El pasado 9 de diciembre fallecía a los 91
años Eleanor Parker en Palm Springs (California) debido a complicaciones
surgidas a partir de una neumonía. Como la revista Fotogramas no la considera
lo suficientemente importante como para darle una página en su revista (cosa
que si va a hacer con Joan Fontaine y Peter O´Toole) se la dedico yo desde Sopa
de Mitos.
Eleanor Parker en una foto publicitaria para "Never Say Goodbye" (Warner Bros, 1946)) |
La verdad es que la Parker no llego a
alcanzar un grado de popularidad como otras de sus contemporáneas. No fue por
carecer de talento, mayor que el de muchas, ni por falta de belleza, más si
cabe cuando la vemos desenvolverse en el maravilloso Technicolor.
Como muy bien dijo Terenci Moix: “la Warner
Bros la consideraba estrella pero no superestrella.” Actriz de considerable e infravalorado
talento, ella misma se ocupaba de buscarse papeles interesantes.
Eleanor con Stewart Granger en "Scaramouche" (MGM, 1952) |
La gran virtud de Eleanor Parker era que
hacía suyo el papel, haciéndonos olvidar a la actriz que lo interpretaba. No la
veíamos haciendo de ella misma, como podía ocurrir con Dietrich, Lamarr u otras
actrices que tanto me gustan. Tampoco fue víctima de los mismos como le pasaría a Rita Hayworth o Marilyn Monroe. Cuando vemos a la Parker estamos viviendo las
aventuras que corría Lenore en “Scaramouche” (1952) o Joanna en “Cuando ruge la
marabunta” (1954).
Además otra virtud que a mí en particular
me gusta mucho era su capacidad de robar la película a sus verdaderos
protagonistas. Como ejemplo basta recordarla en su breve papel como la Baronesa
Elsa Schraeder en “Sonrisas y lágrimas” (1965). Todavía hoy, me pregunto (y no
solo yo) como es que Christopher Plummer prefirió llevar al altar a la cursi de
Julie Andrews.
Esto era una nimiedad si pensamos que ya
venía curtida robándole la función a una estrella de la MGM como Janet Leight
en la mencionada “Scaramouche”.
De “robos” sabía mucho esta señora. No hay
más que verla como ladrona reincidente en la memorable película carcelaria “Sin
remisión” (1950). ¡¡Y de dramas tenía matrícula de honor!! Sabiendo compaginar
belleza y cerebro, los melodramas la llevaron a estar nominada al Oscar en tres
ocasiones.
Años después confesó: “Una gran dama es
Joan Crawford. Ella estaba entonces en la Warner y tenía prioridad sobre
cualquier guión. Me recomendó para “Sin remisión”. Confesando que ella era
demasiado mayor pero que yo debía de hacerlo sin la menor duda.”
Procedente del teatro, Eleanor Parker
debutaría en el cine en 1941 apareciendo en “Murieron con las botas puestas”,
aunque sus escenas serían cortadas. Después de pequeños papeles en los años
cuarenta, su década más gloriosa fue la de los años 50.
En la década siguiente sus apariciones
fueron menos frecuentes, como sucede todavía hoy, por falta de papeles como
protagonista y por las nuevas generaciones emergentes. Durante los años 70 y 80
trabajaría con asiduidad para la televisión apareciendo en conocidas teleseries
de la época.
Nada ni nadie se resistía a su simpatía |
Vivaz, desinhibida y simpática, demostró que
haciendo desplantes era inigualable y su resplandeciente cabello pelirrojo no
consiguió hacernos olvidar que era una gran actriz.
Venenosos salu2 desde Crystal Lake!!
Las fotografías parte son de mi colección y
de Internet.