubiese preferido adornarla con fotos más variadas y que se
alejaran de su imagen más reconocible por la mayoría, pero es lo que hay….
Pues bien, aquí estoy yo,
esperando ansioso el mencionado libro, dando una vuelta por la red, viendo los
vídeos, fotos, leyendo noticias que encuentro y redescubro lo que ya sabía, que
pese a la imagen de la chica sexy platinada, es una muy buena actriz (habrá
quién no esté de acuerdo pero ya sabéis donde estoy para debatirlo), mejor que
muchas de sus contemporáneas, con una personalidad fuera de toda duda.
Lo que más me gusta de ella, es
que ha mantenido una trayectoria artística seria, se ha mantenido siempre
discreta y alejada de reality shows y platós de
televisión, que solo emiten programas de un gusto pésimo, donde sus coetáneas airean
sus vidas y/o miserias como máximas atracciones de un “circo” del que no podrán
salir fácilmente.
Esto para mi dice mucho a su
favor, por cuanto ahora mismo, algunas de sus contemporáneas, no me interesan
en absoluto y solo me parecen caricaturas de ellas mismas, perdiendo todo tipo
de credibilidad, si es que en algún momento tuvieron alguna.
Ágata, como el mineral al que
debe su nombre, caracterizado por bandas de colores concéntricos similares a los
anillos de crecimiento de los árboles, es dura y resistente a los reactivos,
sean estos químicos o no.
Venenosos Salu2 desde Crystal
Lake!!