viernes, 4 de mayo de 2018

DIETRICH, SIN MÁS


DIETRICH
En el idioma alemán: el nombre de una llave que abre todas las cerraduras. No es una llave mágica. Es un objeto muy real, que requiere de una gran habilidad en la fabricación.

Si bien mi primera intención el año pasado era dar por terminada mi andadura por Sopa de Mitos, comencé 2018 con la idea de seguir publicando una entrada cada mes, cosa que ha sido imposible por diversas razones, tanto personales como por falta de inspiración.

Han pasado los meses y el estímulo creador no ha dado señales de vida. A día de hoy, las musas siguen sin aparecerse, pero dado que este 6 de mayo se cumplen los 26 años del fallecimiento de Marlene Dietrich he vencido a la pereza (uno de mis vicios confesos junto con la gula) y me he puesto manos a la obra.


LEALTAD
Debería ser uno de los mandamientos.

Una de las razones por las que me cuesta ponerme a escribir es que no me gusta ser repetitivo y también la verdad, es que la Crawford, que es mucha Crawford, me dejó agotado. Tanto que estuvo a punto, gracias a su libro My Way of Life (1971), de desbancar a Marlene de su trono. Un rápido repaso a sus películas, sus discos y alguno de sus libros, han impedido que la sangre de las divas llegara al río.

Ahora, después de muchos años tengo en mi poder el libro Marlene Dietrich´s ABC (1962), que ha reavivado la llama que parecía extinguirse. Poco puedo decir ya de Dietrich que los que me leéis y conocéis no sepáis, así que posiblemente, esta entrada no será la mejor que escriba, pero parafraseando al director Josef von Sternberg, prefiero escribir una entrada mala que no escribir ninguna.


RIQUEZA
La riqueza que da poder es un poder peligroso,
sobre todo en las manos de los ricos.

Siguiendo con Von Sternberg, en sus memorias, publicadas en 1965 y tituladas con el significativo nombre de Diversión en una Lavandería China, describía así a Marlene:

“Antes de acostumbrarse a que la llamaran Marlene Dietrich, me había pedido autorización para cambiarse el nombre, que sólo los alemanes conseguirán pronunciar con corrección. No hice caso a su petición. Alguien le aseguró que su nombre, bien o mal pronunciado, sería famoso pronto. Cuando la conocí no dio importancia a esto, como no se la daba a nada, salvo a su hijita, a una sierra musical y a unos discos de Whispering Jack Smith, como tuve ocasión de comprobar. Solía reírse de sí misma y de los demás, aunque era fiel a sus amigos (que no siempre lo fueron para ella) y rápida en condolerse y ayudar a quienes la elogiaban por cualidades no siempre elogiosas. Era tan sincera y clara que algunos la criticaban por falta de diplomacia. Su carácter era sofisticado y sencillo; exquisito y, a la vez, de una ingenuidad casi infantil. Cuando la conocí mejor, supe sobre las condiciones de su educación, su familia y la gente que la rodeaba. Su capacidad de subsistir y de vencer aquella atmósfera fue, sin duda, extraordinaria. Estaba sometida a duras represiones, contrarrestadas con etapas de increíble vigor. Era imposible cansarla, al contrario, era ella quien acababa con los demás, y por eso muy pocos se atrevían a alternar con ella. Era bastante supersticiosa y resultaba incitadora con sus raros fetichismos, pero lo compensaba con un sentido común. Bastante cercano a la pedagogía.”


ESTUPIDEZ
El único defecto con el que pierdo la paciencia.

Puedo dar fe de su sentido común ahora que estoy leyendo su ABC. He de decir que el sentido común y el ingenio para abordar temas fundamentales como la existencia, el conocimiento, la moral y otras cuestiones, no es coto exclusivo de filósofos. He leído por ahí, que un filósofo es una persona virtuosa o austera que lleva una vida retirada y ajena a las distracciones o las diversiones, todo lo contrario a lo que representa una estrella de Hollywood, llámese ésta Marlene Dietrich, Joan Crawford, Lana Turner o Hedy Lamarr, que con su forma de pensar y razonar sobre el mundo que las rodeaba, me han enseñado más que unos señores bastante aburridos y normalmente nada atractivos, según mi punto de vista.


OPTIMISMO
Tenerlo. Siempre hay tiempo para llorar después.

Yo la verdad, no me imagino estar en una conferencia, escuchando durante una hora a un señor con barba, bufanda, pipa y anteojos hablando del sentido de la vida, el cosmos o lo que se tercie, haciendo pausas interminables mirando a las musarañas. Me resultaría más gratificante, interesante y seguramente menos aburrido, escuchar lo mismo en boca de una estrella de cine ataviada con sus mejores galas. Por cierto, no me he divertido tanto como cuando, por ejemplo, leí la autobiografía de Zsa Zsa Gabor y eso que ella no es de mi gusto y está a años luz de las mencionadas.


MELANCOLÍA
Estar en las profundidades de la tristeza es tan importante como una experiencia extremadamente feliz.

En cuanto a Dietrich, dejando a un lado su conocido ingenio y lengua afilada, una vez establecida en Hollywood después del rotundo éxito de El Ángel Azul (UFA, 1930), trabajó junto a Von Sternberg en seis películas, todas ellas pequeñas joyas que forman un todo en su conjunto, culminado su colaboración en El Diablo es una Mujer (Paramount, 1935), la película más bella jamás realizada, según el parecer de Marlene, que así lo expresó en sus memorias publicadas en 1984.


Las palabras pueden herir y romper corazones y mentes también. No hay marcas negras y azules, ni huesos rotos para poner en moldes de yeso y por tanto no hay prisión para el agresor.

Venenosos salu2 desde Crystal Lake!!
Todas las fotos colección del autor.

Marlene Dietrich´s ABC (Doubleyday, 1962)
Fun in a Chinese Laundry by Josef von Sternberg (Secker & Warburg, 1965)