lunes, 6 de mayo de 2019

CON M DE MITO


Inmortalidad
1. f. Imposibilidad de morir.
2. Perdurabilidad de algo en la memoria de la humanidad.

Los antiguos egipcios muy sabios, pensaron que la muerte física podía ser vencida y así alcanzar la vida eterna. La muerte para ellos era la desintegración de los modos de existencia, por lo que sus rituales funerarios servían para preservar la integridad del individuo en una vida futura. Momificando al difunto, preservaban y transformaban su cuerpo físico en una forma idealizada con aspectos divinos. Lograr ser uno de sus dioses era el máximo deseo del egipcio para su vida tras la muerte.

"Aquí estoy al final de mis días."

El nombre del fallecido, que constituía su individualidad y era solicitado para mantener su existencia, se escribía en varios lugares a lo largo de “El Libro de los Muertos” para cerciorarse de que el finado recordaba su propio nombre. Además se aseguraban de preservar y proteger mediante sortilegios su fuerza anímica y su sombra. Si todos estos aspectos de la persona se conservaban y recordaban entonces el difunto podía asegurarse la inmortalidad.

La primera foto que me compré.
Todavía recuerdo el lugar. Hoy no existe.

A principios del Siglo XX, en un barrio de Los Ángeles, en lo que hoy conocemos como Hollywood, se establecieron unos primitivos estudios de cine que evolucionaron hasta convertirse en la meca del cine. Al igual que los antiguos egipcios divinizaron todo aquello que les agradaba creando una multitud de entidades, en dichos estudios durante la época dorada de Hollywood, crearon su propio panteón de dioses y diosas, que han llegado a ser recordados gracias al celuloide (una especie de momificación), hasta nuestros días.

Dietrich por Eugene Robert Richee en 1935

"Las personas estúpidas me molestan. Hay admiradores míos que me adoran e idolatran, y que me admiran. Son personas estúpidas. ¿Quién soy yo para ser admirada? ¿Qué he logrado? Si uno debe admirar a alguien, que sea a un doctor o a un brillante científico. No a un intérprete. Nunca podría ser amigo de alguien que sea tan estúpido como para adorarme."

Marlene era berlinesa, desconozco sus creencias religiosas y no me consta (o puede que sí) que quisiera ser inmortal, pero yo tendría que hacerme un test de ADN, para averiguar si tengo antepasados egipcios, porque el culto a los mitos lo tengo muy arraigado. Igual en otra vida vivía en la época de los faraones. ¿Quién lo sabe?


Mi culto al mito Marlene comenzó hace 33 años, con una carta que le escribí, cuando vivía retirada de la vista del público en su casa de París, que decía así:

Querida señora:

Soy un joven español de quince años. Estudio para diseñar vestidos como los de usted. He visto todas las películas donde aparece. Las películas que más admiro de todas son “El expreso de Shanghai”, “Capricho Imperial”, “El diablo es una mujer” y “Deseo”, y la canción sobre todas “Lili Marlene”.

Leí su libro que es muy interesante. Tengo amigos que igualmente la admiran. Me gustaría tener una fotografía con su autógrafo si es posible, por favor, lea mi carta.

Perdón por mi francés. Se despide de usted su más atento admirador.

En septiembre de 1986, recibí la foto firmada, su libro (el cual yo no le pedí) y también una “regañina” por adjudicarle el apellido que aparecía en las enciclopedias.
Lo demás: ¡es historia!


Cuando falleció, escribí una carta a un periódico que me publicaron en la sección "Cartas al director", para sorpresa de mis padres y como dije en ella: ¡Marlene, para mí, no tendrá fecha de caducidad!


"Cuando estás muerto, estás muerto. Eso es todo."
Marlene Dietrich

Venenosos Salu2 desde Crystal Lake!
Todas las fotos colección del autor.

"No soy un mito".
Marlene Dietrich