Bueno,
¿dónde me quedé? Ah sí, estaba atravesando los cortinones rojos del cine
Pleyel.
Una vez
dentro, recuerdo que la sala estaba más oscura que una caverna de la era
paleolítica. Ya habituado a la oscuridad, comprobé que el cine estaba vacío.
Como iba un poco predispuesto a llevarme alguna sorpresa desagradable, sopesé
todas las posibilidades de huida como si fuese un impala en la sabana africana
pendiente de cualquier depredador. Los documentales de la 2 me han enseñado más
que un curso de artes marciales.
Un impala prevenido vale por dos. |
Solo había
dos filas de butacas distribuidas a izquierda y derecha. Me coloqué en el lado
izquierdo, centrado (por lo menos veía la pantalla estupendamente),
equidistante respecto a la pared y al pasillo, desde dónde podía controlar
perfectamente las salidas de emergencia. Más vale prevenir y tener localizadas las
vías de escape.
Se apagaron
las luces... ¿Había luces?. No hubo trailers ni anuncios, algo que agradecí y
empezó a oírse el “Causing a Commotion” uno de los temas principales de “Who´s
That Girl” (1987).
Madonna incomoda al personal. ¿Lo mejor de la película? El puma. |
Confieso que
no estaba relajado del todo. Otra cosa que aprendes de los antílopes africanos
es a no bajar la guardia en ningún momento. Pensaba que a las primeras de
cambio, se abrirían las cortinas y entraría en la sala alguna “chica de la
calle”, al estilo de las que aparecen en la película “Salón Kitty” (1978) de
Tinto Brass.
"Si tu alegría se deriva de lo que la sociedad piensa de ti,
siempre estarás decepcionado."
Tampoco es
que me preocupase mucho, mi malestar mayormente, es que como (ya lo he dicho
anteriormente) soy muy Sheldon Cooper, iba a ver una película, no a confraternizar
con el sexo opuesto.
Chicas descocadas y atrevidas asaltando a un señor de bien. |
Esto me
recuerda una vez que estando mis padres de veraneo, invité a una compañera de
un curso a ver un VHS en mi casa. En lo que fui a buscar la cinta me la encuentro
tumbada en el sofá… ¿Pero ésta que se ha pensado?
¡¡Le dije claramente que
íbamos a ver una cinta!!
No me voy a
extender con este tema (da para otra entrada del blog pero me temo que os vais
a quedar con las ganas), pues he tenido experiencias parecidas con otras chicas,
desde alguna más o menos inocente a otras más heavys y siempre he terminado
escaldado. Escolopendra Venenossa siempre me dice que he sido un
rompecorazones, no son sus palabras exactas, ella hace referencia a calentar
cosas…
Madonna haciéndole olvidar a su coprotagonista que está en una mala película. |
A mitad más
o menos de la proyección, empecé a escuchar susurros, ruidos extraños y algún
que otro ronquido. Esto último normal teniendo en cuenta la película, aunque
sea de mis preferidas. Ya que Madonna no es buena actriz, por lo menos se
interpreta a sí misma con ganas, como si estuviese en un videoclip de 92 minutos.
"Mucha gente tiene miedo de decir
lo que quiere.
Por eso no consiguen lo que quieren.”
Que entrase
alguna señora facilona al cine una vez empezada la película quedó más que
descartado, como comprobé más tarde. Continuaban los ruidos extraños que me eran
familiares… Para que os hagáis una idea, se parecían a las onomatopeyas de los
comics para adultos que leía a escondidas, como conté en mi anterior entrada.
"Me gustaría ponerte en trance..." (Erotica, 1992) |
En fin, que
me giro hacia atrás y en la zona más alejada vislumbro (gracias a la luz que
venía de la pantalla) unas cuantas cabezas. Me vuelvo tal cual y sigo a lo mío
pero, seguramente, no disfrutando la película como los que estaban en la última
fila…
"Lo enfermo y pervertido siempre
me atrae."
Así si
comerlo ni beberlo (muy propio de este cine ¡jijiji!) aparece un tipo y se me
sitúa prácticamente delante de mi butaca. No para de girarse y girarse, que
parecía Regan, la niña del “Exorcista” (1975), hasta que al final se pone justo
en mi fila.
Madonna intentando huir del cine y de la película. |
Aquí me di
cuenta de que había cometido un grave error. No tenía posibilidad de escape si se
hubiese acercado. El sujeto me cerraba el pasillo y al otro lado estaba la
pared. Por un lado no tengo la capacidad de modificar mi densidad atómica y
atravesar paredes como Kitty Pride mutante de los X-Men conocida como Gata
Sombra, ni tampoco tenía la agilidad (pese a mi edad por entonces) para saltar
de butaca en butaca hasta alcanzar la salida. En este caso no aprendí nada de
los impalas, que llegan a saltar más de 10 metros de longitud. En el supuesto
de verme acorralado me hubiese defendido como un facóquero, que son muy suyos.
"¿Llevas una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?" (Mae West) |
La verdad
es que tengo mala suerte hasta para lo malo. Ya podía aparecérseme un tipo a lo
George Clooney o en su defecto a lo Brad Pitt, pero no, se me acerca uno a lo
Alfredo Landa y José Luis López Vázquez y eso siendo generoso.
“Siempre pensé que debía ser tratada
como una estrella.”
Unos
minutos que se me hicieron eternos… Aunque no quitaba ojo de la pantalla, ya
tenía la mano aferrada a la aguja que llevaba conmigo, pero no me hizo falta
usarla, de la nada, apareció una figura, creo que un chico joven (nunca he tenido muy buena vista) y se acercó a
mi López Vázquez. Cuchichearon algo y acto seguido se fueron juntos a la parte
del fondo. Mientras tanto los susurros y gemidos eran más que audibles.
"Todos inventamos. Solo que algunos tenemos más imaginación que otros." (Cher) |
Madonna y
sus aventuras supuestamente graciosas desaparecieron para dar paso a Cher y
“Las Brujas de Eastwick” (1987). Una vez que me “habían levantado” a mi
pretendiente, me dispuse a ver la película sin interrupción alguna. En cuanto
aparecieron los créditos salí corriendo tan rápido que parecía un cartoon de Tex Avery, tanto que los cortinones por un
momento se quedaron suspendidos en el aire. Sobra decir que no quería ver el
panorama una vez se encendieran las luces. Como supondréis, el cine era
frecuentado por señores y jovencitos…
Pies, para qué os quiero... |
He de decir
que por entonces tenía bastante tirón entre los señores y las señoras maduras.
Con estas últimas la cosa era más sutil, pero los señores no se andaban con
tantos rodeos. Me acuerdo que una vez, esperando el autobús a las tantas de la
madrugada en plena Castellana me abordó otro López Vázquez… Desde luego no era
buen sitio ni buena hora para esperar el bus. Ahora que lo pienso, si me
hubiese pasado al lado oscuro, igual me hubiesen puesto un apartamento y
viviría de las rentas, pero eso solo pasa en las películas. ¿O no?
Oops...! Me parece haber visto un lindo viejito... |
Creo que he
sorteado tantos peligros sin darme cuenta, que si hubiese nacido ñu, tened por
seguro que habría sobrevivido al cruce del rio Mara durante la migración.
En
definitiva, pese a todo salí del cine bastante satisfecho y todavía más
Madonnaidiotizado.
"Yo soy mi propio experimento.
Soy mi propia obra de arte."
Mi siguiente "encuentro" con Madonna, dejando de lado el lanzamiento de vinilos
contra la pared y la acumulación de más y más recortes de prensa, fue con motivo
de su llegada a Madrid con la gira “Blond Ambition World Tour” (1990).
Madonna dirigiendo su mirada hacía la pared... |
Tenía todos
sus discos, la había visto en el cine y ahora lo que me faltaba era verla en
vivo. Tenía muchas ganas de ir, pero el primer problema que me encontré fue con quién
hacerlo. No conocía a nadie que le gustase. El no conocer a nadie (le gustase o no),
no es relevante. Siempre he sido de pocos amigos y normalmente iba de la
escuela a mi cuarto… Cuarto que mi cuñado llamaba “La Cueva”.
-¿Está David en
la cueva? Preguntaba cuando venía a casa.
Siempre he
sido muy de estar en casa tranquilamente, muy al estilo de los ctenízidos, como vulgarmente se conoce a las arañas de tapadera.
¿Escandaloso? A mí, algunas partes, me resultaron tremendamente aburridas. |
En la
escuela (de Artes y Oficios) donde estudiaba, gracias a unas compañeras, conocí
a una chica que era fan de Madonna y que pensaba ir. Ella era un poco, a ver
como lo digo… ¿estúpida? pero la cosa era ver a Madonna, costase lo que
costase. Aceptó ir conmigo, pero resultó que debía de ser bipolar porque según
el día cambiaba de opinión. Al final después de que me lo hiciese pasar mal, se
decidió y compró las entradas, porque como era habitual yo no disponía de
efectivo. Primera misión: empezar a ahorrar.
¡¡Mi tesoroooo de 4000 pesetas de la época!! |
En
principio mis padres no me dejaban ir, más que nada por el tema seguridad: la
gente, la vuelta a casa, etc. Tardé un poco en convencerles, pero al final me
dejaron y debí de ser bastante convincente o portarme bien, porque ¿me pagaron
ellos la entrada? Sinceramente no lo
recuerdo, pero me gusta pensar que fue así.
"Solo cuando estoy bailando puedo sentir que soy libre."
Este fue mi
primer concierto “oficial”. Unos cuantos años antes, “engañé” a mis padres y
asistí en 1988 a uno en unas fiesta se San Isidro, pero volví a casa a mitad
del mismo, para llegar a una hora prudente y no levantar sospechas.
¡¡Me quedé sin uñas de los nervios!! |
Ya tenía el
consentimiento de mis padres y la entrada, y llegó Jesús Gil y Gil (presidente
del Club Atlético de Madrid) y no sé qué líos se trajo con los organizadores, que a punto
estuvo Madonna de cancelar el concierto que se celebraba en el estadio. También soltó no se cuantas tonterías sobre ella con su característica verborrea. Cómo a mí
el deporte no me va y el fútbol menos que nada (una suerte para mi futura
querida Escolopendra), estuve unas semanas que me daba algo. Estaba hecho un
enfurecido Godzilla soltando por mi boca sapos y culebras y de paso algún rayo radioactivo.
Desde entonces este señor fue uno de mis “archienemigos”.
Me gustaría ser Godzilla para pisotear edificios y freír personas. |
No me alargaré
con el concierto, que estuvo bien. Al entrar me regalaron una postal
promocional de su película “Dick Tracy” (1990), que fui a ver al cine esta vez de
estreno. Al terminar el concierto la postal se había deshecho por el sudor. Como
soy muy tonto, me la metí dentro de la camiseta para que no se me estropease,
jajaja. Luego cuando salí del recinto, le rogué a una chica (que tenía en la
mano un puñado de ellas) que me diera una. Era una puta egoísta. Me costó lo suyo.
"A veces tienes que ser una perra para hacer las cosas."
En cuanto al merchandising oficial, éste era prohibitivo para mi precaria economía, así que esperé a que recogieran los puestos que estaban en la calle para
hacerme con el cartel. Mi acompañante me quitó la ilusión del momento diciéndome que era falso, pero yo sigo pensando que no lo es.
Si hubiese llevado Rexona, seguro que habría evitado las manchas de sudor. |
En cuanto a
Madonna… Gracias a mi "compañera" acabamos casi en primera fila. Como era un
pelín bajita, se abrió hueco a codazos mientras yo temía por mi físico. ¿Y de
qué nos sirvió? La vi de cerca sí, pero se me cayó el pico al suelo a lo Pato
Lucas. La encontré un poco feíta la verdad. Y ese pelo amarillo, ¡no rubio,
amarillo pajarraco! y esas cejotas y la bocota. Era todo cabeza… Luego el
numerito del "Like a Virgin" con el consolador y los gemidos. Aparte de que la canción es la
que menos me gusta de todas, debo decir que no soy amigo de las ordinarieces. Para un ratito vale, pero cuando Madonna se pone "tontita" (como cuando empieza con los ¡oe, oe, oe, oeee!), no tiene límites.
¿Like a Virgin o la Salchipapa? |
Aclaro que lo vulgar, no me desagrada del todo, incluso me divierte, pero en una actriz o cantante que me guste no me hace gracia. ¡¡Qué necesidad!!
Madonna lo cultivó posteriormente sacando su libro “SEX” (1992) y estrenando “El cuerpo del delito” (1993) a
rebufo del éxito de “Instinto Básico” (1992). Siempre he preferido la insinuación, el misterio. Me gusta imaginar, no que me lo enseñen
todo a las primeras de cambio. Para eso, ya tengo el porno.
"No me avergüenzo de nada de lo que he hecho." (Madonna) |
De todas
formas no me arrepiento de haber asistido al concierto. Fue una gran experiencia. Siempre digo que fui en
el momento justo a verla, en lo mejor de su carrera. Actualmente, aparte que ya no pasa por Madrid, no me
interesa ver en un escenario a una señora amojamada vestida de adolescente. Me
parece estupendo que ella siga en la brecha dando lecciones a más de una, pero yo prefiero evitar verla, algunas veces, hacer el "ridículo".
“Sólo el amor puede durar.”
A día de
hoy todavía la sigo pero no con tanto ímpetu. Guardo algún reportaje que otro,
compro sus discos, veo sus vídeos y poco más. Más por mi afán completista que por otra cosa. Si no estoy de malas (también soy
conocido por mi bipolaridad, Escolopendra Venenossa lo sabe muy bien) incluso
diría que me gustan las cosas que hace, exceptuando por supuesto el mamarracho,
pero eso es algo que ella o no lo puede evitar o no tiene verdaderos amigos que
le digan las cosas.
Y aquí sigo, aunque menos Madonnaidiotizado. |
Como soy
bastante nostálgico, la Madonna que prefiero tener en el recuerdo es la Madonna
que viví más intensamente, la de los ochenta y noventa.
Venenosos
salu2 desde Crystal Lake!!
Todo el
material archivo del autor.