lunes, 21 de febrero de 2011

MUSARAÑAS ASESINAS O COMO DORMIRSE SIN TOMAR PASTILLAS

Como siempre que se me mete algo entre ceja y ceja, no termino hasta conseguir (parafraseando a Buñuel) “ese  oscuro objeto de deseo”.

Pues bien, buscando información sobre roedores, internet (como pasa siempre) me  devolvió una entrada a mi búsqueda que captó mi atención. Se trataba de una película de 1959 titulada “Musarañas Asesinas”. Podéis imaginar que el señor Voorhees ya tenía metido en la cabeza el run run como si se tratase de la próxima pieza de “cacería” para su siguiente aventura en Crystal Lake.


Me empapé de información sobre ella. Una película dirigida por un tal Ray Kellogg (ahora me falta saber si este tipo también es el creador de los cereales que tanto me gustan) de 1959 cuyo título original es “The killer Shrews”.

Pude echar un vistazo al tráiler y a alguna foto y me obsesioné definitivamente con ella. Como de costumbre, recorrí las tiendas habituales, busque en Ebay… ¡¡Nada de nada!!

Recuerdo que ya mucho antes de reencontrarla en la web, la había visto en el Satur cuando iba a la caza y captura de bizarrias varias para mi colección de rarezas (léase, árboles zombis, tomates asesinos, etc.) esa vez decidí hacerme con “La humanidad en peligro”, Monster Movie con hormigas gigantes de protagonistas. El motivo de no adquirir semejante “joya”  en su día fue el precio. Dentro de mi locura habitual no lo estoy tanto como para pagar un alto precio por una película que sería mala a rabiar y que acumularía polvo con otras muchas de su misma ralea.


En fin, que estamos en el punto de encontrármela de bruces en mi búsqueda sobre roedores, como si me persiguiese y mis neuronas activaron el peligroso modo cerebral antirazonamientos. Como ya he dicho me lance de lleno en su búsqueda.
No estaba ya disponible, ni en la Fnac y tiendas similares, así que decidí ser infiel a mis principios descargándomela de la red, cosa que fui incapaz pues soy muy perezoso para ir bajando link por link y lo deje para mi incondicional María Escolopendra Venenossa.


Al final parece ser que era de pago y no había nada que hacer así que me di por vencido.
Cada vez voy a la busca y captura de similares sigo ojeando el estante de terror y concretamente la letra M, hasta que al fin di con ella. Bueno para ser exactos dió con ella mi fiel Escolopendra, que conociéndome como me conoce, rauda y veloz (gracias a sus cientos de patas) apareció con ella entre sus mandíbulas en el mínimo de tiempo estipulado ya que yo doy vueltas y más vueltas hasta que por puro aburrimiento desisto de mi empeño. Ella siempre me dice que pregunte antes de liarme a recorrer todos los pasillos pero no es lo mismo. ¡¡Me gusta que las yemas de los dedos se me pongan negras de tanto buscar!!. Se muy bien que ella se aburre (aunque no lo diga) y por eso pone el acelerador y prefiere ganar tiempo mientras me entretengo con cualquier otra cosa. Ya se sabe que si no puedes con el enemigo únete a él.

En definitiva, después de un largo día, llegamos a casa y preparo el “equipo” indispensable para el visionado. Escolopendra me avisa que, además de estar muy cansada (¿qué hará cuando yo no la veo?), lo más seguro es que se duerma a los pocos minutos ya que no comparte muy entusiasmada los frikismos que tanto me gustan y encima a pelo o sea sin alcohol o algún porrillo de por medio. Ya sabemos que algunos despropósitos solo deben de ser vistos bajo los efectos de algún afrodisiaco.



Como era de esperar, no llegó a ver a ninguna de nuestras protagonistas de cuatro patas. Lo increíble es que yo estuve casi por no hacerlo también y eso que me tomé un buen vaso de Coca Cola. A puntinto de dormirme, pero apreté el botón de stop a tiempo y la mar de a gusto.
Lo bueno de los dvd´s es que si no eres muy exquisito puedes pararla y retomar la cosa en el punto donde lo dejaste. No sé si me estoy haciendo mayor o qué, pero confieso que no me atrevo a intentarlo de nuevo, ni siquiera motivándome con el dinero que he perdido en mi adquisición.

Yo solo esperaba ver unos monstruos la mar de nal hechos para echarme unas risas, pero hasta que salió el primero tenias que tragarte secuencias enteras de dialogos absurdos, simplones y mal interpretados sobre todo, sin nada de gracia. Prometo que aunque me cueste intentaré verla de nuevo. ¿Cuándo? Pues de momento no me pongo una fecha pero espero que sea en un futuro no muy lejano.

miércoles, 2 de febrero de 2011

¡¡ANNE FRANCIS REINA DEL ESPACIO!!

“Planeta Prohibido” o el multicolor mundo de Altair IV.

Había preparado esta entrada para una futura colaboración para la revista Scifiworld en su versión digital y en espera de que me dieran el alta para poder empezar a colaborar con ellos (cosa que hasta hoy no ha ocurrido) la deje pendiente.

Con la excusa de la (en su momento reciente) desaparición del actor Leslie Nielsen, me venia a la memoria su papel protagonista en “Planeta Prohibido” (Forbidden Planet, 1956), esa gran obra maestra de la ciencia ficción de los años 50 y una de mis pelis favoritas por la presencia siempre estimulante de el gran Robby el robot.


El caso es que con esta excusa me había decidido a hablar de su protagonista femenina. Hoy con el Fotogramas del mes de febrero en mis manos, me sorprende la noticia de la desaparición de dicha estrella de nombre Anne Francis que nos abandonó el pasado día 2 de enero. ¡¡Y yo sin enterarme!!

Es muy posible que para los “grandes medios” no fuese tan importante como Michael Jackson, artista que eclipsó a otro gran mito que fue Farrah Fawcett (que ni siquiera fue recordada en la ceremonia de los Oscar de ese año), así que con la Francis no iba a ser menos.

En este preciso momento se me hace imprescible publicar dicha entrada en esta Sopa de Mitos con más razón si cabe.


La película, ahora, en la actualidad, con el futuro que nos espera, se nos antoja demasiado ingenua y por que no decirlo, un poco aburrida. La película se salva para la posteridad por ese gran personaje que robaba escenas allá por donde iba: me refiero al mencionado Robby, que se paseaba por un planeta multicolor acompañando a una ingenua y candorosa rubia que respondía al curioso nombre de Altaira en honor al planeta fundado por su padre, el Dr. Morbius, Altair IV, interpretada por una lolita rubia llamada Anne Francis.


Altaira siempre tendrá el rostro, la figura y la voz de Anne Francis, actriz norteamericana nacida el 16 de septiembre de 1930 en Nueva York.
En su adolescencia debuta en Broadway. En principio contratada a los dieciséis años por la todopoderosa MGM, conocida por ser una gran fábrica de estrellas y más tarde por la Fox que, aprovechando su tirón físico, intentó convertirla en un remedo de Lana Turner. Sus papeles fueron breves y decorativos, jamás alcanzó el status de figura estelar y viendo que acabaría sus días como eterna secundaria, se lió la manta a la cabeza y paseó su figura por las producciones de serie B.

Dentro del género, destacó, aparte de sus evidentes encantos físicos, por sus dotes interpretativas, enriqueciendo papeles que en otras manos hubiesen sido mediocres. Cosa que era habitual en esté tipo de películas, ya que la calidad de muchas de ellas distan mucho de llegar a convertirse en Cult Movies, como la que nos ocupa. Cosa rara en el género, la MGM doto de gran presupuesto a esta cinta, mostrando el mejor avance en efectos especiales nunca visto anteriormente, alzándola sobre otras muchas producciones de la época.


La trama no tiene nada de especial: una nave procedente de la Tierra se interesa por los miembros de una colonia de la cual no tiene noticias. Al desembarcar se topan de morros con fenómenos inexplicables y la supervisión directa del extraordinario Robby el robot, posiblemente la mayor estrella de la función. Cuando este grupo de soldados, liderado por el Comandante John J. Adams (Nielsen) dan por fín con el Dr. Morbius descubren a nuestra peculiar protagonista, que no se sabe muy bien cómo pero, para ser nativa del planeta (se nos hace saber en un momento dado que nació allí) tiene unos conceptos un tanto atípicos en cuestión de moda. Teniendo en cuenta la sobreprotección a la que la tiene sometida su padre, no nos explicamos cómo la deja salir así de casa. Así pasa, que revoluciona a los soldados, en especial al que dirige la expedición, el mencionado Nielsen. Éste intenta por todos los medios que abandone a su padre, a Robby y ese mundo idílico de exuberante vegetación y poblado de criaturas que la rodea y le siga a la Tierra.


Entre los sucesos extraños, las apariciones cómicas de Robby y los intentos de llevarse al huerto a la protagonista, se nos echan encima los 94 minutos de metraje.


A partir de los años 60, Anne Francis actuaria principalmente en producciones de televisión alejándose poco a poco de la gran pantalla. Por su papel en la serie “Una Rubia Peligrosa” (Honey West, 1965-1966), ganó un Globo de Oro como mejor actriz y fue nominada al premio Emmy.
Gracias a su papel protagonista en “Planeta Prohibido”, conseguiría casi sin proponérselo un trono permanente en el imaginario de los seguidores de la ciencia ficción. Como reina del espacio lo ha conservado hasta el día de hoy, para envidia de sus contemporáneas, hoy olvidadas por gran parte del público.
A día de hoy el título de esta entrada es el más adecuado. Siempre reinará por el espacio junto con Nielsen descubriendo nuevas galaxias.

Como curiosidad, Robby reina en un museo no sé muy bien de un frekkie o de la ciencia o tampoco el original o alguna de sus versiones tuneadas.

Salu2 desde Crystal Lake