Si
leéis religiosamente mi blog, ya sabéis que el pasado 6 de mayo se cumplían los
20 años de la desaparición de Marlene Dietrich. Publiqué la entrada
correspondiente en esta Sopa de Mitos y sabréis que decidí homenajearla como se
merece visionando una de sus películas, en ese caso “The Devil is a Woman”
(1935). Como no quería extenderme demasiado con la misma, que tiene su historia
decidí que la comentaría posteriormente.
"El diablo es una mujer" (1935) |
Marlene
prefería de entre todas sus películas “The Devil is a Woman”, una adaptación de
la novela de 1898 “La mujer y el pelele” de Pierre Louys. Novela menor que
anteriormente se había llevado al cine en 1928 y posteriormente con otro mito
del cine como Brigitte Bardot en 1959. Luis Buñuel también se basó en la novela
para inspirarse en su película “Ese oscuro objeto de deseo” (1974).
Retocándose el maquillaje antes de rodar |
Marlene
la tenía por favorita porque consideraba que era donde aparecía más hermosa.
Aquí empieza el origen de su obsesión por sus cejas y su imagen, ya intuida en
1932 cuando se hacía acompañar en los rodajes por un espejo a tamaño natural para
contemplar sus interpretaciones ante la cámara.
Marlene y Don English junto al famoso espejo en el set de "Shanghai Express" (1932) |
“El
diablo es una mujer” conocida en España
como “Capricho español” o “Tu nombre es
tentación” (título escogido por Lubitsch) fue un sonoro fracaso de crítica y
público y precipitó la separación del tándem formado por Dietrich y Von
Sternberg.
La
Paramount estaba preocupada, las obsesiones del director estaban perjudicando
considerablemente a su estrella, obsesiones estas que ya se percibían
claramente en el anterior trabajo de la pareja “Capricho Imperial” (1934) donde
Marlene interpretaba a una suerte de Catalina la grande más preocupada por
beneficiarse a su ejército que por su posición social. Esta película ha pasado
a la historia a diferencia de la que nos ocupa por secuencias tales como: ver a
Marlene vestida con el uniforme de húsar (en este caso blanco), subiendo las
escaleras de palacio a caballo seguida de su ejército al ritmo de la “Las Valkirias”,
entremezclado todo ello con el sonido de los cascos de los caballos.
"Capricho Imperial" (1934) |
Von
Sternberg no disimulaba ya sus intereses y los anteponía muy por encima del
argumento y de la propia Marlene. Retrata en “El diablo…” al personaje por
primera vez desde “El Ángel Azul” bajo un prisma fatalista y la depresión
acarreada por el director (por su situación con la Dietrich) se percibe en cada
fotograma.
De
“El diablo es una mujer” solo se recordó el fracaso y parece ser que el público
huía de las salas en estampida ante tal despliegue de barroquismo y masoquismo
vertido por el director. El público no podía aguantar el hecho de que
Marlene/Concha nunca sienta el dolor que les causa a sus víctimas y sea una
mujer sin integridad.
Von
Sternberg siempre le decía a Marlene que prefería verla en una película buena o
mala pero nunca mediocre.
Como
la relación personal entre la estrella y el director también estaba haciendo
aguas, este incluso contrató para darle la réplica en el film al actor Lionel
Atwill para el papel del “pelele” que tenía un gran parecido con él mismo.
Von Sternberg vs Lionel Atwill |
“Ella
y yo hemos progresado juntos todo lo que era posible”, explicó, “y estar juntos
no nos ayudará ni a ella ni a mí”.
Además
la película fue un escándalo que traspasó Hollywood. El gobierno de español de
la época la consideró un insulto hacia el país por dar una imagen distorsionada
de él y desprestigiar con ello a las fuerzas del orden. Fue prohibida aquí y se
exigió a la Paramount la destrucción de los negativos.
La Dietrich en jarras ante el gobierno español |
Se
hizo un acto público en el que los responsables del film mostraban como se
llevaba a cabo la petición del gobierno español, ya que la Paramount temía que
se vetasen otras producciones de la compañía.
Como
se cuenta en las innumerables biografías de la actriz, siempre alimentando la
leyenda y no siempre muy veraces, parece ser que la única copia que sobrevivió
a la quema fue la suya. Copia que sacó a la luz en 1959, ya que fue la única
vez que compró una de sus películas. Como curiosidad comentar que solo se pudo
ver en los ochenta en tv bajo la dirección de Pilar Miró.
La
acción tiene poca importancia al margen de comprobar el estado mental de su
director. Se desarrolla en la España de 1890, según Terenci Moix (una de mis
grandes fuentes en lo que se refiere al cine): “…sirvió a Von Sternberg para
crear una visión del país a medio camino entre la stravaganza, la grand opera y
el carnaval veneciano. Tanto delirio resulta hoy droga dura”.
Marlene
interpreta a Concha Pérez envuelta en los trajes más delirantes creados para
ella por Travis Banton (su diseñador en la Paramount) a una devoradora de
hombres que sólo acarrea desesperación y desastre. Conoce en los carnavales a
Antonio Galván (Cesar Romero), amigo de Don Pascual (Lionel Atwill/Von
Sternberg) al que ridiculiza y humilla constantemente Concha. Don Pascual
intentará por todos los medios que Galván no se convierta en su próxima
víctima.
Nos
encontramos ante una “obra maestra” en la que como he dicho, Sternberg plasma,
una vez más, su obsesión por la fascinante Dietrich. Se trata de un filme
artificioso y estilizado, en el que el expresionismo de su director transita
hacia un barroquismo de puesta en escena recargada (“horror al vacío”).
Las
imágenes de toda la película son realmente hermosas, Marlene está radiante, se
nota que se lo está pasando bien, con un excelente vestuario y maquillaje.
Según M.Sheppard Skaerved: “una autentica fiesta para la vista”.
Puedo
decir que hoy la película me parece moderna. La visión de la España de Von
Sternberg viendo la que se nos viene encima estos días que vivimos me parece
muy visionaria cuando estamos rodeados de peleles y fiesteros…
Cuando
la vi por primera vez junto a mi amiga Carmen Munster en el cine Doré, el
público no huía del cine como en el día de su estreno, pero sí que se reía
escandalosamente. Algo que me saca de mis casillas (no porque sea Marlene),
pues hay que entender que en muchos casos son películas que superan los 70 años
y situarnos en la época en la que fueron rodadas. De todas formas esto solo
pasa con un público mayoritariamente de modernitos que lo mismo se ríe con
Marlene, “Lo que el viento se llevó”, “Frankenstein” o incluso “El Exorcista”.
¡¡Señores
hay que saber ver cine clásico!!
Venenosos
salu2 desde Crystal Lake!!