¿Se podría decir algo nuevo
sobre Joan Crawford? Posiblemente sí, si se dejara de perpetuar su imagen
supuestamente menos agradable. No hay texto sobre ella en el que no se hable de
su mal carácter y las cosas que le hizo a su hija. Esa hija, por cierto, con
cara de orco, a la que se le ha dado tanto crédito. Un gran defecto del ser
humano es magnificar los aspectos negativos de una persona y minimizar los
positivos. ¡Nos gusta tanto juzgar!
Intenté enfrentarme a los desafíos de frente, y tuve la suerte de aprender a superar los miedos: simplemente saltando. |
¿Nunca os ha pasado? Desde
luego que a mí sí. Tengo muy mal carácter, lo sé, y la mayoría de las veces
solo se me recuerda por eso. ¡Menos mal que suelen hacerlo con humor!
Mi querido amigo Bill Haines me describe como
un ser humano
multifacético.
Lo único que lamento es que debido a los papeles que he
interpretado en películas y en la televisión,
la gente nunca espera que tenga
sentido del humor.
Me gustaría decir: "¡Mira, también puedo ser divertida!"
Quiero que la Joan Crawford de este año sea solo un bloque de construcción para la Joan Crawford del próximo año. |
Cuando trabajaba, siempre se
me reprendía por alguna cosa que había hecho mal y nunca, cuando (la mayoría de
las veces) lo hacía bien, se me elogiaba por ello. Creo que a la gente le gusta
recordar lo malo de los demás, pero muchos deberían tener presente el refrán: vemos
la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro.
La gente siempre me pregunta si hay algo que lamento, o cambiaría. ¡La respuesta es no! Nada. Si no hubiese tenido dolor, no sería yo. |
Hay personas que critican de
manera destructiva, solamente con el propósito de hacer daño. Ese sería el caso
de Christina Crawford, Bette Davis y muchos biógrafos de Joan. Imagino que será
cuestión de su autoestima. La envidia, la venganza y el rencor, son algunos de
los peores defectos que el ser humano pueda tener.
Sé quién soy, qué quiero hacer y hacía dónde quiero ir. |
No sé si soy demasiado (para
algunas cosas) ingenuo, pero siempre me he fijado en los aspectos positivos de la
gente y no he dado crédito a los negativos, sobre todo si vienen de terceras
personas. Si tengo que descubrirlos, prefiero hacerlo por mis propios medios.
Esto no quiere decir que esté libre de no haber tirado alguna piedra.
Como Sadie Thompson, la prostituta que se redime en Rain. |
Normalmente tengo buen instinto
para detectar personas poco fiables. Por supuesto, con personas con las que me
pueda relacionar. He de decir que a veces también me dan gato por liebre. En
cuanto a Joan Crawford no la conocí, desde luego, y tampoco poseo facultades
paranormales para comunicarme con ella, pero ahora que estoy en el ecuador de
su libro My way of life (1971), haciendo uso del título del mismo, tengo mi
propio punto de vista. Creo que era una persona como cualquiera, con sus cosas
buenas y malas.
Sigo creyendo que deberíamos volver a las películas románticas. El mundo está tan enfadado. No soy cenicienta, pero caramba, está tan enfadado el mundo... |
Por cierto su libro es una
lectura muy interesante y amena, un poco obsoleto para la época, también es
verdad, puesto que lo escribió en pleno movimiento hippie. Además con el
añadido de que relata básicamente su vida en los años 50 y los consejos que
transmite sólo podrían ser aplicables a mujeres de dicha década. Por lo que
llevo leído, parece que una de sus etapas más felices fue la que pasó con su
cuarto marido Alfred Steele, presidente de Pepsi-Cola, con el que se casó en
1956 y del que enviudó en 1959. Esto me hace pensar que este suceso la debió
dejar tan afectada, que el tiempo se detuvo en los 50 para el resto de su vida.
He tenido la suerte de casarme con hombres bien educados,
cultos, amantes de la buena literatura,
la buena música y todas las bellas artes.
Ninguna mujer adulta debería lucir como si se vistiese en un armario oscuro. |
De momento en el libro,
todavía no ha criticado a nadie y pienso que ni llegaré a leer eso. Lo que sí hace
es reconocer sus defectos físicos (sus hombros y caderas, por ejemplo) y de su
carácter: su ambición, la intolerancia, el no respetarse a sí misma. Habla de
su mal gusto para la decoración en sus primeros tiempos y en su pesar por no
tener una educación formal. Para mí, esto dice mucho de su ego de diva. En
general me transmite positivismo, cierta candidez e incluso según voy devorando
las páginas (como puedo, mi inglés es bastante pobre) me enternece. La primera
parte del mismo, parece una especie de libro de autoayuda y los logros que ha
ido consiguiendo con los años de tanto autoanalizarse y como ha ido haciendo
para mejorar, hasta convertirse en una mejor persona.
Si tengo una sola cosa a mi favor, no es que sea Joan Crawford con un buen trabajo y una cuenta bancaria, si no el hecho de que nací trabajando. |
Pensareis que soy tan crédulo
que me lo creo y me diréis que no es más que una fachada. Posiblemente, como he
dicho en otras ocasiones, cada uno tiene su apreciación de las cosas. Además,
lo último que espero leer de una estrella de cine son sus miserias, escritas por sus hijos, por ellas u otros.
Cuando uno vive con amargura siempre se muestra en la cara, y es patético. |
A raíz de la serie Feud: Bette
and Joan (2017), basada en su relación con Bette Davis, han aparecido artículos
en prensa escrita y digital, se han escrito y reeditado libros... Y las dos
actrices se han puesto más que nunca de actualidad. Los que me conocéis ya
sabéis lo que opino sobre esto…
En Mujeres, Norma Shearer me hizo cambiar de vestido dieciséis veces porque cada uno era más bonito que el suyo. Me encanta interpretar perras y ella me ayudó con eso. |
Leí todo lo que encontraba
hasta que me cansé. No puedo decir que me aportaran nada nuevo e interesante. Además
todos haciendo hincapié en lo “malísima” que era Joan, lo mal que trató a su
hija y sus tira y afloja con la Davis. No eran más que calcos unos de otros. Leído
uno leídos todos. ¡La prensa digital es lo que tiene, viva el recorta y pega!
Esto dice mucho de la falta de creatividad del medio. Por lo que se ve nadie
está dispuesto a exprimirse el cerebro elaborando algo más personal.
Creo que mi estilo de maquillaje cambió cuando hice Gran Hotel. Me gustó tanto que lo conservé. |
En cuanto a Crawford y su hija…
Ella misma nos cuenta como organizaba sus armarios, como colocaba su ropa
envuelta en papel de seda, después cubierta con bolsas de plástico y colgadas
sobre perchas de madera forradas (indica el daño que una percha puede hacer a
tu ropa si no es así) y después distribuía zapatos y sombreros según el color
del conjunto. Todo por supuesto era etiquetado. A Joan le molestaba guardar la
ropa una vez usada. La ropa se lleva al tinte y listo, por lo menos ella que
podía. A su hija que en aquella época sería una adolescente rebelde, esas cosas
de su madre le darían lo mismo. ¿Se encontraría la ropa de Christina tirada por
el suelo? Joan que apreciaba su ropa tanto como para considerarla un “buen
amigo”, seguramente perdería la paciencia. Y llevarse una bofetada a su debido
tiempo ahora se considera maltrato. ¡No creo que sea tan difícil meter la ropa usada
en el cesto de la ropa sucia! La entiendo perfectamente, siendo como soy
perfeccionista, disciplinado y de mal carácter, pierdo los estribos fácilmente
cuando las cosas no salen como yo espero.
No me tomo en serio, pero tomo mi trabajo en serio. |
En cuanto al libro, que esperé
con anhelo en cuanto supe de su publicación, puedo decir que no estuvo mal. Además
podía leerlo en castellano y olvidarme de quebraderos de cabeza, diccionarios y
de dar la lata a Escolopendra Venenossa que como domina el inglés, me ayuda
pacientemente con los libros que tengo en ese idioma. Pero, tampoco me
descubrió nada que no supiera. Eso sí, la edición cuenta con unas fotos magníficas.
No creo que la educación deba detenerse nunca, ni para un hombre ni para una mujer. Cuando el aprendizaje se detiene, la vegetación se instala. |
En el libro se da a entender entre
otras cosas, que a Crawford, esa falta de educación formal la hacía sentirse inferior
y que cuando se encontró cara a cara con Bette Davis la envidiaba por eso, ya
que Davis sí la tenía, aunque su actitud dijera lo contrario. También que Joan deseaba
por encima de todo no solo parecer una dama bien educada, culta y refinada, si
no serlo. Recalcan que no lo consiguió nunca (¡…seguro que estaban allí para
saberlo!) y que la mayor parte de su vida se la pasó fingiendo. O por lo menos
así lo entendí yo (igual debería leérmelo de nuevo). ¡No quiero ni pensar en el
esfuerzo que supone aparentar ser lo que no eres las veinticuatro horas del día!
No es que trabaje duro. Las exigencias que me impongo son irreales. Espero la perfección. Lo entiendo, en raros momentos, pero son muy poco frecuentes. |
La Joan que se crió en la
trastienda de una lavandería no debería haber aspirado a ser alguien mejor más
allá de ser una estrella de cine. Debería haber dejado de tener la curiosidad por
aprender (algo que ella misma cita en su libro), porque a pesar de todas las
deslumbrantes luces y los aplausos, el maquillaje y los fantásticos vestidos, sus
modales y su comportamiento, su timbre de voz… para algunos no dejará de ser la
hija de una modesta familia. ¡A eso lo llamo yo ser clasista!
Ese viejo dicho, "cuando tienes dudas, no lo hagas", nunca es tan cierto como cuando se trata de ropa o casarse. |
Con tal razonamiento, yo que
provengo de una familia modesta y tampoco tengo estudios universitarios, no
debería ni ser educado ni saber comportarme. He conocido a algunas personas que
presumían mucho de su educación y no han sido precisamente los que tenían
mejores modales. Normalmente eran bastante maleducados.
Recuerdo más o menos una
conversación de un grupo de personas entre las que me encontraba que se
desarrollaba así: hablaban de arte, cine, tal o cual viaje al extranjero, de
sus entrenadores personales, de sus clases de esquí, de sus respectivas
carreras… Estaban más interesados en alardear que en escucharse unos a otros. En
cierto punto repararon en mí que permanecía callado. Prefería estarlo, no
porque no tuviese nada que decir, muy al contrario, podría haberles dicho que
sus vidas no me interesaban en lo más mínimo de tan huecas que las veía,
también lo podría a ver dicho de otra forma… pero como soy educado y se
comportarme (cosa que no tiene nada que ver con tu origen) no dije nada. Me
integré en la conversación (dentro de mis posibilidades, más que nada porque me
aburrían soberanamente) que fluía plácidamente. Incluso me sentí culpable de
pensar mal de ellos, pero no, como he dicho tengo buen criterio, y en cuanto se
enteraron de dónde vivía (un barrio de la zona sur), poco a poco fueron
desapareciendo, hasta que el último con cara de circunstancia me dejó solo.
Durante los años más felices de mi vida, el centro de mi vida fue mi esposo Alfred. |
Seas quién seas, un abogado,
un doctor, un barrendero, un pescadero, un catedrático o un artista, la
educación y la forma de comportarse no la trae un título bajo el brazo (¿arrogancia?),
la educación es algo que aprendes de tu familia o si tienes inquietud adquieres
con el tiempo. Pobre Joan… Los biógrafos por ejemplo de Gloria Swanson, señalan
que ella misma decía que leía cuanto libro caía en sus manos porque su
educación era menos que nada, pero nadie la ha puesto nunca en evidencia por
eso.
El matrimonio, como todo lo demás, es una experiencia de aprendizaje, y trato de aprender algo de todo lo que suceda, incluso si duele muchísimo. |
Joan era consciente de sus
carencias y defectos. Reconoce que su ambición por alcanzar el éxito perjudicó
sus dos primeros matrimonios. Su carrera era lo primero. De ellos comenta entre
otras cosas que Douglas Fairbanks, Jr.: “me enseñó muchas cosas intangibles.
Ser más tolerante, respetarme a mí misma.” Y que leía cuanto libro le
recomendaba. Con Franchot Tone aprendió a entenderlos. Menciona que llevaba un
diccionario para entender las palabras que leía o escuchaba y desconocía. Si
estaba en el set de algún rodaje, aunque no tuviera ninguna escena, ella estaba
allí la primera para seguir estudiando su guión y ensayar la entonación. Incluso
iba al plató en fin de semana para hacerlo, de tan perfeccionista que era. No creo que sea delito tener afán
de superación.
Hollywood me dio una carrera maravillosa. |
La comunicación no verbal dice
mucho de una persona. He analizado a Joan Crawford en todo vídeo que he podido
ver: comerciales, entrevistas, concursos, apariciones en premieres… sus
movimientos, expresiones y esos ojos que muchas veces son el espejo del alma.
Yo vivo mi vida. |
Venenosos salu2 desde Crystal
Lake!
Todas las fotos colección del
autor.
Las citas pertenecen al libro
My Way of Life de Joan Crawford, publicado en 1971.
Dedicada a María Escolopendra Venenossa, que me sugiere con sutileza,
que empatizo con Miss Crawford porque me veo un poco reflejado en ella.