domingo, 22 de junio de 2014

DE REYES Y DINOSAURIOS

Si pudiese rodar un documental sobre Clark Gable, la mejor voz para narrarlo sería la de Félix Rodríguez de la Fuente y se escucharía algo así: “Vencido, el macho montés recuerda su vida en la Serranía de Gredos…”

"No soy un actor. Lo que la gente que va al cine quiere ver,  no es un actor. es a mí".

Evidentemente ni Gable era un macho montés ni pasó su vida en la mencionada Serranía. No pasaron por delante de sus ojos las imágenes de su madre empitonado al águila real cuando él era un chivo, ni vio como los lobos hacían correr a los “antiguos paladines”, los muflones, por el bosque.

Junto a Norma Shearer en "A Free Soul" (MGM, 1931).

Lo que posiblemente reflejarían sus ojos los últimos años de su vida sería: el esplendor pasado, del estudio que marcó su vida, la otrora poderosa MGM y las divas que le acompañaron a lo largo de las seis décadas que duró su carrera. Era el último de su estirpe, una especie en extinción.

Con Greta Garbo en "Susan Lenox, Her Fall and Rise"
y con Joan Crawford en "Possessed" (MGM, 1931).

De cómo un chico nacido en un pueblo del Medio Oeste se convirtió en un Rey, aunque fuese  de Hollywood, es una historia tan larga como el principio de los tiempos, difícil de condensar en unas pocas líneas.

A base de tesón, esfuerzo, disciplina, buenos contactos y matrimonios, el pueblerino, venciendo las reticencias iniciales que su aspecto físico causaba en los magnates del cine, conquistó primero a las mujeres, luego a la industria y finalmente a toda Norteamérica.

Con Marion Davis en "Polly of the Circus"
y con Jean Harlow en "Red Dust" (MGM, 1932).

Gustaba tanto a las damas como a los caballeros. Ellas querían caer rendidas en sus brazos y ellos se veían reflejados en un hombre no excesivamente apuesto, de carácter sencillo por no decir rudo y muy macho, más si cabe cuando estaba acompañado por hembras muy hembras, como por ejemplo,  Joan Crawford.

Antes de conquistar a todo el mundo y convertirse en el Rey, Gable tuvo una infancia difícil y diversas ocupaciones, hasta que surgió la ocasión de intervenir en pequeños papeles teatrales y cinematográficos. En este punto, conoció a la que sería su mánager y primera mujer, que impulsó su carrera.

En compañía de Carole Lombard en "No Man of Her Own" (Paramount, 1932).
La única película en la que trabajaron juntos.

Alejado de los cánones que imperaban entre sus contemporáneos como Gary Cooper o Robert Montgomery, más sofisticados; Leslie Howard, demasiado romántico; Tyrone Power, demasiado guapo; Clark Gable llegó y venció con sus cualidades genuinamente americanas.

No fue hasta la década de los años 30 cuando firmó un contrato con la MGM, estudio líder en el estrellato femenino. Si bien en el estudio del León no tenían puestas muchas esperanzas en las cualidades estelares de Gable. Además como he dicho, su aspecto físico dejaba mucho que desear: estrecho de pecho; grandes orejas; horrible dentadura. Algo que le preocupaba más a él que a la propia productora, especializada en crear mitos. La MGM, ya lo había conseguido con una regordeta sueca, conocida como La Divina.

Con Jean Harlow en "Hold Your Man"
y con Joan Crawford en "Dancing Lady" (MGM, 1933).

La creciente crisis financiera y sobre todo la caída de las grandes figuras del cine mudo, en especial de los actores, ayudaron a Gable. La Metro necesitaba urgentemente un galán que emparejar con las reinas del estudio, que fuera obediente y que no fuese exigente con el sueldo. Todo esto permitió que Gable permaneciera en el estudio hasta los años 50.

Después de diversos “experimentos” con las estrellas de la casa, una renuncia de la Garbo, le reúne con Jean Harlow en “Tierra de Pasión” (Red Dust, 1932). El éxito de la misma para su carrera fue colosal y le permitió unirse de nuevo con la Harlow en otras cuatro ocasiones.

Junto a Claudette Colbert en "It Happened One Night" (Columbia, 1934).

Jean Harlow junto con Carole Lombard, que sería su tercera esposa, son probablemente las mujeres más importantes de su vida.

Una vez consolidado el éxito,  subió escalones a pasos agigantados, además  de su autoestima y sus exigencias. Debido a un desacuerdo con Mayer, el gran jefe de la casa, como castigo, fue cedido a un estudio menor, la Columbia, donde interpretó junto a Claudette Colbert: “Sucedió una Noche” (Happened One Night, 1934) de Frank Capra, por la que consiguió el Oscar, el cual “restregó” ante las narices de un rabioso Mayer, ya que a este le salió mal la jugada de bajarle los humos.

Junto a Joan Crawford en "Chained" (MGM, 1934).

Su categoría ya era indiscutible y gracias a otro posterior préstamo a Selznick International Pictures, consiguió cotas inalcanzables coronándole de por vida como el Rey, título ya conseguido en 1938 gracias a la votación popular, reino compartido junto a Myrna Loy.

El préstamo al que me refiero era, como no: “Lo Que el Viento se Llevó” (Gone With the Wind, 1939).

Con Constance Bennett en "After Office Hours"
y con Jean Harlow en "China Seas" (MGM, 1935).

La mencionada película junto con la II Guerra Mundial, sellaron el fin de una era. Gable quería participar en el conflicto pero para el Gobierno de los EEUU era más importante su labor desde la pantalla.

La MGM, siguió favoreciendo su carrera, emparejándole con las nuevas reinas del estudio, más del gusto del público de la época, como Lana Turner. El fallecimiento de Jean Harlow en 1937 y posteriormente el de Carole Lombard en 1942 durante su gira vendiendo bonos de Guerra, marcaron el ánimo de Gable. Este último acontecimiento precipitó su ingreso en el conflicto y a su regreso, las cosas ya no eran las de antes.

Junto a Myrna Loy y Jean Harlow en "Wife vs Secretary" (MGM, 1936).

Su regreso le revistió con un aura de héroe nacional y le permitió mantener su estatus de Rey a perpetuidad, aunque se las tuvo que ver con actores que habían prosperado en estos tiempos difíciles y más actuales como Burt Lancaster, James Stewart, Henry Fonda, Robert Mitchum…

Su mirada evidenciaba el recuerdo de las grandes divas que le habían acompañado durante su carrera: Garbo, Shearer, Crawford, Loy, Harlow. El brillo de los estudios se había desvanecido dando paso a una nueva era en la que él no encontraba su lugar, cual diplodocus del final del Jurásico.

Con Jeanette MacDonald en "San Francisco" (MGM, 1936)
y con Jean Harlow en "Saratoga" (MGM, 1937), última película de la rubia platino.

Pese a no perderlo, recuperó prestigio en 1953 en una de sus últimas películas para la MGM, “Mogambo”. Pero quedó patente después de todo, que el estudio no tenía interés en renovarle el contrato debido a sus altos honorarios, e inició una carrera como actor independiente.

Por entonces no solo vivía del recuerdo si no que también muchos de sus contemporáneos habían desaparecido.

Junto a Myrna Loy en "Test Pilot" (MGM, 1938).

Había trabajado con los mejores directores de la edad dorada de Hollywood: Clarence Brown, Victor Fleming, Sam Wood, Fran Capra, W.S. Van Dyke, Tay Garnett, Frank Borzage, King Vidor, Mervin Leroy, Joh Ford, Raoul Walsh, entre otros, y compartió planos con estrellas de la talla de: Joan Crawford, Norma Shearer, Greta Garbo, Claudette Colbert, Hedy Lamarr, Constance Bennett, Jean Harlow, Rosalind Russell, Myrna Loy, Barbara Stanwyck, Lana Turner, Vivien Leigh, o Gene Tierney.

En compañía de Norma Shearer en "Idiot´s Delight" (MGM, 1939).

Después de cuatro matrimonios, diversas amantes y una vida regada con alcohol, que nunca alcanzó unos límites alarmantes como los de sus amigos Spencer Tracy o Erroll Flynn, llega una etapa de calma y estabilidad junto a su quinta esposa y un futuro hijo.

Creo que su experiencia personal, su dedicación al cine y la estabilidad emocional, le hizo tomarse las cosas con total despreocupación, recuperando el gusto que nunca había perdido por la vida al aire libre, la pesca y los amigos. Imagino que era consciente en las últimas etapas de este largo camino, que había hecho un buen trabajo.

Junto a Vivien Leigh en "Gone With the Wind" (Selznick Pictures, 1939).

Comenzados los años 60, donde no podemos encontrarnos historias exóticas como las que el interpretó, llega a sus manos un nuevo guión escrito pensando en él por Arthur Miller y que es rechazado en un primer momento.

“Vidas Rebeldes” (The Misfits, 1961) dirigida por John Huston en condiciones extremas, muy alejadas de lo acostumbrado por él, cuando los estudios cuidaban de sus estrellas y mitigaban las dificultades. Será la última película de Clark Gable y con ella demostrará a todo el mundo, de que están hechos los mitos.

Con Hedy Lamarr en "Boom Town" y "Comrade X" (MGM, 1940).

Co-protagonizada por dos estrellas muy alejadas de su registro y como él (por diferentes motivos) en el ocaso de sus carreras: Montgomery Clift y Marilyn Monroe. Para un Gable disciplinado y riguroso con las horas debió ser una tortura trabajar con ellos, debido a los disturbios y problemas de ambos que replanteaban el curso del rodaje.

Con Rosalind Russell en "They Met in Bombay"
y con Lana Turner en "Honky Tonk" (MGM, 1941).

Aunque se dice que Gable lo llevó todo con bastante calma, admiraba el trabajo de Clift y sentía aprecio por Monroe, escuchando las palabras de Billy Wilder sobre su compañera, nos da una idea de cómo tuvo que ser el rodaje: “la industria debería otorgarme una medalla después de haber trabajado dos veces con ella”.

Con Deborah Kerr en "The Hucksters" (MGM, 1947)
y con Mary Astor en "Any Number Can Play" (MGM, 1949).

A sus 59 años, su forma de interpretar chocó desde un principio con las formas de estos alumnos aventajados del “Actor´s Studio”. Consciente de que definitivamente todo “había terminado”, se esforzó en adecuarse a los nuevos tiempos algo que le traería graves consecuencias.

Cuenta Huston en sus memorias que intentó hacerle mejorar su interpretación, pero que finalmente le pedía que volviese a hacerlo a su manera. Pese a ser una gran película, el final de una gran carrera tendría que haber sido más placentero para una estrella de su magnitud.

Con Ava Gardner en "Mogambo" (MGM, 1953)
y con Jane Russell en "The Tall Men" (20th Century Fox, 1955).

“Creo que es lo mejor que he hecho nunca. Ahora sólo quiero ver nacer a mi hijo” le comentó a John Huston. Esto sucedía un 4 de noviembre de 1960 y tendría que haberse convertido en padre en febrero. Sufrió un ataque al corazón al día siguiente y murió dos semanas después. Al igual que Carole Lombard con su última película, no llegó a ver su estreno. Su viuda, Kay Williams, depositó su féretro junto a la tumba de ella.

Con Yvonne De Carlo en "Band of Angels" (Warner Bros., 1957)
y con Marilyn Monroe en "The Misfits" (United Artists, 1961).

La historia de Gable es la historia de Hollywood mismo. Desde donde se encuentre, seguramente con su inevitable sonrisa sardónica nos diría:
“Después de todo, mañana será otro día”.

Venenosos Salu2 desde Crystal Lake.

Las fotografías son todas de internet y retocadas por mí.

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